Sophie Turner, de ‘reina del Norte’ a musa de Louis Vuitton

Su papel de Sansa Stark en “Game of Thrones” la convirtió en una celebridad mundial cuando apenas era una adolescente, una fama que la sumió en una profunda depresión

Sophie Turner. (EFE)

La vida de Sophie Turner cambió a los 13 años, la mañana en la que, durante unas vacaciones en Francia, su madre la despertó con la noticia: la habían seleccionado para interpretar a Sansa Stark en ‘Juego de Tronos’, la adaptación televisiva de la saga literaria de George R.R. Martin que se convirtió en un fenómeno mundial apenas se estrenó, en 2011.

Era su debut como actriz, pero el salto a la fama fue inmediato; Turner creció a la vez que lo hacía su personaje que, poco a poco, fue adquiriendo relevancia en la trama, y del mismo modo que Sansa Stark, también tuvo que hacer frente a las dificultades del camino, como la propia actriz reveló hace un par de años al hablar de la depresión en la que cayó con apenas 17.

A la vez que su personaje ganaba presencia e importancia a lo largo de las ocho temporadas de ‘Juego de Tronos’, Sophie Turner fue destacando entre el elenco de actrices de la serie y acaparando titulares, no sólo por su trayectoria profesional, si no por su vida personal: en 2019 se casó con el cantante Joe Jonas, con el que tiene una hija llamada Willa, que nació el pasado mes de julio.

De ‘Invernalia’ a la gran pantalla

Sophie Belinda Turner nació el 21 de febrero de 1996 en Northampton, Inglaterra, y a los tres años entró a formar parte de la compañía teatral Playbox Theatre Company, donde dio sus primeros pasos como actriz, hasta que debutó en televisión con el papel de Sansa Stark en la serie de HBO, un trabajo por el que ha recibido el aplauso unánime de público y crítica.

Por su actuación en ‘Game of Thrones’ a lo largo de ocho temporadas, Turner ha recibido, entre otros reconocimientos, seis nominaciones al Screen Actors Guild Award al mejor reparto; una al Premio Young Artist como mejor actriz joven de reparto en una serie de televisión; y otra al Emmy como mejor actriz de reparto en una serie dramática en el año 2019.

Además de protagonizar la película para televisión ‘The Thirteenth Tale’ (2013), el papel de Sansa Stark le abrió las puertas de la industria cinematográfica y aquel mismo año hizo su debut en la gran pantalla con la película ‘Mi otro yo’, una coproducción hispano-británica dirigida por Isabel Coixet, y en la que Turner comparte cartel con Jonathan Rhys Meyers, Rhys Ifans y Claire Forlani.

En 2015, formó parte del reparto de la comedia de acción ‘Barely Lethal” y, poco después, entró a formar parte de la saga de películas de X-Men con el papel de Jean Grey en ‘X-Men: Apocalipsis’ (2016), personaje que retomó en la película ‘X-Men: Dark Phoenix’ (2019).

Además de aparecer en varios vídeos musicales de los Jonas Brothers, el grupo en el que participa su esposo, Turner ha protagonizado otras películas como ‘Josie’ (2018), ‘Time Freak’ (2018) y ‘Heavy’ (2019) o la serie de televisión ‘Survive’ (2020), y están pendientes de estreno otros dos trabajos, el filme ‘Broken Soldier’ y la serie ‘The Prince’.

De su paso por ‘Game of Thrones’ conserva una gran amistad con la actriz Maisie Williams, que en la serie interpreta a Arya Stark, su hermana pequeña en la ficción y, como recuerdo tras el final de la producción, posee el “Trono de madera de Invernalia”, el mismo que su personaje ocupa a la conclusión del show como reina del Norte, el mejor reflejo de la evolución de su personaje a lo largo de las ocho temporadas.

Sophie Turner se convirtió en Sansa Stark en el mismo momento en que se tiñó del pelo de rojo para convertirse en el personaje de las novelas de George R.R. Martin.

“Creo que, como estoy tan cerca de Sansa, siento que ella es, en cierta manera, como mi primer amor”, ha confesado la actriz sobre el personaje con el que saltó a la fama.

Dificil relación con la fama

La fama lograda como personaje pronto llamó la atención de marcas internacionales y, desde el año 2017, Sophie Turner es una de las imágenes de las campañas publicitarias de Louis Vuitton, aunque la fama desmesurada lograda por el éxito de la serie también ha tenido su parte negativa para la actriz británica.

En 2019 Sophie Turner reconoció sufrir una depresión, que había empezado unos cinco años antes, en la que confesó que “solía pensar mucho sobre el suicidio en mi adolescencia”, según explicaba a la sobreexposición a la que se vio sometida por la fama de la serie de HBO. “Quizá fuera solo una extraña fascinación, pero sí, pensaba en ello”.

Fue uno de los síntomas de la profunda depresión que atravesó mientras rodaba la serie, lejos de vivir una adolescencia normal.

“No podía creer que me iban a pagar por trabajar en ‘Game of Thrones’. Todo era increíble, pero empezó a ir cuesta abajo, creo, cuando llegó la pubertad y a los 17 mi metabolismo se ralentizó enormemente y comencé a engordar”, contó entonces Turner en el podcast del presentador Dr. Phil.

El escrutinio de las redes sociales y el sentimiento de soledad mientras sus amigos acudían a la universidad la hicieron caer en una dinámica en la que “no tenía motivación para hacer nada o salir”.

Una situación que compartió con Maisie Williams. “Pasamos por lo mismo, comprábamos comida y nos quedábamos en la cama. No socializamos con nadie en dos años”.

“Me quiero más ahora de lo que acostumbraba”, explicó también la actriz en aquella entrevista, poco antes de casarse, por sorpresa en Las Vegas, con Joe Jonas, ceremonia que repetirían por todo lo alto en la Provenza francesa en el verano de 2019.

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