Nueve estrategias para ayudar a tus hijos a crear hábitos de estudio
La psicóloga escolar Leslie Amell comparte aspectos importantes que te ayudarán a crear hábitos de estudio en tus hijos para convertirlos en niños responsables y autónomos que verán el estudio como algo positivo
Los hábitos de estudio ayudan a tu hijo a ser responsable. Es importante que cuando los niños inician su formación escolar se les enseñe a tener esas costumbres de estudio y mientras más pequeños estén, mejor, ya que ellos solos no tienen la capacidad de disciplinarse.
Los hábitos se fijan con constancia, sistematicidad y repetición, así lo explica la psicóloga escolar y terapeuta de aprendizaje Leslie Amell, quien además asegura que esta práctica debe ser reconocida por el niño como parte de su rutina diaria y una tarea positiva y necesaria, como es comer, bañarse y dormir.
El hecho de que tenga que ver con los estudios no significa que sea responsabilidad del colegio, sino de los padres, porque hay una serie de aspectos que dependen de ellos para que los hábitos se puedan crear. La especialista de la conducta destaca nueve aspectos importantes para crear esos hábitos de estudio y ayudar a que los niños sean responsables, autónomos y vean el estudio como algo positivo.
1. Recesos de tiempo
Si eres de los padres que piensan que los niños deben sentarse y hasta que no terminen su tarea no se pueden parar, estás equivocado. Mientras más pequeños sean, más corto es su tiempo de concentración y atención. Entonces, dependiendo de la edad que tenga tu hijo, dependerá el tiempo de descanso por hora que debe tener cuando hace sus tareas; recuerda que mientras más pequeños, más recesos necesitan.
2. Necesitas condiciones físicas
Los niños buscan todo tipo de excusas para distraerse: hambre, sueño, calor, ir al baño... Es importante que, al crear el hábito, tomes en cuenta las condiciones físicas. Busca un espacio donde no haya calor, ni frío, cualquiera de estos factores hará que el niño se desconcentre.
3. El lugar es importante
Muchos padres no tienen las condiciones para armar a su hijo un espacio solo para estudiar, pero esto es lo más recomendable. Para crear un hábito de estudio es bueno que el niño se siente siempre en el mismo lugar para que se acostumbre, asocie ese sitio con la tarea, y él mismo se diga: “yo me siento aquí y hago tarea”. El lugar debe ser tranquilo, en silencio, donde no se escuche radio ni televisión, no haya personas pasando y, si se puede, si esa área está destinada solo para la tarea, mucho mejor.
4. Los materiales a mano
Es común que los niños se sienten a hacer su tarea y entonces surja la necesidad: una regla, colores, periódicos, masilla y un sinnúmero de cosas más. Todas estas necesidades hacen perder tiempo al niño, por eso es recomendable que se acostumbre a buscar todo lo que necesita para hacer sus tareas. Llevar una agenda de tareas es muy bueno para controlar este tipo de cosas, también permite que, si los materiales que necesita no están a su alcance, se busquen con tiempo.
5. Horario fijo
No es lo mismo tiempo que horario. Cuando mencionamos tiempo hablamos de los recesos que debe tener un niño por cada hora de estudio; ahora, el horario es la hora exacta en que el niño va a realizar su tarea cada día. Es importante que se acostumbre a hacer la tarea siempre a la misma hora, eso crea un hábito, y es recomendable que sea temprano en la tarde para que tenga energía, y no se distraiga con sueño, hambre y demás excusas.
6. Aleja los dispositivos electrónicos
Con la tecnología, los niños utilizan los dispositivos electrónicos para todo, pero para crear hábitos de estudio esto no es necesario, procura que estén ¡lejos de sus manos! Es importante que haga la tarea sin televisión, sin tableta, sin computadora, sin nada de esto, a menos que necesite uno de estos dispositivos para la tarea y en ese caso se usaría solo para realizar esa tarea concreta y con supervisión de los padres; luego de terminada se dejan los aparatos a un lado para continuar con los demás deberes.
7. Sí al apoyo visual
El apoyo visual no es solo para las personas de la “vieja escuela”. Los niños lo necesitan para poder tener a la vista materiales como horarios, reloj, agendas y demás; estos materiales le permiten al niño estar ubicado en el tiempo y en el espacio. También lo ayudan a tener de forma visible sus asignaturas, el tiempo que le falta para iniciar sus tareas o cuánto llevan haciéndolas; es importante que desde pequeños sepan qué van hacer y a qué hora. Y, dependiendo de la edad de los niños, hay recursos visuales para que sean entendidos por todos, pero, además, es trabajo de los padres explicarles cómo funcionan.
8. Cuida la postura
¿Sabes que si estudias acostado te duermes? Es importante cuidar la postura al estudiar; el niño debe hacer su tarea siempre en una posición en la que cuide su espalda, en la que no le dé sueño, y en la que la sangre circule de tal forma que llegue bien al cerebro. Es bueno tomar en cuenta que la silla y la mesa sean correctas para su edad.
9. La iluminación perfecta
La luz es uno de los principales factores para que se prolongue o postergue el estudio, por eso es importante que en el lugar donde se vaya a estudiar haya luz natural o una luz amarilla, para que el niño no se canse mucho la vista. “La edad correcta para crear hábitos de estudio es cuando los niños están en la escuela primaria, este es el momento en que los padres deben dar seguimiento a sus hijos. Mientras más grandes estén, menos apoyo deben ir recibiendo. Cuando los chicos pasen a secundaria deben ser independientes y esta transición es importante para hacerlos más autónomos y responsables”, recomienda Leslie Amell.
¿Qué sucede si no creas hábitos de estudio?
1. Se crean conflictos en la dinámica del hogar y los padres son los responsables de estos conflictos, porque son quienes gestionan o se hacen cargo de las condiciones para que los espacios y los materiales que los niños necesitan estén cuando y donde tienen que estar.
2. La tarea se convierte en una guerra, en una lucha, en algo tedioso, y eso provoca un conflicto. Y la forma de los niños ver el aprendizaje también cambia por estos sucesos, ya que lo ven como algo malo, o como un momento que provoca discusión familiar y así van rechazando lo que es el estudio y el aprender.
3. Se crea en los niños una muletilla, en la que necesitan que alguien los mande hacer la tarea cada día.
4. Cuando un niño se hace adulto sin haber creado nunca esos hábitos de estudio, puede sufrir falta de autonomía porque no aprendió a gestionar su propio proceso y necesitará que otros le digan lo que debe hacer.
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