Mom Shaming, qué es y cómo debes lidiar con este fenómeno
¿Has sufrido el Mom Shaming? Hablamos de la forma de criticar o cuestionar lo que haces como mamá, incluso desde tus círculos más cercanos
Cuando tenía veintiún años, soltera y sin hijos, conseguí mi primer trabajo a tiempo completo como recepcionista. La mayoría de mis compañeras tenían algo más de edad que yo, estaban casadas y eran mamás. Cada mediodía, en nuestra hora de almuerzo, comíamos apretadas en la cocina y los temas de conversación giraban en torno a los hijos y los maridos. Por lo general, me limitaba a escuchar y a hablar solo si me preguntaban. Pero un día, emocionada por el tema, emití una opinión sin pensarlo mucho. Recuerdo que hubo un silencio frío seguido por un montón de “recomendaciones”.
¿Qué dije? "Que no pensaba bautizar a mis hijos en la fe católica, o en ninguna otra, pues quería que ellos tuvieran la libertad de elegir su religión cuando fueran mayores". Y aunque en ese momento no era madre, sentí las punzadas de la crítica y de la vergüenza, sobre mí.
Sin tener hijos, ya era víctima del “Mom Shaming”.
¿Qué es el “Mom Shaming”?
¡Prepárate! Llegó la hora de tu renacimiento personal
Es un anglicismo que se refiere al nuevo fenómeno de criticar a las madres por sus decisiones en la forma en que crían a los hijos. Consiste en ser juzgadas, humilladas y en recibir consejos no solicitados por parte de madres, abuelas, cuñadas, amigas, suegras, compañeras de trabajo y hasta desconocidas a través de internet o las redes sociales. Sí, lo increíble es que esta forma de abuso es realizada ¡por las mujeres, hacia las mujeres!
Los temas en los que parece haber opiniones en blanco y negro (sin los hermosos tonos grises) en la maternidad, pueden variar desde la nutrición, la seguridad de los hijos, la disciplina, dar el seno y las rutinas para dormir.
Imaginen a una mamá super atlética dando consejos a otras madres no tan atléticas sobre qué dar de comer a sus pequeños. La presión de preparar almuerzos, meriendas y cenas saludables, aunque no tengas tiempo ni para ir al baño y cuando lo más fácil, aunque no lo más recomendable, sea comprar una hamburguesa en un lugar de comida rápida. “Amiga, que fue solo un día”, se defienden las criticadas al borde de las lágrimas.
De acuerdo con el sitio web Infobae, en un estudio realizado por el hospital pediátrico C.S. Mott de la Universidad de Michigan en madres jóvenes con niños menores de 5 años, el 61% de las madres admite haber sido víctimas del “mom shaming”.
Las consecuencias para las madres que se sienten acosadas y no tienen las herramientas para abordar esta problemática pueden ser tan leves como la confusión en su estilo de crianza y tan severas como la depresión y la ansiedad.
De acuerdo con expertos, esta tendencia sucede, primero, por las mismas inseguridades de las detractoras, que se sienten mejor al juzgar a otras madres. Y segundo, por la constante búsqueda del ser humano de su “tribu”, es decir personas que piensen igual y la amenaza que representa alguien que piense y actúe diferente.
Mi vida, mis hijos, mis reglas
Y si de mi historia personal al inicio se deduce que mis ideas eran un poco fuera de lo convencional, imagínense todos los juicios, humillaciones, críticas, consejos no solicitados que he recibido en mi rol como madre a lo largo de los años.
He podido lidiar con esta situación toda mi vida porque ya estoy acostumbrada, y el humor, por ejemplo, me ha servido de mucho.
Otras estrategias para no caer ni en la confusión, ni en la depresión, ni en la ansiedad, si te sientes objeto de “mom shaming” son:
1. Reconoce que nadie es perfecto. Muchos menos los padres. Mucho menos tú. Haz las paces con la idea de que te podrías equivocar.
2. Además de dejarte acompañar por expertos, el rol de madre es uno que se debe guiar mucho por la intuición. Tú sabes lo que es mejor para tus hijos.
3. En los temas enumerados arriba (la nutrición, la seguridad de los hijos, la disciplina, dar el seno y las rutinas para dormir, entre otros) no deben existir opiniones en blanco y negro. Aboguemos por la flexibilidad, sin confundirnos con otros temas como el maltrato infantil, por ejemplo, que sí debe ser un rotundo “ESO NO SE HACE”, para todo padre y madre.
4. Comparte con otras madres, en un ambiente seguro donde no seas juzgada, tus preguntas e inseguridades.
5. Recuerda que todo aquel que te crítica lo hace desde su propia falta de confianza. Son personas generalmente negativas.
6. No te sientas mal por ser una mamá que está en la casa o por ser una mamá que trabaja. Ambos roles son extraordinarios.
¡Ánimo, que lo estás haciendo muy bien! Te abrazo en atención plena
La autora, @ericarolcarlo, es mentora de mindfulness de líderes y emprendedores
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