Fernando García: “Simplemente diseñamos como Oscar de la Renta”
El codirector creativo de la casa de moda Oscar de la Renta comparte sobre su pasión por la moda, cómo conoció al icónico diseñador y su trayectoria en la firma
En medio del agobio de la monotonía y de conformarse con lo suficiente, surgen algunas personas que, como planteó el poeta Robert Frost, tomaron el camino menos transitado y eso hizo toda la diferencia.
En el mundo de la moda tenemos a un dominicano que dio vida a estas palabras al desarrollar su pasión en bocetos privados que luego se atrevió a enseñar al icónico diseñador Oscar de la Renta.
Así comenzó la trayectoria de Fernando García en la icónica casa de moda, donde empezó como pasante, para luego convertirse en encargado de Evening Wear y de la clientela VIP, y, finalmente, en codirector creativo junto a Laura Kim.
El diseñador comparte sobre el origen de su pasión, el riesgo que tomó para conocer y mostrar sus bocetos a Oscar de la Renta, su relación complementaria con Laura Kim, y la otra marca que comparten, Monse.
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¿Cómo han mantenido el equilibrio entre mantener viva la visión de Oscar y al mismo tiempo dar vida a su propia visión?
Laura [Kim] y yo diseñamos para él la vida entera. No lo vemos como “diseñar como Oscar”, simplemente diseñamos como Oscar. Es lo que sabemos.
Por otro lado, salimos a fiestas y a reuniones con amigos del mundo de la moda, vemos lo que a la gente le gusta ponerse y nos mantenemos actualizados. Es un balance del día a día.
En cualquier relación exitosa, debe haber algún tipo de complemento. Has dicho antes que tú y Laura Kim son opuestos.
Desde que Oscar me trajo a la compañía, él vio que mi relación con Laura sería una de complemento. Yo no entendía cómo él pudo percibir eso hasta que la conocí; fue como yin y yang.
En cuanto al aspecto creativo, ella tiene una afinidad al atuendo del día a día, al daywear. Yo tengo más aspiración hacia la fantasía; normalmente tendrá que ver con coctel o evening.
Yo pienso que la magia del complemento ocurre cuando yo balanceo mi fantasía con su realidad y su realidad se complementa en mi fantasía, porque nada demasiado práctico es aspiracional y nada demasiado fantasioso es real.
Ese balance en cada cosa que hacemos ayuda a que la marca tenga un punto fuerte con lo real y lo aspiracional.
Dentro de la dirección creativa, ¿de qué se encarga cada uno?
Ella es mucho mejor en el manejo de los números de las colecciones y asegurando que nos manejemos en base a un plan. Yo me enfoco más en la publicidad y el mercadeo. El resto es bastante unido.
Estudiaste arquitectura pero mantuviste un cuaderno de bocetos de vestidos románticos dignos de la alfombra roja. ¿Cuándo comenzó tu pasión por la moda?
Comenzó con el cine. Desde pequeño veía todos los red carpets de las premiaciones con mi mamá, y me di cuenta que cada actriz se transformaba en una persona más accesible que la que veía en la pantalla grande.
Esa transformación ocurría a través de la visión de un diseñador... y tú podrías ir a su tienda y tocar lo que la actriz tocó. Esa conexión me volvió loco.
Cuando estabas recién llegado de estudiar arquitectura, hiciste un esfuerzo para conocer a Oscar de la Renta. ¿Por qué él específicamente?
Admiraba la calidad y la hermosura de su trabajo, y lo veía como algo que yo nunca podría tocar, ver ni apreciar.
Cuando me fui a estudiar arquitectura y descubrí que el amor por la moda no desapareció, sino que incrementó, decidí utilizar la única conexión que tenía con alguien en el mundo de la moda, a través de Frank Rainieri, para darme la oportunidad de conocerlo.
Cuando él fue a Punta Cana a unas vacaciones, le enseñé mis bocetos y me dio la oportunidad de entrar como pasante.
¿Siempre has tenido esa audacia?
Yo siempre he sido muy atrevido, y eso lo recomiendo. Hay que tirarse un poco a sinvergüenza a veces para ver lo que te toca.
Yo no tenía nada de experiencia en el mundo de la moda, simplemente mi estudio privado que me dio la preparación que no sabía que necesitaba para hacer los bocetos que les enseñé a Oscar, y luego para empezar a diseñar cosas pequeñitas para él.
Hay que ser un poco atrevido y darse cuenta de que la vida es corta y que, si uno no trata, se va a arrepentir.
¿Por qué estudiaste arquitectura, si te apasionaba la moda?
Porque no tenía el coraje para tirarme a la moda inmediatamente. Hace 20 años, cuando me gradué del colegio, no existía el tipo de clima que hay ahora en Santo Domingo, en el que todo es posible y existe apoyo en el mundo de la moda.
Así que decidí salir de la burbujita e intentar con la arquitectura, que está asociada al arte y que me gustaba mucho. A pesar de que la Universidad de Notre Dame [en Indiana, Estados Unidos] está muy desconectada del mundo de la moda, ahí desarrollé mi amor por la moda todavía más.
¿Cómo fue para tu familia, que tiene un imperio por derecho propio, verte embarcar en una carrera diferente, en el mundo de la moda?
Como toda familia, nervios. Pero puse mi cabeza para abajo, como dicen en inglés, y me fajé, ya que sabía que mirar para atrás era ver a todo el mundo decepcionado si no lograba algo impresionante, porque eso estaba fuera de lo que mi familia ya había construido.
Yo entendía que, si no era exitoso, estaría subestimando todo el arduo trabajo que hicieron para darnos lo que nos dieron. Yo tenía que fajarme porque no quería que ellos se sintieran menospreciados.
¿Cómo se sienten ahora, viendo lo que tú has construido?
Súper felices, tanto de que yo estoy feliz, como de que todos estamos en el camino en que debemos estar.
¿Cuáles momentos se destacan más en tu trayectoria en Oscar de la Renta?
Los momentos en los que nos reíamos cuando él hacía trampa en los juegos de cartas en los viajes a Italia; cuando peleábamos por los vestidos que a él le gustaban, pero a mí o a Laura no... y esas ganas de ir al trabajo temprano para impresionarlo.
¿Cómo fueron los años fuera de Oscar de la Renta?
Muy formativos. Esos dos años, aunque fueron difíciles para todo el mundo, son la razón por la que Laura y yo podemos hacer lo que hacemos hoy. Pienso que, si nos hubieran dado esta oportunidad sin habernos ido, hubiera sido otra historia.
¿Cuál fue la motivación detrás de irse? ¿Qué buscaban encontrar?
Queríamos buscar nuestra propia voz. Queríamos saber quiénes éramos fuera de una casa con un nombre tan marcado en el mundo. Quién era Laura, quién era Fernando, personalmente. Y lo descubrimos.
¿Por qué decidieron volver?
El amor de la familia de Oscar, número 1. Y, número 2, la oportunidad de continuar el legado del dominicano más amado del mundo.
¿Cuáles aprendizajes de ese tiempo aplican ahora en el día a día?
A pelear por tu boceto sin tener la fuerza de Oscar de la Renta detrás de ti. Te das cuenta de quiénes son las personas que de verdad apoyan tu creatividad, y también cuáles son tus fortalezas y tus debilidades, fuera de una compañía grande.
Nosotros no nos dábamos cuenta de la protección que su nombre nos daba afuera; aprender eso nos hizo crecer mucho.
En esos dos años fuera de Oscar nació Monse.
Sí.
Es casi como si estuvieran vistiendo a dos mujeres diferentes con cada marca.
Sí, eso es lo bonito. Me encanta que podamos tener y desarrollar dos voces diferentes.
Teníamos una noción de lo que la gente compraba y lo que no compraba, así que analizamos el mercado y vimos que en ese tiempo necesitaba shirt-dresses que fueran ponibles y más interesantes, porque era una idea muy ponible pero un poco aburrida.
Ese fue el punto de partida de Monse, la deconstrucción de una pieza que necesita ser revitalizada.
¿Por qué ‘Monse’?
Honestamente, no teníamos tiempo para decidir. El fashion show iba a empezar y el abogado opinó que ‘Monse’ era la mejor de todas las opciones.
Estuvimos de acuerdo con él porque es un nombre español femenino en el sonido, pero masculino en lo corto y fuerte que es. Ese balance entre masculino y femenino va totalmente en línea con Monse.
Quitando el hecho de que una mujer podría usar ambas marcas, como vemos claramente con las celebridades que aman ambas, ¿cómo ves a la mujer que usa Monse y a la que usa Oscar de la Renta?
La mujer que va a Oscar es una mujer femenina que busca riqueza, color y textura. La mujer que va a Monse es un poco más extrovertida; le gusta lo que sea ponible pero interesante.
¿Cómo ha evolucionado su relación con sus clientes en la era de Instagram?
Monse nació a través de Instagram. A cada diseño Laura y yo le tomábamos fotos para ver si era Instagramable, si se podía fotografiar bien.
De lo contrario, no lo íbamos a poder vender, porque Monse empezó a través de online shopping. Tiene tanta deconstrucción que, si no se ve claramente, puede ser confuso.
¿Cuáles han sido los highlights que han vivido con Monse?
A ver... cuando Amal [Clooney] y Sarah Jessica [Parker] se pusieron Monse antes del primer show. Algo que heredamos de Oscar fue la conexión con ellas dos; ese fue un muy buen inicio.
Otro milestone fue encontrar nuestro ADN de deconstrucción. Entrar en Net-a-Porter fue otro gran logro. Y ganamos el Óscar, digamos, del mundo de la moda, el CFDA Fashion Award. Todo ha sido un sueño hecho realidad.
¿Cómo te sientes al saber que en la exposición “Ser Oscar de la Renta”, en el Centro León, Oscar no solo ha sido honrado por su inmenso legado en la moda, sino por su legado como ser humano?
Es que Oscar es famoso, para mí, más por su personalidad. Era una persona que llenaba tu casa entera desde que entraba. Tenía una visión increíble y un talento impresionante, pero cuando él hablaba, llenaba el cuarto; era todo lo que podías ver, escuchar y sentir.
¿Qué características de Oscar, fuera de la moda, quieres mantener vivas en la marca y en tu vida?
Su amor, su humor, su calidad.
Haz un tour virtual por la exposición “Ser Oscar de la Renta” en https://seroscar.centroleon.org.do
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