Consejos para cuidar tus orquídeas en casa

La orquídea es una planta de fácil cuidado si se cuenta con el conocimiento como herramienta, hoy la ponemos en tus manos

“¡Se me mueren las orquídeas!”, “son plantas muy complicadas”, “no tengo arte para sembrarlas”. Estas son frases que se escuchan con muchísima frecuencia cada vez que se habla de estas delicadas plantas. En el otro extremo, quienes le toman el truquito solo suelen decir: “con que la trates con amor basta”, ¡anjá y qué más! Ambos puntos se van al extremismo. No hay que tener sangre para sembrar nada, solo dedicación y el conocimiento necesario o buen instinto; porque con el solo afecto no es suficiente para que la planta viva.

A continuación, algunos consejos expertos de la mano de Zoilo Richardson, encargado de Orquídeas en el Jardín Botánico Nacional; y con ellos te invitamos a volver intentar cultivar un hermoso ejemplar, cuya familia es la más numerosa que tiene el reino vegetal (35 mil variedades) y que forma parte de esas plantas que llevan salud a tu casa.

Cuidados de las orquídeas

Identifica el tipo de orquídea
Cuando vayas elegir una porque te gusta, pero no conoces nada de ella, no olvides preguntar en la jardinería o lugar donde la adquieras qué tipo de orquídea es y los cuidados que amerita, como la exposición solar y el riego. Si le das un cuidado contrario al que necesita la planta, nunca florecerá o morirá; de hecho, esta es una de las principales causas por las que no permanecen vivas.

Las orquídeas son excelentes opciones de regalo, pero seguro que quien te la obsequió no preguntó. No te preocupes, identificarla es bien simple porque sus hojas lo indican; las phalaenopsis se caracterizan por tener hojas anchas, carnosas y algo redondeadas; ellas prefieren la sombra. Mientras que las dendrobium lucen hojas ovaladas, un tanto puntiagudas y bien firmes, y prefieren el sol.

“Recomiendo las dendrobium porque florecen casi todo el año (8 ó 9 meses con flor), tienen fácil mantenimiento y son más económicas”, aconseja Zoilo Richardson.

“Los híbridos son el resultado de la transferencia del polen de una orquídea a otra” Zoilo Richardson,encargado de Orquídeas del Jardín Botánico Nacional

Riégalas adecuadamente
Si tu ejemplar es de sol (dendrobium) va a requerir agua tres veces a la semana si la tienes bajo techo, y diariamente si está al aire libre. Si por lo contrario es de sombra (phalaenopsis), con una vez a la semana será suficiente, pero ¡ojo!, antes de hacerlo introduce un dedo entre sus raíces, si las percibes húmedas no la riegues o correrás el riesgo de que comience a podrirse.

Tiempo de siembra
Si tienes una orquídea de sol lo ideal es que la sitúes entre piedras para que drene. Si es de sombra lo apropiado es que la siembres en jícara de coco o musgo, que mantienen la humedad por más tiempo.

Aliméntalas bien
Lo más probable es que cuando la adquieras esté florecida, y sea un bello espectáculo que durará entre uno y dos meses; para que vuelva a regalarte esa experiencia deberás alimentarla bien, aplicándole abono foliar de mantenimiento (abono 20-18-20) durante unas cinco semanas; seguido de uno para floración a base fósforo (15-30-15). Aplica para ambos tipos.

Muéstrale tu afecto
Cada vez aumentan más las terapias que recomiendan interactuar con la naturaleza; a ti te hace bien y, en este caso, a la planta también. Háblale, pregúntale por qué no florece, acuerda cambiarla de lugar y verás resultados en tu interés.

En la actualidad el Jardín Botánico Nacional trabaja con orquídeas endémicas y nativas, la mayoría en peligro de extinción, por lo que la reproducen en su laboratorio para reintroducirla a su ambiente natural.

Apasionada del contenido sobre la salud, la belleza, el buen vivir y la cultura.

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