Raymond Pozo: “Fuera del escenario soy muy tímido”
Limpiabotas, lavacarros, vendedor y hasta sastre, Raymond pasó por todos los oficios imaginables hasta llegar a su destino, para fortuna de todos los dominicanos: vivir del humor. Con más de 10 premios Soberano en su haber, el artífice de los trabalenguas más ingeniosos se ha convertido en uno de los humoristas más queridos del público criollo y es habitual verlo como actor (y productor) de las películas más taquilleras del cine local
—¿De pequeño ya eras el chistoso del colegio?
Sí, era chistoso, pero no era colegio, sino la escuela pública.
—¿Cómo es Raymond fuera del escenario, tienes una faceta cómica en tu vida personal?
Fuera del escenario soy muy tímido, mi faceta cómica es para escribir parodias.
—¿Cuál ha sido tu momento más divertido o extraño en escena?
He tenido muchos momentos divertidos, como tener la oportunidad de trabajar con el fenecido don Freddy Beras Goico.
—¿Y el casting más surrealista que has tenido que pasar?
Te confieso que nunca he hecho un casting.
—¿Te han censurado chistes en alguna ocasión?
La verdad es que nunca me han censurado.
—¿Qué es lo que te encanta hacer cuando no estás trabajando?
Me encanta ejercitarme y jugar con los animales, sobre todo los perros.
—¿Eres de los que se ríen de sí mismo?
A veces me río de mis chistes, pues como soy repentista, muchas veces los invento en el momento.
—El humor es muy subjetivo. El que para unos puede ser gracioso, para otros es patético. ¿Cómo se logra ese equilibrio?
Creo que se logra reconociendo a qué clase pertenecemos y no querer entrar en la clase que aún no nos acepta.
—¿Te sientes en la obligación de ser gracioso todo el rato?
No, hay momentos para todo en la vida.
—¿Ser el gracioso oficial es una losa demasiado pesada de llevar?
No exactamente.
—¿Y cómo llevas si alguien no se ríe de tus chistes?
Me ha pasado varias veces, y lo tomo como parte del paquete.
—¿Sobre qué eres optimista en este momento?
Me siento muy esperanzado con muchos de los nuevos talentos de mi género, la mayoría son muy buenos.
—Si tuvieras que elegir tres cosas que crees que la gente más necesita, ¿cuáles serían?
Elijo estas: necesitamos más de Dios; mejor oportunidad para una mejor educación; y un sistema de salud verdaderamente competente y asequible.
—Cuando las cosas se ponen difíciles en la vida, ¿cómo lidias con los malos tiempos?
Mi paz no depende de la situación del sistema, mi paz viene de Dios.
—¿Cuál crees que es la mejor manera de cambiar el mundo para mejor?
La mejor y única manera es que la gente ponga a Dios como cabeza de nuestro hogar.
—¿Un hábito que desearías poder quitarte?
El hábito de beber tanto café a todas horas.
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