Folato, un nutriente esencial

“Según algunas estadísticas en Estados Unidos, hasta un 40% de los embarazos no son planificados, por lo que se predisponen a mayor riesgo de anomalías congénitas por ausencia de suplementación.”

Es de conocimiento general la importancia del ácido fólico en el embarazo y su rol en la prevención de patologías congénitas en el recién nacido. ¿Pero qué otro grupo podría beneficiarse de su suplementación? El folato (o vitamina B9), es un nutriente esencial que no puede ser sintetizado por el organismo y debe ser obtenido a través de la dieta o suplementación. Lo encontramos principalmente en verduras de hojas verdes, leguminosas, yema del huevo y frutas cítricas. (Greenberg, 2011)

El ácido fólico es un suplemento dietético sintético presente en multivitamínicos, en suplementos como tal y en alimentos fortificados con el mismo.

¿Por qué podrían producirse deficiencias?

A pesar de la disponibilidad en alimentos, entre las principales causas de su déficit se encuentran: el pobre consumo de verduras, la inactivación de los mismos en la cocción (hervir, remojar, etc.), dietas restrictivas, mala absorción intestinal, interacción con medicamentos y causas genéticas.

¿Quiénes podrían beneficiarse del consumo de folatos o suplementos de ácido fólico?

Mujeres en edades fértiles, durante el embarazo y lactancia.

Hombres, mujeres, niños y envejecientes con deficiencia de ácido fólico.

Anemia o neuropatía periférica secundaria a déficit de ácido fólico.

Elevación de homocisteína (predictor de enfermedad cardiovascular) en sangre (controversial).

¿Qué sucede cuando el ácido fólico es deficiente?

Se afecta la división celular que ocurre naturalmente durante el embarazo por la embriogénesis, el desarrollo del tejido placentario y materno, así como la producción de glóbulos rojos. Esta insuficiencia se asocia con defectos del tubo neural (espina bífida y anencefalia), restricción del crecimiento fetal y bajo peso al nacer. Así mismo, puede producir anemias, enfermedad cardiovascular, disfunción cognitiva y de forma aún controversial, el cáncer. (Gómez, 2017)

Durante las primeras tres o cuatro semanas de embarazo es cuando se requiere el mayor aporte de ácido fólico, pues aunque el requerimiento basal en adultos es de 400 microgramos, durante el embarazo puede aumentar hasta 5 miligramos si el riesgo es elevado. Por tanto, es importante que la madre se encuentre en suplementación al menos un mes antes del embarazo. ¿Cuál es el problema? Según algunas estadísticas en Estados Unidos, hasta un 40% de los embarazos no son planificados, por lo que se predisponen a mayor riesgo de anomalías congénitas.

¿Cómo podemos cubrir el requerimiento diario?

Incluyendo las fuentes ricas en folatos como hortalizas de hojas verdes (ej. espinacas), leguminosas, frutas cítricas, en la yema del huevo ó utilizando un suplemento vitamínico que lo contenga o cereales fortificados.

Apoyemos esta alerta sobre la importancia de una suplementación temprana y los beneficios de cubrir el requerimiento diario de éste y otros nutrientes esenciales.

Dra. Erika Pérez-Lara Doctora en Medicina. Especialidad en Nutriología Clínica en INTEC. Master en Nutrición y Alimentación en Universidad de Barcelona (UB).