Se buscan compradores

La facilidad con la que Haití puso en jaque a los productores dominicanos de huevos y pollos debería servir para poner atención sobre nuestra débil competitividad externa. El cierre del mercado haitiano dejó a esos productores con un excedente de oferta para el cual no tenían compradores.

Es decir, no tenían compradores a precios que cubriesen sus costos de producción. En principio, casi siempre es posible vender un producto si el precio se baja lo suficiente, pero venderlo por debajo del costo de producción genera pérdidas difíciles de soportar.

Algunos consideran que un acuerdo de libre comercio con Haití sería la solución, y atribuyen a sectores oponerse a él, pero un acuerdo de ese tipo demoraría bastante tiempo. Por eso el Estado tuvo que intervenir con la intención de reducir la producción y tratar de encontrarle salida al excedente. Se anunció una campaña para aumentar el consumo nacional de huevos y se dijo que se buscarán nuevos mercados externos.

Se mencionó a Venezuela, Puerto Rico, Trinidad y otros lugares como posibles destinos de la producción dominicana, pero llama la atención que haya tenido que ser el gobierno el que deba buscar donde venderla. Por sí mismos, los productores no han diversificado sus mercados, lo que da a entender que no les fue rentable hacerlo.

Sin un cambio en el destino de las exportaciones, la ayuda estatal puede ser sólo un alivio temporal, pues es probable que la producción vuelva a subir en respuesta a oportunidades coyunturales de mercado, y habría que repetir lo mismo con esos u otros productos cuando a Haití se le ocurra volver a tomar alguna otra medida restrictiva.

Pero a menos que se piense en subsidiar exportaciones, para poder encontrar nuevos compradores externos se necesita rebajar los costos de producción expresados en dólares. Y lo mismo hay que hacer con otros productos que pudieran ser exportados y no lo son.