República Dominicana no logra superar desafíos del DR-Cafta
SANTO DOMINGO. Los productores agropecuarios creen que el país está a tiempo de detener el desastre que para ellos significaría la liberalización arancelaria total que llegará en los próximos años, en el marco del acuerdo DR-Cafta, y que afectará a bienes sensibles como las carnes bovina y porcina, el queso cheddar, las cebollas, el arroz y las habichuelas.
Hay experiencias que hablan de las carencias que todavía enfrenta la República Dominicana ante competencias mucho más fuertes, como la de Estados Unidos y de lo que significará el desmontaje de los aranceles.
El presidente de Fenarroz, José Mauricio, rechaza que la ineficiencia del sector sea la causa única de la desigualdad, y sentencia que la economía de escala es un verdadero dolor de cabeza en un acuerdo como el DR-Cafta. Relata que la tenencia de tierra promedio de los arroceros dominicanos es de 20 tareas, mientras que el productor estadounidense más pequeño tiene cosechas de más de 2,000 tareas, lo que implica una competencia desigual inherente a la propia realidad de cada país. “Hasta el 2025 somos competitivos. De ahí en adelante, sálvese quien pueda. No es que no seamos eficientes, sí lo somos, con debilidades contra países desarrollados”, dice Mauricio.
¿Revisar o no?
El gobierno dominicano hace un par de años reconocía que Estados Unidos había aprovechado en los rubros agrícolas sus fortalezas e intereses, al lograr negociar cuotas de acceso libre de impuestos desde la implementación del acuerdo y que, pese al esquema de desgravación, los plazos no fueron suficientes para proteger al productor local, según indica el reporte “Evolución del desempeño comercial y retos futuros de RD en el DR-Cafta, a los 10 años de su firma.
Como otros productores y el propio ministro de Agricultura, Osmar Benítez, Fenarroz apoya que se revise el acuerdo y que, por ejemplo, se congele una cuota para aminorar daños. “Se nos dio una puñalada por la espalda porque el arroz sin cáscara no estaba inicialmente. Fue un acuerdo de la aristocracia de este país”, dice Mauricio.
Pero no cree que Centroamérica acompañe a República Dominicana en la propuesta. La diputada por República Dominicana ante el Parlamento Centroamericano, Sergia Mejía, opina lo contrario. Dice que varios productores en la región se mueven para revisar el pacto comercial porque algunos de los problemas de acceso son parecidos en las naciones centroamericanas, aunque reconoce que ellos han aprovechado mejor el DR-Cafta.
El presidente de Confenagro y Aproleche —otro de los rubros relacionados con futuras liberalizaciones— Eric Rivero, dijo que hay trabas para llegar a niveles que permitan competir en acuerdos de esta naturaleza, como el problemático suministro de energía, las restricciones en el financiamiento agrícola a largo plazo, la infraestructura vial y hasta la emisión de registros sanitarios. “No han habido políticas públicas para adecuarnos”, zanja el productor lechero.
Diversificados
Pero eso solo en sector primario. Cuando el balance se amplía, el resultado es mixto. A excepción de El Salvador, todos los países del acuerdo han logrado diversificar su matriz exportadora. República Dominicana, por ejemplo, pasó de que más de la mitad de sus exportaciones desde zonas francas fueran textiles antes del DR-Cafta, a tener una oferta exportadora que ahora está liderada por equipos médicos y eléctricos, según los datos del Consejo Nacional de Zonas Francas de Exportación (CNZFE).