No fue una negociación

En las negociaciones comerciales es diferente tener una discusión sobre planteamientos dirigidos a promover el inicio de nuevos intercambios, que tener una discusión sobre decisiones que afectan flujos comerciales ya existentes. Si el intercambio comercial no existe, las discusiones sólo versan sobre flujos potenciales. Pero si se trata de discutir medidas que inciden sobre actividades que ya se están llevando a cabo, para que pueda haber una verdadera negociación el lado afectado por las decisiones de la otra parte debe estar en condiciones de ejercer alguna presión para defender sus intereses. Se debe buscar llegar a un arreglo rápido y amigable, pero se tiene que contar también con algún mecanismo de respuesta a fin de hacer ver al otro lado que el afectado no está inerme, sino que dispone de vías para penalizar las decisiones que le son adversas.

La decisión de Haití de prohibir la importación de huevos y pollos de fuente dominicana fue unilateral, tomada sin ni siquiera informar previamente a la República Dominicana de forma oficial. Ocurrió de forma peculiar, supuestamente como reacción a una noticia en un periódico haitiano acerca de un presunto brote epidémico en la República Dominicana que no había sido confirmado por ningún organismo técnico calificado.

El gobierno dominicano envió una misión de alto nivel a Haití, más que nada para indagar qué estaba pasando y tratar de lograr que las autoridades haitianas cambiaran de opinión. Concluida la visita, los dominicanos permanecieron en ascuas respecto de lo que iba a suceder después y acerca de qué organismo en Haití iba a responder. Y luego los haitianos enviaron su delegación, con planteamientos que no tocaban el verdadero fondo del asunto.

No hubo una negociación real con Haití. La República Dominicana actuó como afectado y solicitante, como si el beneficio del comercio fuera sólo para nosotros, no como un socio comercial en condiciones de tomar represalias.