Hay 30,750 bancas de loterías con apoyo y rechazo de la gente
Asomipymeh dice bancas provocan más pobreza que bienestar
SANTO DOMINGO. Las bancas de loterías, las cuales se han regado como pólvora en todo el país, y según las estadísticas del Ministerio de Hacienda, llegan a 30,750 unidades registradas en el territorio nacional, son vistas por las personas que juegan como entidades que ofrecen una esperanza económica, y por las que no, como empresas que contribuyen a que los pobres sean cada vez más pobres.
“Esa gente, después que pusieron las bancas de lotería y todas esas cosas, que ellos tienen todas esas computadoras enlazadas a través de Internet, así mismo tienen la manera de darse cuenta cuáles fueron los números que menos les jugaron a nivel nacional para tirarle esos números y que los banqueros pierdan lo menos posible”, así se expresó José Antonio de la Nuez, un empleado privado, quien dijo que no juega lotería.
A juicio de De la Nuez, esos banqueros tienen sus trucos para saber cuál número es que van tirar. “Ellos deben tener un servidor allá que les lleva todas las informaciones de las bancas”, dijo.
En ese mismo orden de rechazo a las bancas se expresó el herrero, Carlos Luis Soriano, quien es propietario de un taller de herrería, y dijo que no juega números en loterías porque entiende que “es un vicio malo”, y si lo hace una vez, le dará deseos de continuar.
“Yo nunca he jugado, y por mi casa hay una banca cerca, pero si juego la primera vez, el diablo me va a dar el número para que yo siga jugando”, expresó Soriano.
En tanto que la señora Irma Balbuena consideró que las bancas de loterías son buenas porque dan muchos beneficios a quienes se sacan con los números que juegan y porque pone a muchas personas a trabajar.
En ese orden, también se expresó el presidente de la Federación Nacional de Bancas de Lotería (Fenabanca), Wilson de los Santos, quien informó que las 30,750 bancas que hay registradas en el país pagan al gobierno alrededor de RD$1,600 millones de pesos cada año por concepto de impuestos y han generado entre 200,000 y 250,000 empleos directos e indirectos, con salarios que van desde los RD$6,000 en adelante, dependiendo de los cargos y las comisiones por ventas.
Sin embargo, a pesar de ser el presidente del gremio que agrupa a esas entidades, De los Santos manifestó su oposición a la creación de nuevas bancas de loterías, y alertó a las autoridades a perseguir aquellas que funcionan de manera ilegal, que no dejan ningún beneficio al país porque no pagan impuestos.
Consideró que en sentido general, y dentro de lo prudente, el negocio de las bancas de loterías es bueno, porque según explicó, la mayoría de los empleos que se generan en ese sector son ocupados por madres solteras, las cuales cuentan con horarios flexibles que les permiten estudiar para que se hagan profesionales.
Debido a la gran cantidad de bancas de loterías que hay en el país y, específicamente en el municipio Santo Domingo Oeste, el presidente de la Asociación de las Micros, Pequeñas y Medianas Empresas de Herrera (Asomipymeh), Elías Báez, reclamó al Gobierno frenar la proliferación de bancas de apuestas y loterías en la provincia Santo Domingo, por considerar que provocan más pobreza que bienestar a las familias de menos ingresos.
Manifestó que estos negocios están en cada esquina de los barrios y zonas residenciales.
El empresario y abogado afirmó que las bancas se están llevando los pocos ingresos que obtienen las familias pobres y van a parar a los bolsillos de los propietarios de esos negocios.
Sostuvo que éstos están haciendo ricos a grupos que obtienen grandes beneficios en detrimento de la población más pobre.
Cuatro loterías en el páís
La República Dominicana cuenta con cuatro loterías, una estatal y las otras de capital privado. Las de capital privado son: Lotería Electrónica Internacional Dominicana, SA (Leidsa), Loto Real y Loteka, y la estatal es la Lotería Nacional.
Entre las cuatro loterías que hay en el país realizan cinco sorteos diarios de quinielas.
La Lotería Nacional realiza dos sorteos diario y las demás, uno, pero en horarios diferentes.