Haití, segundo socio comercial de República Dominicana, recibe el 16% de sus exportaciones

Medidas en fronteras restan competitividad a los bienes criollos

Elías Piña es el principal punto de comercio formal con Haití. (Archivo)

SANTO DOMINGO. El mercado de Haití se ha constituido “en la tabla de salvación” que ha evitado una debacle exportadora de República Dominicana, dice un informe de un grupo de economistas encabezado por Pavel Isa Contreras, perteneciente al Observatorio Dominicano de Comercio Internacional, de la Universidad INTEC, (ODCI)

Pero esa “tabla salvadora”, comienza a navegar hacia otros rumbos, según lo que se vislumbra de las recurrentes actuaciones del Gobierno haitiano frente al comercio con República Dominicana.

Este miércoles, el periódico haitiano Le Nouvelliste confirmó lo que para el Gobierno dominicano aun en la mañana de ese día (por lo menos) era un suceso que debía ser confirmado: que el Ministerio de Economía y Finanzas de ese país vecino impuso una prohibición de entrada terrestre a su territorio a 23 sensibles productos dominicanos, lo que sólo les deja como puerta de entrada la del mar o las del aire hacia Haití. Una curiosidad, si se considera que ambos países comparten una frontera terrestre de unos 275 kilómetros de longitud.

De acuerdo con el reconocido periódico haitiano, la medida fue tomada a principio de la semana, y anunciada por el Ministerio de Economía y Finanzas de Haití en un comunicado de prensa. Inicialmente su aplicación estaba prevista para iniciarse este miércoles, pero por razones aun no conocidas, fue aplazada para el primero de octubre.

Las exportaciones dominicanas hacia Haití sumaron el año pasado US$1,400 millones, reveló este miércoles el ministro de Industria y Comercio, José del Castillo Saviñón. El funcionario subraya lo que es una verdad evidente desde hace años: “Haití es nuestro segundo social comercial”.

Del Castillo emite esa declaración al ser entrevistado en el programa Uno más Uno por el periodista Juan Bolívar Díaz. Lo hace en reacción a la decisión del Ministerio de Economía y Finanzas de Haití.

Sobre el impacto de la medida, revela que se realizó un análisis con uno de sus productos. Los resultados son motivo de preocupación para la balanza de pagos. Por vía terrestre el costo del flete son US$27. En cambio, si se exporta hacia Haití por mar, el costo es de US$47.

“Se duplica casi, además de que la frecuencia de líneas entre Haití y República Dominicana no puede suplir la logística que se da por vía terrestre”, observa el funcionario.

Entonces, el impacto visible para exportar esos 23 productos dominicanos, que ahora deberán nadar o volar para llegar, consiste en su encarecimiento.

Ese supuesto incremento de costo “puede tener un impacto de desplazar la demanda de productos dominicanos hacia los centroamericanos o hacia los producidos en Haití”, prevé Del Castillo.

Emite esa declaración cuando la noticia está todavía por confirmar de manera oficial: “Primero hay que verificar que esa medida se tomó”.

Después de calamidades políticas y económicas por décadas, Haití está realizando esfuerzos para desarrollar su producción nacional. “Tiene un molino montado, que inauguró hace tres años, que duplica el consumo de Haití”, dice el ministro de Industria. Y eso impacta el caso de la harina.

En julio pasado, el Gobierno hatiano prohibió la importación de harina dominicana, alegando como justificación que contenía “bromato de potasio”.

En agosto pasado, el Grupo Bocel, un gran productor de bienes de harina, se quejaba de que ha dejado de vender un millón de dólares mensuales a Haití. Y el lunes pasado cierra las puertas terrestres a productos como el cemento gris, aceite comestible, jabón de lavar, detergente en polvo, embalaje en foam, agua potable, pintura y productos para la carrocería de los vehículos, mantequilla, entre otros.

Hacia Haití se dirige hasta el 16.6% de las exportaciones totales dominicanas, según el ODCI. Y ese mercado se quiere ir volando.