GV. Accidentes ferroviarios

Entre un medio de transporte y otro hay grandes diferencias en cuanto al impacto económico de un accidente sobre el fabricante del equipo involucrado.

Si se trata de un avión, sea éste de uso comercial o militar, inmediatamente surgen dudas en relación con la aeronave. El fabricante envía un grupo técnico especializado al lugar de los hechos, esperando que la culpa no haya sido del avión, pero aún así los inversionistas a veces reaccionan vendiendo acciones de la empresa por si resulta ser que hubo un fallo en alguno de los sistemas o estructuras de la nave.

Con otros medios de transporte, como barcos, tranvías y trenes, no sucede tanto así. Los accidentes no suelen provocar pérdidas para el fabricante o el valor de sus acciones.

El deplorable accidente de tren ocurrido el miércoles pasado en Galicia, España, demuestra este punto. Se habló de una deficiencia en el frenado automático, pero en poco tiempo se estableció la responsabilidad del conductor y la velocidad con la que tomó una curva en el trayecto. El fabricante, Bombardier asociado con Talgo, no ha sido afectado por el accidente.

Bombardier es una empresa canadiense con sede en Montreal que se ufana de ser la única compañía que fabrica tanto aviones como trenes. Es más conocida por sus aeronaves comerciales para rutas cortas y medias, siendo el principal competidor de la empresa brasileña Embraer. Con cerca de 70,000 empleados, ocupa actualmente el cuarto lugar en cuanto al número de aeronaves producidas anualmente, después de Boeing, Airbus y Embraer.

Su negocio como fabricante de trenes le representa una tercera parte de sus ingresos y precedió a su expansión al área aeronáutica. Este mes ganó un contrato de 17 millones de euros para la ruta ferroviaria entre Alicante y Barcelona, y está tratando de participar en proyectos en México, Chile, Panamá, Perú y Colombia para depender menos del mercado europeo.