Falta de movilidad social perpetúa desigualdades en América Latina y el Caribe

Banco CAF lanza estudio en el que analiza la inequidad generacional en América Latina

La economista principal para el Banco CAF, Dolores de la Mata. (Fuente externa.)

La desigualdad en América Latina y el Caribe se manifiesta de manera sistemática en otras dimensiones de bienestar como la riqueza, la educación, la tenencia de mejores tierras y las oportunidades laborales, una tendencia que se duplica de generación en generación.

Así lo explicó la economista principal del Banco CAF, Dolores de la Mata, durante la presentación del informe “Desigualdades heredadas: el rol de las habilidades, el empleo y la riqueza en las oportunidades de las nuevas generaciones”.

El informe analiza cuáles son las causas que han mantenido, desde la raíz, los niveles de inequidad en América Latina.

El objetivo es el de recomendar a los países de la región políticas públicas orientadas al acceso a oportunidades para romper con ese círculo vicioso y convertirlo en uno virtuoso a través de políticas públicas orientadas al acceso a oportunidades.

Generaciones

La economista puntualizó que existe una “transmisión generacional” de las desigualdades  presente en las dinámicas que se dan entre padres a hijos.

“Esta alta transmisión, esta fuerte vinculación de bienestar entre partes e hijos tiene como contrastada una baja movilidad social”, señaló.

Puntualizó que solo el 50 % de la población más pobre de Latinoamérica recibe el 10 % de los ingresos generados anualmente, a diferencia del 10 % más rico que se lleva la mitad de esos ingresos.

Formación y recursos

En el caso de República Dominicana y en el ámbito educativo, fundamental para la movilidad ocupacional que permite elevar los niveles de ingresos, el 83 % de los hijos con padres que gozan de educación media-alta también tendrán ese nivel.

Esto se da en oposición al 88 % de quienes terminan un nivel educativo bajo, tal cual lo hicieron sus padres.  

“Entre aquellos nacidos en 1980, la probabilidad de completar la educación superior a la edad de 24 o 25 años era cercana al 50 % para hijos de padres sobre estudios universitarios. Esta posibilidad se reducía al 13 % para aquellos cuyos padres no tenían estudios universitarios”, resaltó la economista.

El estudio también plantea las restricciones financieras, informativas y cognitivas que presentan las familias más desaventajadas para invertir en el capital humano de sus hijos. 

Periodista. Egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), con un semestre adicional en Comunicación Escrita cursado en Maryville College, Estados Unidos. Ha escrito sobre economía para los periódicos El Jaya y elDinero. Apasionada por las finanzas, la cultura, la literatura y el bienestar.