Fabricantes de automóviles se preparan para el fin de un período de crecimiento sin precedentes

Un empleado da los últimos retoques al expositor de la firma Infiniti de cara a la inauguración del 66 edición del Salón el Automóvil de Fráncfort (Alemania). (EFE/Boris Roessler)

Cuando la industria automovilística se reunió por última vez en Frankfurt con motivo de este evento bianual, las ventas de automóviles en Europa se acercaban rápidamente a su nivel mínimo en dos décadas. Pero había un tono optimista por parte de los ejecutivos reunidos y cierta “sprezzatura” (despreocupación) en los elegantes prototipos.

Esos llamativos productos y los mensajes de confianza se pondrán de manifiesto una vez más en el evento de este año en Frankfurt, el cual se abre a los medios de comunicación el martes. Los fabricantes de automóviles y proveedores de piezas de repuesto presentarán más productos que nunca antes: 210 en total.

Pero el estado de ánimo optimista probablemente será forzado. A pesar de una cifra casi histórica de compras de automóviles en EEUU, una sorprendente recuperación en Europa y la buena rentabilidad de algunos de los grandes fabricantes, los analistas están cada vez más preocupados de que el mayor período de ventas de unidades de la industria automovilística esté a punto de acabar.

La trayectoria de ventas globales aún es ascendente — apenas. LMC Automotive, una consultoría, espera ventas mundiales de vehículos de pasajeros de aproximadamente 88 millones de unidades este año, un 0.6 por ciento mayores que las del año 2014. LMC ha estado reduciendo sus pronósticos para el año 2015 para unos cuantos países.

Hay temores de que muy pronto el próspero mercado automovilístico estadounidense se detenga abruptamente, especialmente si suben las tasas de interés.

Los fabricantes de automóviles ya están enfrentando grandes caídas en las compras de vehículos en Rusia y partes de América Latina; y China, el mayor mercado del mundo, que genera el 30 por ciento de las ventas mundiales, va en retroceso a causa de la desaceleración económica del país.

Analistas de Exane BNP Paribas pronostican que las ventas de unidades de la industria automovilística comenzarán a disminuir a partir de 2017. Si tienen razón, la capacidad adicional de producción que los fabricantes de automóviles están poniendo en marcha — la capacidad de fabricar 16 millones más de vehículos para el año 2020 en comparación con los niveles de este año — parecerá un despilfarro y pondrá más presión sobre las ganancias que la industria obtiene por cada automóvil.

Últimamente, el mayor motivo de satisfacción para muchos de los fabricantes mundiales de automóviles ha sido EEUU. En especial, el mercado estadounidense — el segundo mayor a nivel mundial en términos de ventas — está experimentando una gran demanda en medio de alentadores indicadores económicos, como un bajo desempleo.

También ha sido muy rentable para los fabricantes estadounidenses — General Motors, Ford y Fiat Chrysler Automobiles — que experimentaron grandes reestructuraciones durante la crisis financiera.

Los bajos precios del petróleo han provocado un cambio en los gustos del consumidor hacia los “camiones ligeros” — el término más amplio para las camionetas y los vehículos utilitarios deportivos (SUV), los cuales generalmente generan mayores márgenes de ganancias en comparación con los automóviles más pequeños. En agosto, Ford, GM y Fiat Chrysler obtuvieron el 74 por ciento de sus ventas en EEUU de los camiones — una cifra récord.

Pero al encontrarse las ventas estadounidenses a niveles previos a la crisis, los analistas dicen que hay dos factores que podrían frenar la bonanza. En primer lugar, un aumento de las tasas de interés estadounidenses podría reducir el crédito y por lo tanto reducir las compras de vehículos. En segundo lugar, los fabricantes de automóviles podrían intentar compensar la decreciente demanda en China mediante el aumento de las ventas en EEUU, lo cual provocaría una guerra de precios.

Además, la nueva capacidad de producción en los estados sureños de EEUU y en México muy pronto estará disponible debido a los compromisos de fabricantes como Ford, Toyota y Volvo.

Max Warburton, analista de Bernstein, duda que el recuperado mercado europeo pueda compensar un esperado declive de la rentabilidad estadounidense y los problemas en los mercados emergentes. “¿Pueden la demanda europea — y un euro débil — seguir triunfando?” pregunta. “Aún tenemos dudas”.

A Rusia y América Latina — junto con China — se les consideró en algún momento los principales motores futuros de los beneficios para la industria automovilística. Brasil, ahora sumido en la recesión, es un notable punto débil para los fabricantes de automóviles — hasta el momento este año, las ventas han caído un 20 por ciento en comparación con 2014. En agosto Rusia mostró señales de estabilización, pero se espera que las ventas caigan un 36 por ciento este año, agravadas por una aguda caída del rublo.

Pero con mucho la gran preocupación en Frankfurt será China. Las decrecientes ventas en China están afectando la fijación de precios altos y los gigantes márgenes de beneficio que los fabricantes de automóviles han estado disfrutando en el país durante varios años.

General Motors y Volkswagen dependieron de China para obtener el 44 y 41 por cientos de beneficio de explotación respectivamente el año pasado, según AlixPartners, una consultoría.

Los fabricantes lanzarán cierto número de vehículos en Frankfurt que fueron aprobados durante una época de gran optimismo acerca del mercado chino — el cual tenía predilección por los vehículos de lujo hasta que tuvo lugar una campaña contra el consumo ostentoso hace dos años.

Bentley lanzará el Bentayga — el SUV “más rápido y lujoso del mundo”, según la compañía — junto a productos rivales de Jaguar y Maserati.

La disminución en las ventas de automóviles en China sucede en momentos en que existen ambiciosos planes para aumentar la capacidad de producción automovilística en el país. Exane BNP Paribas estima que se añadirán 7 millones de unidades de capacidad para el año 2018 — un aumento del 20 por ciento en comparación con este año.

Los principales ejecutivos de la industria automovilística probablemente pondrán su fe en el potencial a largo plazo del mercado chino. Pero a corto plazo, no es muy probable que China continúe desempeñando su papel de motor del crecimiento de los fabricantes de automóviles.

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