El 68 % de las viviendas de la región Yuma usa lámparas

La región Yuma es una de las demarcaciones con mayor dependencia de fuentes de energía no renovables para las actividades cotidianas del hogar. Según estadísticas del informe más reciente de la Oficina Nacional de Estadísticas (ONE), el 68.5 % de las viviendas utiliza lámparas de gas propano y queroseno.

“Esta alta dependencia no solo limita el acceso a soluciones energéticas sostenibles, sino que también contribuye significativamente a las emisiones de gases de efecto invernadero”, señala la entidad en su boletín 9 titulado “Energía y cambio climático: Una mirada desde la generación eléctrica”.

Al desagregar los datos por región, se indica que, entre las tres provincias que componen la región Yuma (El Seibo, La Romana y La Altagracia), el 30.17 % de las casas se alumbra con lámparas de gas y el 38.28 % utiliza artículos que funcionan con queroseno.

La ONE realizó este levantamiento de información con el objetivo de ofrecer datos precisos y, al mismo tiempo, sensibilizar sobre la situación energética y su relación con el cambio climático en el país. En el informe se describe la generación eléctrica tanto de fuentes renovables como no renovables destinada al consumo de los sectores económicos nacionales, así como las emisiones generadas por el sector eléctrico.

Brecha energética

En ese contexto, detalla que la región Ozama, con un 35.46 % de las viviendas que utilizan energía eléctrica del tendido público, evidencia un mayor acceso a la infraestructura energética formal. Por otro lado, la región Cibao Sur muestra un uso de solo el 7.53 %, lo que resalta una brecha significativa en el acceso a energía eléctrica confiable.

Aunque la adopción de paneles solares es relativamente baja en general, la ONE señala que esta forma de generación eléctrica se destaca en la región Yuma, donde el 20.23 % de los hogares utiliza esta tecnología sostenible, y en el Cibao Noroeste, con un 12.13 %. “Estas iniciativas contribuyen a la reducción de emisiones y avanzan hacia el cumplimiento de los objetivos climáticos establecidos en el Acuerdo de París”, añade el informe.

“Las energías renovables, como la eólica y la solar, no emiten gases de efecto invernadero durante su funcionamiento, lo que las convierte en herramientas clave para mitigar el cambio climático. En contraste, la quema de combustibles fósiles, como el carbón, el gas y el petróleo, libera grandes cantidades de dióxido de carbono y otros gases, intensificando el calentamiento global”, observa la entidad.

Generación renovable

El boletín de la ONE, publicado en diciembre de este año, señala que, en 2022, la energía renovable se generó en 19 provincias del país, acumulando un total cercano a 3,600 gigavatios-hora (GWh) a nivel nacional. En el caso de la región Yuma, la producción de energía se destaca en las pocas viviendas que emplean paneles solares para autoabastecerse.

En este contexto, la Oficina Nacional de Estadísticas resalta que, para alcanzar los objetivos climáticos globales, que contemplan una reducción del 27 % en las emisiones de dióxido de carbono, es crucial acelerar la transición hacia un sistema energético 100 % renovable y adoptar medidas adicionales que promuevan la eficiencia energética.