Conflicto hipotético
Algunos organismos y gobiernos en varios países desarrollados del mundo se dedican a evaluar los efectos de acontecimientos hipotéticos, tales como terremotos, plagas, adelantos técnicos y agotamiento de recursos. Para sus predicciones utilizan mecanismos de análisis basados en modelos esquemáticos de los que extraen resultados cuantitativos, los cuales conllevan usualmente un considerable margen de error.
En estos últimos días esas máquinas de predicción han sido puestas a funcionar para un hipotético conflicto entre China y Japón, los dos gigantes del Lejano Oriente. Su activación surge de la disputa entre ambos países por causa de unas pequeñas islas deshabitadas, cuyos recursos de gas natural no parecen justificar su virulencia. Ambos países reclaman las islas como suyas y por alguna razón la disputa fue activada por actuaciones "espontáneas" de nacionales de los dos lados.
Esa "alguna razón" forma parte de las hipótesis de los modelos de predicción. Entre las razones que son de tipo económico figuran intentos por revitalizar ambas economías, cuyo crecimiento está declinando, o para favorecer a empresas nacionales a expensas de las del otro país. Fábricas y comercios japoneses que operan en China han tenido que cerrar temporalmente debido a las manifestaciones en su contra, que cuentan con el aparente beneplácito de los medios oficiales de comunicación.
En cuanto a las consecuencias potenciales de ese conflicto, éstas dependen como es lógico de su intensidad. Los modelos indican que Europa sería más afectada que los Estados Unidos y que países como la República Dominicana. El precio del oro se dispararía pero no los del petróleo y otros bienes básicos a mediano plazo. América del Sur sería más perjudicada que Centroamérica, México y el Caribe. La India podría salir gananciosa, pero las exportaciones de Australia, el Medio Oriente y muchos países africanos caerían de forma significativa.