Índice de alimentos

La producción de alimentos a escala mundial se ve amenazada por el cambio climático, cuyas consecuencias son cada vez más evidentes

En las presentes condiciones inflacionarias, dado el origen de las alzas de precios, sería muy conveniente que nuestro país fuese un gran productor y exportador de petróleo. Obviamente, no lo somos, lo que nos deja con la segunda mejor opción, la de contar con un sector agropecuario que nos ofrezca seguridad alimentaria.

El Índice Global de Seguridad Alimentaria es elaborado en Londres y auspiciado por Corteva, una empresa estadounidense que era antes parte del conglomerado Dow-DuPont. Incluye 113 países cuya situación es evaluada en función de cuatro factores. Esos factores son la asequibilidad de los alimentos en términos de precio, la disponibilidad de alimentos, la calidad de los productos y la condición en que se encuentran los recursos naturales.

Ubicada en el lugar 47 con una puntuación de 65.4, la República Dominicana ocupa una posición media en la lista. En Latinoamérica, somos solo superados por Costa Rica (73.6), Chile (73.2), Panamá (70.9), Uruguay (68.0) y México (66.9), lo cual es un logro notable en vista de nuestra exposición a huracanes, inundaciones y sequías. Y hubiéramos tenido una posición más alta de no haber sido por el factor relacionado con el estado de nuestros recursos naturales, amenazados por la depredación y la deforestación, para los que la puntuación que recibimos fue de apenas 50.3.

La producción de alimentos a escala mundial se ve amenazada por el cambio climático, cuyas consecuencias son cada vez más evidentes, descubriéndose paulatinamente nuevos efectos perjudiciales que no habían sido anticipados. Dado que en los países subdesarrollados el sector agropecuario tiende a ser el menos tecnificado, compuesto por unidades ineficientes con escaso capital y pobre administración, su vulnerabilidad frente al deterioro ambiental es muy elevada. Por esa razón, en muchos países la seguridad alimentaria involucra la concesión de subsidios a los productores, absorbiendo fondos que podrían dedicarse a fines como la salud y la educación.


Doctor en Economía de Columbia University especializado en empresas, mercados, pronósticos y riesgo.