Sinceramente

El título de esta columna es el nombre dado por una combativa y controversial líder sudamericana a un libro que contiene una colección de anécdotas, vivencias y reflexiones acumuladas durante su carrera política. Puesto a circular inicialmente en Argentina el año pasado por Cristina Fernández de Kirchner, fue presentado este mes en la antigua fortaleza de La Cabaña, en Cuba, país que visita con frecuencia.

La sinceridad de la expresidenta, y actual vicepresidenta, de Argentina no se manifiesta sólo en la portada de su libro. A lo largo de su carrera no ha escatimado palabras para defender sus convicciones y denunciar a sus adversarios, lo que le ha granjeado la ardiente admiración de sus partidarios, pero también la animadversión y enemistad de muchos otros.

El FMI no está dentro de la lista de amigos de Cristina Fernández. Habiendo pagado lo que Argentina le debía, y después de haberlo marginado de todas las decisiones, ella tiene ahora que volver a lidiar con ese organismo gracias al préstamo que el anterior presidente, Mauricio Macri, solicitó y recibió. Sirve de apoyo a su visión oscura respecto de la bondad de los auxilios del FMI, que ahora que el país está de nuevo endeudado con él, está no obstante atrapado entre la recesión y la inflación.

Durante la presentación en Cuba de su libro de 594 páginas, elogiado como era de esperar por las autoridades de ese país, la vicepresidenta argentina declaró enfáticamente que su país no pagará “ni medio centavo” de su deuda con el FMI mientras su economía está en recesión. Dijo que la forma de reactivarla es por medio de grandes inversiones estatales, lo que no deja recursos para pagarle al Fondo. Y por si eso fuera poco, añadió que la Argentina debería recibir un “descuento substancial” sobre dicha deuda.

Pero no es seguro que el actual presidente argentino desee volver a aislar al país de los mercados financieros internacionales, y la llave para que esa puerta siga abierta la tiene el FMI.