Esto es un gracias, no un adiós

Hay un momento para todo bajo el sol, y para este escribidor financiero llegó el momento de poner en pausa esta columna y de despedirse de tantos lectores y seguidores que a lo largo de los últimos 15 años han tenido la amabilidad y la generosidad de dedicarle un breve rato de sus jueves para leerle.

A partir del 16 de agosto, como ya muchos sabrán, asumiré un gran reto profesional, personal y como dominicano, pues me dedicaré a servir al país desde la Superintendencia de Bancos, donde espero poder llevar a la práctica algunas de las ideas y las propuestas hechas desde este espacio de los jueves.

Será, sin lugar a dudas, el honor y el reto de mi vida, no solo por la gran responsabilidad que implica supervisar y acompañar un sistema financiero de miles de millones de dólares y cerca de 3 millones de usuarios, sino por los tiempos de pandemia que vivimos como nación y como humanidad.

Asumiré el desafío de la mano de un equipo de líderes políticos, profesionales y técnicos con una gran vocación de servicio, de impecables hojas de vida, profesionales, con valores morales y un fuerte compromiso con el proceso de cambio que requiere toda la sociedad dominicana.

Durante el último año he sido parte del equipo económico conformado por el hoy presidente electo, Luis Abinader, y puedo dar fe pública de que los destinos del país, en general, y específicamente en el aspecto económico, estarán en buenas manos.

La experiencia de escribidor

Argentarium nació a finales del 2005 y ha sido testigo de primera fila del extraordinario proceso de transformación y modernización de la banca, de los servicios financieros y los primeros avances de los derechos a favor de los usuarios financieros en República Dominicana.

En un inicio la columna era de corte técnico, escrita pensando en su lectura por banqueros, analistas financieros y economistas. Afortunadamente, al migrar al Diario Libre en el año 2007, y en respuesta a la extraordinaria lectoría de este medio, integramos también aspectos de educación financiera, en un lenguaje más llano, asequible y hasta popular que, pareciera ser, caló favorablemente entre ustedes, nuestros lectores.

Eran pocos los espacios dedicados a analizar temas bancarios y financieros de forma exclusiva como lo hizo Argentarium en sus inicios. En la actualidad, existe una variedad más amplia de columnistas y medios especializados, que además de los aspectos técnicos y bancarios, tratan la educación financiera quizás con mejor efectividad que este espacio.

Celebro y aplaudo el desarrollo de estos analistas y deseo, mejor dicho, apuesto, a su crecimiento, desarrollo y madurez, para que sirvan también como veedores, tanto de los bancos y de otros intermediarios, como de las mismas autoridades financieras, siempre a favor de los usuarios, un rol que esta columna trató de jugar desde sus inicios.

Lo más especial

Como columnista, la mayor satisfacción que he recibido está en los cientos, quizás miles, de mensajes privados y correos electrónicos de personas cuyas vidas financieras hemos impactado, de una u otra forma, sobre todo a partir de nuestros contenidos de giro educativo que desarrollamos sobre temas como el ahorro, la inversión y las deudas.

Algo que aprendí en Diario Libre fue que la oportunidad de poder dirigirme a una audiencia tan masiva como la de este medio es una gran responsabilidad, un verdadero honor.

Al madurar como escribidor, comprendí que no se trataba de proyectar mi conocimiento o dominio de temas complejos o sofisticados, sino de impactar a la mayor cantidad de personas de forma propositiva, positiva y educativa.

Esa lección me la llevo también al servicio público que iniciaré a partir de agosto, para obligarme a nunca perder de vista que el protagonista no es el escritor, sino del lector, como tampoco debe serlo el funcionario público ni la organización que dirige, sino la ciudadanía a la que sirve.

Próximos pasos

Abuso del espacio que me brinda Diario Libre para comentarles acerca de los próximos pasos que estaré tomando durante este proceso de transición al servicio.

Dada las responsabilidades para las que ya he sido designado, y lo delicado de que alguna opinión mía pueda confundirse con la del equipo de transición y el presidente electo al que estoy subordinado, he decidido suspender mi presencia en los medios de comunicación y en la mayor parte de mis actividades empresariales privadas.

Antes de hacerse pública esta columna, ya me habré despedido del comentario económico que durante más de una década brindé a través del noticiero estelar de Telenoticias con Roberto Cavada.

Con esta última entrega, también cesaré mi presencia en las redes sociales a título personal, por lo que las redes sociales de @AlejandroFdezW también estarán en pausa, por lo menos mientras dure en la función pública.

Las redes de @Argentarium y el portal financiero Argentarium.com se mantendrán disponibles al público por un tiempo adicional, para cumplir con compromisos contractuales ya asumidos, pero que cesarán al cierre del mes de agosto.

Para que no se pierdan los contenidos de carácter educativo que hemos desarrollado a través de los años, migraremos los mismos al blog de www.Rexi.do, nuestro comparador financiero, el cual se mantendrá activo y actualizado permanentemente, brindando servicios bajo nuestra dirección, en lo que culminamos su proceso de venta accionaria, que se inició esta semana y esperamos concluir antes del 16 de agosto.

Aunque estos anuncios puedan causar alguna sorpresa o sentido de pena o pérdida entre mis lectores o amigos, no hay razón para ello. Desde este nuevo espacio de trabajo, la capacidad de orientar, educar, aportar y proteger al usuario y al mercado financiero será mucho mayor, mientras que nuestro compromiso y nuestra visión continúan siendo los mismos.

Agradecimientos

Concluyo despidiéndome de cada uno de mis lectores, si llegaron hasta este lugar de la columna. Gracias totales por tanta comprensión, por su lectura y por toda la retroalimentación que tan generosamente me brindaron durante estos años.

Gracias también a don Arturo Pellerano, mi “publisher” y a mis directores, Adriano Miguel Tejada e Inés Aizpún, a mis diseñadores Ramón Sandoval, Luis Luis, Luiggy Morales y Yolanda Garisoain, a mis editores y correctores Santiago Almada, José María Reyes, Nelson Rodríguez y tantos otros compañeros de Diario Libre que todos los miércoles, hasta que nos separó la pandemia, me abrieron las puertas de la redacción en un espíritu de camaradería y de respeto que nunca olvidaré.

Finalmente, al periodista Víctor Bautista, promotor y editor en la sombra de esta columna desde que la concebí en el 2005, y mi mentor en materia de comunicación, gracias por tanto.

A todos ustedes, lectores, gracias totales. Volveré en su momento, pero ahora me toca servirles de otra forma, y lo haré con entusiasmo y entrega absoluta, para que al terminar mi ejercicio público podamos retomar este camino que juntos iniciamos. ¡Gracias!

“El dolor de la separación no es nada comparado con la alegría de reunirse de nuevo” Charles Dickens (1812-1870)