Banco Central: Más del 76% de los “millennials” no utilizan chequeras
SANTO DOMINGO. El uso de cheques tiene una tendencia a desaparecer y a ser sustituido por sistemas de pago electrónicos o que estén enlazados con la tecnología donde las manos no tendrán contacto con el dinero.
Según un estudio realizado por técnicos del Banco Central de la República Dominicana, de un universo de 343 personas consultadas de la generación denominada “millennials”, el 76.3% de los participantes no utilizan chequeras, “esto confirma las tendencias globales de disminución en el uso de este instrumento, destinado a desaparecer, por las condiciones poco atractivas que presenta respecto a otras soluciones de pago, como su elaboración en papel, el canje o depósito, el tiempo de tránsito, disponibilidad de fondos...”.
El sondeo realizado por José Anderson Pantaleón, Pitágoras de la Cruz y Andrés Rodríguez, del Departamento de Sistema de Pagos del Banco Central, refleja también que la vía de acceso predilecta entre los nativos digitales a los servicios bancarios es la Banca Electrónica (Internet Banking con un 63.8% y 79.8 siempre o frecuentemente del Internet Banking; solamente un 20.2% de los “millennials” encuestados no lo utiliza nunca o casi nunca lo utiliza. Estos resultados demuestran el alto nivel de confianza en este tipo de soluciones.
“Esto supone un mayor esfuerzo por parte de las entidades bancarias para trasladar su oferta de servicios a sus plataformas de Banca Electrónica, ya que aún persiste la necesidad de realizar algunos trámites de manera personal a través de las oficinas bancarias”, indica el informe.
Según el documento, de los instrumentos de pago utilizados por los encuestados, los que registran mayor uso por parte de los “millennials” son las tarjetas de crédito. El 77% las utiliza frecuentemente o siempre, lo cual es entendible dado su alto nivel de aceptación y a que en ocasiones se constituyen como un requisito para ciertos tipos de consumo. Las tarjetas de débito y las transferencias electrónicas registran un uso también considerable: 66% de los encuestados utilizan ambos instrumentos con frecuencia.
Indica que los instrumentos menos utilizados son las tarjetas prepagadas. El 82.5% de los encuestados no posee ninguna. Si consideramos que este es un instrumento dirigido a quienes recién se inician en los servicios bancarios, es entendible su reducido nivel de uso por la población ya bancarizada.
Un dato interesante es que a pesar de lo que se pudiera esperar de esta generación, los pagos móviles no cuentan aún con un alto nivel de uso en la República Dominicana. El 42% de los encuestados no posee este servicio y tan sólo un 33% lo utiliza frecuentemente.
“Oye, todo yo lo resuelvo desde mi casa o del trabajo. Desde aquí yo pago la luz, el teléfono, si quiero comerme una pizza la pido y la pago aquí. Tú crees que yo voy a ir a un banco a tirarme esa fila...”, así se expresó el ciudadano José Valdez, quien dijo que desde que maneja la tecnología el mundo se le ha facilitado.
Valdez nació en el 1983. Es supervisor de una empresa de bebidas gaseosas. Asegura que “la tecnología es para usarse, ojalá yo que me permitan supervisar desde mi casa, que no me voy a mover de ahí”.
El estudio arroja que las características de los instrumentos de pago preferidas al momento de elegir, los millennials le dan mayor importancia a la seguridad (30%), facilidad de uso y la rapidez, con un 19% cada una; y luego el nivel de aceptación y el costo, con un 15% y 17% respectivamente.
Las personas que nacieron entre los años 1981 y 2000 son denominados “millennials”, conocidos como la Generación Y, sucesora de la Generación X, esta última son los nacidos entre 1965 hasta 1980. Los “millennials”, conforman el grupo de jóvenes que de manera comparativa, han tenido mayor acceso a la educación y poseen, en cuanto a su composición interna, una mayor diversidad cultural a nivel global que las generaciones que le han antecedido.
Quienes nacieron en 1981 hoy día rondan los 35 años y los siguientes por debajo de esa edad. Según el informe “Los millennials y su interacción con los sistemas de pagos”, estos jóvenes se encuentran en sus años más productivos y se acerca el momento en que desplacen laboralmente a la Generación X en cuanto a puestos de trabajo y cargos gerenciales.
Los “millennials” tienen la ventaja de que han crecido con la tecnología, pero además es una generación de consumidores con características muy diferentes a su anterior. Tienen necesidades que impulsan a las empresas a adaptarse a sus demandas.
“Con mucha certeza, los ´millennials´ cambiarán los paradigmas del comercio con hábitos de consumo diferentes, mayores exigencias y gustos, así como preferencias y tendencias distintas a las que prevalecen en la banca de hoy en día en cuanto a la oferta de productos y servicios financieros”, indica el estudio.
Sistemas de pago
Según el estudio, los sistemas de pago se constituyen como uno de los elementos básicos del engranaje económico de toda nación; son una herramienta que impulsa el dinamismo de la economía y de la actividad comercial. Los instrumentos que operan son una alternativa moderna a las formas de pago tradicionales y representan un cambio en la forma en que todos consumimos, adquirimos bienes o contratamos servicios.
La creación, auge y uso de los instrumentos de pago depende en gran medida de las realidades y necesidades sociales que se susciten en un determinado momento y espacio a lo interno de una economía o mercado. Desde este punto de vista, los sistemas de pago son fenómenos sociales que van de la mano con realidades cambiantes, y ligados a su vez a la tecnología, la cual es el elemento de la modernidad con mayor predisposición al cambio.
En el pasado, las tendencias y necesidades de los adultos eran diferentes; el cheque respondía a la necesidad de encontrar una forma distinta de pago que sustituyera al efectivo y por un tiempo ese instrumento cumplió con su objetivo. Luego llegamos a la década del 1990, y con ella sus cambios con el surgimiento de diferentes soluciones electrónicas que vinieron a cambiar las condiciones del juego (ROSS, 2016), apunta el documento.
En nuestro país, previo a la reforma de los sistemas de pago, el tiempo de acreditación para un cheque era de hasta 12 días. Para un “millennial” esto sería inaceptable. La nueva velocidad del comercio, la globalización y la expansión de los horizontes de compra y venta han provocado una demanda cada vez mayor de los instrumentos de pago, desechando el uso del efectivo u otras formas de pago arcaicas, desligadas de las nuevas realidades sociales y económicas.
Esto, sumado al relevo generacional que representa la inclusión de los “millennials”, tanto como consumidores como trabajadores, genera una interesante interacción. Ambos, “millennials” e instrumentos de pago, comparten características, tendencias y predilecciones que darán forma al futuro de los servicios financieros.