A subir la presión

Es muy fácil comparar países en base a una cifra que describa lo que se desea medir. Se elaboran tablas en que los países se ordenan y de ahí se sacan conclusiones.

Pero no siempre con una cifra basta. Estudios hechos por agencias de las Naciones Unidas sobre el analfabetismo y la salud en países africanos encontraron que las tasas comparativas eran irreales. Muchos de los supuestos alfabetizados recaían en su condición anterior al no tener acceso a material de lectura. Y los datos de médicos y camas de hospitales per cápita no tomaban en cuenta que diferencias en la disponibilidad de materiales y medicamentos hacía que el orden efectivo de los países fuese distinto al que aparecía en las tablas.

En la República Dominicana seguimos diciendo que la presión tributaria es escandalosamente baja, cerca del 13% y que hay que subirla en un 4 ó 5%. Al menos dos observaciones pueden hacerse. Una de ellas es que para un contribuyente dado la presión "neta" está dada por lo que paga en impuestos y lo que recibe en servicios públicos, y eso difiere entre países. No es lo mismo un país como el nuestro en que las familias de clase media, sobre las que recae el mayor peso tributario, tienen que pagar colegios, seguridad, recogida de basura, agua, cuidados médicos y demás servicios, a otro en que el Estado cubre esas necesidades y provee seguros de desempleo y otras formas de protección.

Y otra observación es que habría que calcular la presión por sectores, pues no es igual la que existe para el comercio, industria o banca que la que se aplica al turismo, transporte o la agropecuaria.

Si lo que se desea es presentar cuadros estadísticos internacionales para fines ilustrativos, las cifras agregadas de presión tributaria son interesantes pues muestran disparidades existentes. Pero si lo que se quiere es usar esas cifras para decidir políticas y medidas específicas, el dato global no es suficiente.