Viven de la pelota fuera de las líneas de cal; servicios demandan peloteros y fanáticos
SANTO DOMINGO. La pelota otoño-invernal, además de ser el pasatiempo número uno del pueblo dominicano, es una industria que genera trabajos informales del cual dependen cientos de personas.
Si bien es cierto que el pelotero es el principal actor del espectáculo, dentro de las líneas de cal, el espectáculo mueve el “cheleo” en los alrededores del estadio.
Los vendedores de chicharrones, “huevoburger”, mariscos, banderas y gorras, café y té, amén de una u otra paletera, están los lavadores y cuidadores de autos y los revendedores de boletas.
Cada uno de estos actores tiene su historia, pero lo más importantes es que no tienen que hacer lo mal hecho para llevar el arroz y la habichuela a sus hogares.
Comida fuera del estadio
Alberto Contreras, mejor conocido como (El Tuti y Gelo) vende hace más de 30 años mariscos, “domplines” con sardinas y pescado frito.
Su clientela está compuesta mayormente por peloteros, no sólo los que juegan en el país sino también en MLB .
“Al principio yo cargaba bultos con las Estrellas Orientales, vi a una persona cocinando, y aprendí a hacerlo. Con este quehacer se gana bien”, dijo Contreras.
Personalidades deportivas como: David Ortiz, Miguel Tejada, Gerónimo Berroa, Raúl Mondesí, José Guillén entre otros, ha probado las delicias del mar que ofrece Contreras.
Confesó que sustenta a sus cuatro hijos con su negocio ambulante.
Enistora Burgos, tiene 40 años con su negocio de “frikitaki”.
Expresó que nunca la han presionado para que retire su negocio de estas instalaciones deportivas.
“Con esto he mantenido a mi hijo, gracias al dinero que he ganado lo hice bachiller. A mí me compran los jugadores y personas de todas las clases sociales”, dijo Burgos.
Con 37 años, vendiendo “frikitaki”, don Elvis Blanco (Saturnino), de 73 años de edad, define como un invento su llegada a la ventas ambulantes.
Con estas ha mantenido a su único hijo, y entre risas, explicó que ahora es su vástago, quien lo ayuda con su sustento.
Teresa de León, subsiste del negocio de los “frikitakis”, tiene 15 años ofreciendo su producto al público amante del béisbol.
Unos 16 años es el tiempo que tiene, Alexander Jiménez en su puesto de jugos de naranja agria y china con precios de RD$30 y RD$25. Afirmó que saca lo que lo que invierte, y que su negocio le alcanza para sus gastos, porque se ha sabido administrar.
Gilberto Antonio, quien es conocido con el apodo de “Yaniquin” , vende empanadas frente al club house de los Leones del Escogido. Es muy demandado por los jugadores y público en general.
Domingo de los Santos tiene su puesto de chicharón frente a las oficinas de los Tigres del Licey.
Hace 18 años, ofrece sus servicios de comida, y afirmó que conoce la mayoría de los peloteros.
Además, han sido parte de su clientela figuras como Carlos Martínez, Endy Chávez, Anthony Álvarez, Juan Encarnación entre otros.
Comentó que se traslada hacia los entrenamientos de lo diferentes equipos y a las academias de los conjuntos de la MLB.
Gorras y T-shirts
Isabel Viloria, es parte de un negocio familiar donde se vende gorras y camisetas de todos los equipos del béisbol invernal.
A Viloria le ayuda a su hijo en esta mini empresa, que tiene 13 años.
“Las ventas están flojas, pero las ganancias, alcanzan para poder subsistir”, relató.