Una derrota en voleibol acompañada con el adiós de Prisilla Rivera

Las Reinas del Caribe, equipo selección nacional de mayores de voleibol, tropezó en su trayecto con la maquinaria de los Estados Unidos y fueron eliminadas de la contienda de los Juegos Olímpicos Tokio-2020, en los cuartos de final.

Fue el último partido del sexteto tricolor en las olimpiadas y también la última participación de su capitana, Prisilla Rivera, en Juegos Olímpicos, quien en lo personal cumplió una buena jornada competitiva, pero al final del juego reiteró su posición de retirarse y no ser parte del proyecto París 2024.

“Seguiré representando mi país, pero desempeñando otras funciones, asumiendo otro rol y aunque no me vean en la cancha créanme que estaré por ahí, jamás me alejare de mi familia que elegí y que ha recorrido este camino conmigo, recuerden que yo he sido esa gran atleta pero con ayuda de ellas al igual que ellas con mi ayuda, de eso siempre se ha tratado el trabajo en equipo”, afirma la estelar salidora, en un mensaje colgado en su cuenta de Instagram.

Su retiro definitivo será en la copa de septiembre. "Para despedirme en mi casa, con mi público, con mi familia y llevar esa bandera en mi pecho, escuchar y cantar una última vez nuestro Himno Nacional dentro de la cancha", dijo.

Las estadounidenses superaron la ausencia de dos titulares y derrotaron a las dominicanas por barrida en tres sets, 25-11, 25-20, 25-19 para colarse en la lucha por las medallas.

Fue el último partido de las quisqueyanas en la contienda continental, en una historia repetida cuando también alcanzaron los cuartos de final en Londres 2012 y cayeron ante Estados Unidos en la misma fase. No sobrevivieron la primera ronda al competir en Atenas 2004.

Rivera, quien emergió del Proyecto Nacional de Voleibol Femenino, una escuela que funciona en el Pabellón de Voleibol del Centro Olímpico Juan Pablo Duarte, en la República Dominicana, accionó por más de 20 años en las selecciones nacionales. Afirmó que “ha llegado el momento de decir adiós”, un adiós que afirma lo expresa con alegría porque en su momento lo dio todo su país y se va con la satisfacción de que se esforzó al máximo en cada evento y que “cada gota de sudor valió la pena”.

Aunque no logró una medalla olímpica dijo: “Mi presea será el cariño que espero seguir recibiendo de ustedes, que para mí tiene un valor incalculable”.

Dio gracias a Dios por darle salud y la oportunidad de representar el país con éxitos en muchos eventos regionales y mundialistas y por darle “la sabiduría y capacidad de tomar las decisiones correctas en los momentos de angustia”.