Conozca más de la vida de Zacarías Bonnat: precariedades, oposición del padre y xenofobia
La familia Bonnat Michel tuvo dificultades para estudiar debido a la falta de documentos El pesista nació en Bayaguana y es ahí donde conoce las pesas, iniciado por Daniel Vivieca
El medallista de plata de la división de los 81 kilogramos en los Juegos Olímpicos de Tokio, Zacarías Bonnat Michel ha tenido que superar una serie de adversidades para llegar donde hoy está: en la historia del deporte dominicano.
Además de las precariedades, fruto de la pobreza de su familia, encabezada por sus padres Daniel Bonnat y María Rosa Michel, enfrentó el racismo y la falta de papeles para avanzar en este país, como en cualquier otro.
Bonnat ganó su plata en el Foro Internacional de Tokio el pasado 31 de julio.
Este héroe de la provincia Monte Plata pudo ver frustrada su carrera, ya que su padre al principio se oponía. “Al comienzo no quería porque vivía en Bayaguana, pensé que los muchachos, la cosa no estaba muy abierta y podían dañarme la imagen del muchacho”, señala el padre del atleta.
Zacarías se auxilia de su madre y con la aprobación de María Rosa se va a escondidas a entrenar las pesas. Cuando el padre se vino a dar cuenta, Bonnat estaba algo avanzado a su deporte. “Ahí accedí”.
“Muy contento y emocionado al ver que el muchacho lo logró. No tengo palabras para decir la forma en que me siento contento”, señala Daniel.
Zacarías es el segundo de tres hermanos, la mayor es Esther y el menor es Gedeón. Todos nombres bíblicos otorgados por sus padres Daniel Bonnat y María Rosa Michel.
Son residentes del Barrio Los Suizos, en Monte Plata. Precisamente fue a este municipio de la provincia, que lleva ese mismo nombre, donde llegó la familia.
Posteriormente se mudaron Bayaguaya. Ya Esther había nacido y los padres también conciben a Zacarías y a Gedeón. Es aquí donde conoce las pesas siendo su primer entrenador, Daniel Vivieca, su hermano menor, Gedeón se apegó del taekwondo, el deporte que abrazó hasta alcanzar el grado de cinturón negro.
El protagonista de plata, que se convirtió en el primer atleta del país que gana una medalla en pesas, comenzó sus estudios en la Escuela Julio Abreu Cuello, siguió en la Escuela 27 de Febrero y completó sus estudios medios en el Liceo Moraima Veloz de Báez.
Bonnat, antes de ser pesista, primero incursionó en lucha olímpica y karate y los dos, Zacarías y Gedeón, tuvieron por profesor de karate a Juan Ureña. También es amigo de infancia del medallista de bronce en taekwondo, Luisito Pié.
Dificultades para estudiar
Los tres hermanos sufrieron de algún tipo de atraso en sus estudios. Eran hijos de inmigrantes, en este caso de Haití.
Daniel, el papá, proviene de Petit-Gooav y María Rosa, la madre, de Thomassique. Son tan precisos que hasta recuerdan la fecha en que pisaron territorio dominicano. Él, el 2 de febrero de 1989 y su esposa, el 5 de diciembre de 1994.
Además de la construcción, su padre también fue fotógrafo, oficio que ya abandonó. Hoy es pastor de la Iglesia Cristiana Reformada, kilómetro 12 de Monte Plata.
Cuando sus hijos quisieron estudiar tuvieron dificultades. “Los tres pasamos por el mismo caso, por ser padre de inmigrantes”, señala Gedeón. “Gracias a Dios estamos todos solucionados”.
En el caso de Gedeón desde 2017, Zacarías unos años antes. Para avanzar en ese campo, la Federación Dominicana de Pesas lo ayudó, “porque desde hace mucho tiempo presentaba las condiciones para una medalla internacional, pero no tenía los documentos”.
Una vez que consiguió sus documentos, entonces la Fuerza Aérea de República Dominicana “lo reclutó en seguida”, dice el hermano menor.
Precariedades
Gedeón, al momento de conversar sobre la medalla de su hermano, más bien se transporta a momentos difíciles vividos por la familia. No da los detalles específicos, pero sí advierte que fueron momentos adversos.
“Imaginarme momentos dolorosos, duros, incluso para él. Incluso las precariedades hacían que se viera imposible, las precariedades hicieron que él pensara que no iba a llegar”, recuerda Gedeón. “Cuando besó los discos, pude trasladarme hasta el podio y ver las lágrimas de mis padres, verlos llorar y ver que él logró el sueño que él estaba persiguiendo es algo inexplicable”.
Sabor del triunfo
Luego de ver al hermano ganar la medalla a Esther le di con “llorar y reír a la vez”, dice. “No podía apoyarme de uno porque van juntos. Tú no hayas cómo manifestarlo. No hay forma de cómo desarrollarlo. Fue muy emocionante. Satisfactorio”.
Resalta de Zacarías “su sencillez” y que es “centrado”, dos factores que admira del medallista de plata.
Sobre comentarios xenófobos
“Si el presidente fuera negro, lo estarían acusando de igual forma”, señala Esther.
Sobre Zacarías recayeron comentarios xenófobos. Ella, Esteher, estaba preparada. “Esa situación sabíamos que iba a llegar”. Lo importante es que lo han tomado con calma.
“Nosotros como dominicanos de ascendencia haitiana, merecemos desarrollar nuestros conoci- mientos. Nuestra juventud debe de romper con ese paradigma”, dice Gedeón.
“El mundo es una mezcla”, apunta Daniel.
“Esto, si yo soy haitiano, que si estoy en este país o en otro, no quita nada, porque muchos dominicanos están en distintos países. Es una mezcla en el mundo entero”, observó el padre de los Bonnat Michel.
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