El bloqueador no ayuda, pero evita descubrir el dopaje
El caso de Robinson Canó explica severidad de la WADA con estas sustancias
Cuando en mayo de 2018 Robinson Canó fue suspendido por fallar a la primera prueba de dopaje entre su amplia legión de simpatizantes quedó el argumento defensor de que se trataba de un diurético… que no ayuda a mejorar el rendimiento.
La sustancia que “envenenó” el legado de Canó ese año fue furosemida, la misma que acaba de enlodar la carrera de la voleibolista Lisvel Eve Mejía en la víspera de los Juegos Olímpicos. Entre quienes se solidarizan con “La China” cuestionan la severidad de la WADA contra estas “píldoras de agua”.
Pero en noviembre de 2020, ya con 37 años, el intermedista petromacorisano sirvió de ejemplo del porqué el Código Mundial Antidopaje es implacable contra los diuréticos, puesto que sirven como bloqueadores para identificar sustancias vetadas.
Esa segunda sanción se debió a que en el cuerpo de Canó se encontró stanozolol, un esteroide anabolizante con propiedades similares a la hormona de crecimiento testosterona.
¿Qué tiempo llevaba Canó dopándose, un pelotero que llegó a la MLB en 2005, con 22 años y que construyó un expediente como para llegar al Salón de la Fama? Los bloqueadores como el furosemida cuando no son descubierto se encargan de evitar que sustancias prohibidas sean detectados y se utilizan en la fase de “limpieza”.
Lo explica Marcos Díaz, quien preside la Convención Internacional Contra el Dopaje en el Deporte de la UNESCO, para subrayar la severidad contra los bloqueadores en el enfoque de garantizar el juego limpio.
Díaz indicó que Eve irá a un panel disciplinario, que escuchará sus explicaciones sobre cómo la sustancia llegó a su cuerpo, pero insistió en que siempre el atleta es el responsable. Allí podrá pedir perdón, argumentar su trayectoria limpia de casi tres lustros, cooperar y en función de la información que levante el panel se determinará el tiempo de la sanción.
Díaz explicó que el Código Mundial incorporó en 2021 sanciones al perímetro vinculante del atleta, que puede alcanzar hasta al cuerpo médico.
Eve cumplirá 33 años en septiembre y será la tercera voleibolista sancionada tras Nuris Arias (por dos años en 2003) y Evelyn Carreras (por uno en 2007). En París se perdió la oportunidad de disputar sus terceros Juegos Olímpicos.
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