Crece el escándalo por los patrocinios de Tokio 2020
La fiscalía de Tokio allanó el lunes las oficinas de Daiko Advertising en Osaka
Las acusaciones contra un exmiembro del comité organizador de los Juegos Olímpicos de Tokio se ampliaron el martes cuando la fiscalía japonesa "rearrestó" a Haruyuki Takahashi en un caso sobre supuestos pagos de una empresa editora que se convirtió en patrocinadora de los Juegos.
Las nuevas acusaciones se centraban en 76 millones de yenes (540.000 dólares) que recibió Takahashi de la editora con sede en Tokio Kadokawa, según la fiscalía del distrito de Tokio. El acuerdo permitió a Kadokawa, que también produce juegos y películas, publicar programas y otros libros relacionados con los Juegos de Tokio.
El martes también fueron detenidos dos empleados de Kadokawa, Toshiyuki Yoshihara y Kyoji Maniwa, que supuestamente depositaron el dinero.
Takahashi lleva encarcelado desde su detención del mes pasado por sospechas de que recibió sobornos de la fabricante de ropa Aoki Holdings. El martes fue acusado formalmente de recibir 51 millones de yenes (360.000 dólares) en sobornos de Aoki.
Tres trabajadores de Aoki fueron acusados de pagar sobornos. El dinero se depositó en una cuenta bancaria de la empresa de Takahashi entre octubre de 2017 y marzo de este año, dentro de los esfuerzos de Aoki por convertirse en patrocinador olímpico y fabricar productos oficiales de los Juegos, según la fiscalía.
Aoki, que fabrica los trajes que suelen llevar los graduados de secundaria para entrevistas de trabajo, fue una elección inesperada para vestir al equipo olímpico japonés, mientras otros países optaban por firmas de moda de alto nivel para diseñar los uniformes.
Kazumasa Fukami, responsable de una firma de consultoría, fue detenido como sospechoso de ayudar a Takahashi a recibir los sobornos.
Takahashi, exdirectivo de la firma de publicidad Dentsu, fue decisivo en la coordinación de los patrocinios olímpicos. Dejó la junta de Dentsu en 2009, pero seguía teniendo una influencia considerable en el sector publicitario y de organización de eventos en Japón, y dirigía su propia compañía.
No fue posible solicitar comentarios al exdirectivo, aunque algunos medios japoneses citaron declaraciones suyas en las que insistía en su inocencia y atribuía los pagos a servicios de consultoría.
Tsuguhiko Kadokawa, presidente de Kadokawa y que no estaba implicado directamente en las acusaciones, negó que su empresa hubiera pagado ningún soborno, según reportes en medios japoneses.
La fiscalía de Tokio allanó el lunes las oficinas de Daiko Advertising en Osaka y Tokio dentro de las pesquisas sobre corrupción olímpica. No se han hecho detenciones en el caso Daiko.
El escándalo probablemente será un revés para las aspiraciones japonesas de organizar los Juegos Olímpicos de Invierno de 2030 en Sapporo. Seiko Hashimoto, legislador y exdeportista olímpico que dirigió los Juegos de Tokio, ha prometido cooperar con la investigación.
Tokio celebró los Juegos Olímpicos y Paralímpicos con gran fanfarria, pero también entre críticas por el coste disparado, en el verano de 2021. La cita se demoró un año y se celebró sin venta pública de boletos debido a la pandemia de COVID-19.
El coste oficial de los juegos fue de 13.000 millones de dólares, la mayoría de fondos públicos.
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