Scheffler, DeChambeau y Homa resisten para compartir la cima del Masters
Durante unas 12 horas, el viento rugió entre los pinos, esparció hojas de las magnolias en el prístino campo Augusta National
AUGUSTA, Georgia, EE.UU. (AP) — Max Homa disputó una ronda hermosamente aburrida de golf, en medio de vientos intensos y otras calamidades en el Masters. Y concluyó el miércoles compartiendo la cima con Scottie Scheffler y Bryson DeChambeau, de cara a un fin de semana reservado para los sobrevivientes.
Homa se anotó 15 hoyos en par. Pero su recorrido pareció mucho mejor que sus números. Entregó una tarjeta de 71 golpes, uno debajo del par.
Scheffler incurrió finalmente en su primer bogey en el Masters, y luego en otros más. Sin embargo, se mostró sólido en la parte final de la jornada para rescatar un 72, su peor marcador del año.
DeChambeau jugó el hoyo 13 desde el fairway del 14 —llegó a arrancar una señalización de madera que le obstruía la visión— y finalizó con 73 impactos.
Durante unas 12 horas, el viento rugió entre los pinos, esparció hojas de las magnolias en el prístino campo Augusta National e hizo que la arena saliera volando de las trampas blancas, para azotar el rostro de los golfistas, quienes trataban de domar a esa fiera salvaje en la que se convirtió el terreno.
“Principalmente, lo que traté de hacer ahí fue un buen número de pares, para mantenerme en el torneo”, dijo Scheffler, en un testimonio de lo complicado que fue el día.
Los 60 jugadores que pasaron el corte, fijado en 150, seis sobre par, encontrarían algo de alivio, pero todavía bastante viento. Entre los que seguirán jugando el sábado figuran el chileno Joaquín Niemann y el colombiano Camilo Villegas, con rondas respectivas de 78 y 75 golpes.
También estará Tiger Woods.
El astro impuso un récord del Masters al pasar el corte por 24ta ocasión consecutiva. Tuvo que disputar 23 hoyos en la jornada —cinco en la mañana para finalizar la primera ronda, demorada por la lluvia. Luego, disputó una segunda jornada en la que supo mantener la pelota en juego y quedó en 72, igualado en par.
En este recorrido, lo importante fue terminar y sobrevivir.
“Esto es lo más feliz que puedes estar al salir de un campo de golf”, dijo Homa. “Fue muy duro. Tuvimos una tormenta de arena para cerrar el día. Fue como si el campo nos dijera: ‘Lárguense al infierno’”.
El marcador promedio fue de 75,09. Sólo ocho golfistas quedaron por debajo del par. El mismo número de jugadores tuvo marcadores de 80 o peores.
Ludvig Aberg logró la ronda más baja, con 69.
“Nunca antes había experimentado algo así”, dijo DeChambeau. “Pero qué prueba tan dura”.
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