Los aplausos a Mickelson no devuelven normalidad al golf

Phil Mickelson se abrió paso por el primer fairway y levantó los pulgares casi como un acto reflejo

Phil Mickelson observa su tiro de salida al hoyo 5 durante una práctica para el US Open, el martes 14 de junio de 2022 en Brookline, Massachusetts (AP Foto/Charlie Riedel) (The Associated Press)
Phil Mickelson se abrió paso por el primer fairway y levantó los pulgares casi como un acto reflejo, pese a que no estaba respondiendo a alguna palabra de aliento desde el graderío o detrás de las sogas.

En ese sentido, el martes fue típico de una semana en que se disputará el U.S. Open.

Ésta es la 31ra aparición de Mickelson. Pero para él y para muchos otros en el golf será difícil encontrar cualquier sensación de normalidad.

La liga LIV Golf y las riquezas saudíes que la respaldan recibirán tanta atención como la maleza crecida o los greens firmes. Se menciona a Greg Norman tanto como a Francis Ouimet.

Y Brooks Koepka está harto de escuchar todo esto.

“¡Hombre, trato de concentrarme en el US Open!", reclamó Koepka, bicampeón de este torneo. “Legítimamente no entiendo esto. Estoy cansado de las conversaciones y de todo esto. Ustedes están colocando una nube negra encima de este US Open, y creo que esto apesta”.

Michelson está en el corazón de la liga rival que Norman opera. Salió de un receso de un mes la semana pasada, en las afueras de Londres, para disputar el primer torneo de LIV con otros 13 golfistas que están ahora en The Country Club para el US Open.

El martes, Mickelson jugó con el español Jon Rahm y con Kevin Na. A la hora de aproximarse al primer tee, recibió un aplauso, un poco apagado en comparación con los de otros años.

“Este es tu año, Phil”, le gritó sin embargo alguien. “Te amamos, Phil”, dijo alguien más.

Un aficionado reconoció a Rahm y le dirigió también palabras de aliento. Fue un buen gesto para el campeón defensor.

Pero Brookline se asemeja en muy poco a Torrey Pines, donde Rahm se convirtió el año pasado en el primer jugador en la historia del US Open en lograr birdie en los últimos dos hoyos para ganar por un golpe de diferencia.

El escenario es típico de Nueva Inglaterra, no de la costa de California. Pero el desafío parece conocido.

“Es un US Open. Necesitas de todo”, dijo Rahm. “Necesitas hacer un buen drive, golpear bien con tus hierros, estar bien con el chip y con el putt. Estar cuerdo durante cuatro días. No puedes flaquear, punto. Vas a tener muchos hoyos en los que las cosas saldrán mal, pero simplemente tienes que sobreponerte y aceptar lo que puede pasar”.

“Evidentemente, como en cada US Open, quedar en par es bueno”.

La mayor preocupación del español fue encontrar espacio en un green de práctica repleto de campeones de majors, ganadores en la Gira de la PGA, amateurs y jugadores locales en busca de la clasificación. Esto también es típico en el US Open.

Sin embargo, es difícil apagar el ruido del exterior.

En febrero, cuando los principales jugadores cerraron filas en torno de la Gira de la PGA, McIlroy dijo que el proyecto saudí estaba “muerto”.

El martes, se le recordó aquel comentario.

“Creía que estábamos en el US Open”, se limitó a decir.

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