La LDF tuvo un 2024 cargado de logros en cada flanco de la cancha

El circuito superó estándares foráneos, además de excelente desempeño en el Caribe

El Cibao FC retuvo el título de la LDF y fue subcampeón del Caribe. (Fuente externa)

La LDF cumplió a cabalidad un 2024 que se va cargado de logros en cada flanco de la cancha, sobresaliendo la Copa Caribeña de Clubes Concacaf, alto nivel competitivo del campeonato; además de la confirmación emperadora de Cibao y una caterva de talentos que comenzaron a convertirse en figuras.

En el Caribe, la LDF también acrecentó sus pantalones largos, logrando por primera vez un finalista y dos equipos que asistieron a semis de la Copa Caribeña. Cibao no ganó el cetro, con todo y vencer en la vuelta al Cavalier (2-1, decidió gol visitante), tras llegar a la etapa de los mejores cuatro junto con Moca.

Y como mayor constancia, la liga paisana, igualmente, mostró su estatus con cinco piezas que integraron el Onceno Ideal de la Concacaf. Rivaldo Correa (Cibao), Clifford Thomas (Moca), Jean Carlos López (Cibao), Guillermo de Peña (Moca) y Gustavo Azcona (Moca) resonaron en la Copa Caribeña.

En el plano nacional, la LDF vino de una media histórica que rozaba 2.5 (estándar mundial) para superar los 2.7 (329 en 120) este 2024, la tercera ocasión por encima del referido umbral foráneo. Sólo en 2015 y 2018 la liga sobrepasó al 2024 (2.74). La temporada tuvo la segunda mitad más ofensiva en la historia, con promedio de tres por partido.

La Liguilla en sus cinco temporadas, también encontró este año su mayor caldo de cultivo, y los playoffs semifinales y final mantuvieron la tónica ofensiva.

El presidente de la LDF, Milton Ray Guevara, destacó los logros como una muestra del gran crecimiento que tiene el circuito en todos los órdenes en la cancha, reflejado también a nivel del área caribeña.

El momento de mayor esplendor en la cruenta temporada resultó en los playoffs profundos, donde dos equipos revirtieron marcadores de la ida para ganar sus llaves.

Lo que lograron Cibao y la universidad O&M fue más que inédito, de antología.

La naranja ganó un quinto título (cuarto en línea) estrambóticamente a los omeyanos, quienes llegaban de remontarle a Pantoja. Y esos mismos rivales dieron la final más dramática jamás presenciada en el torneo doméstico. Cibao también lo hizo contra la academia para coronarse.

Otro enorme eslabón del año fueron los siete jugadores que armaron cifras dobles en goles (10+), además de que entre los primeros veinte mejores ofensivos la mitad fue de piezas nativas.

Entre las figuras que más se destacaron , relucen los nombres del letal colombiano Correa; Juan Díaz, Ángel Montes de Oca, Yessy Mena, Yoán Melo, Iván Pérez, Luis Espinal, Isaac Báez, Herard Franzetty, Julio Murillo, Darly Batista, Thomas, Azcona, JC López, De Peña y un interminable rosario de talentosos nativos e importados.

Guevara destacó que la LDF cada año muestra una superación progresiva y que la mayor demostración es la cantidad de jugadores de alto nivel que pisan sus canchas, nativos como importados.

El certamen mostró una verdadera pléyade de exuberante talento que sube como la espuma en el firmamento futbolístico quisqueyano. La mayor muestra la conforma un grupo de alto estándar, como los juveniles Javier Roces, Lucas Bretón, Yordy Álvarez, Ángelo Gómez, Maxi Jerez, Pedro Espinal, Keudy Jiménez, Dorlus Eliader, Julio Rosario, Kleffer Marte, Abraham Mejía, Jeremi Rijo y Alejandro Rodríguez.

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