Las 10 imágenes de la Eurocopa
La Eurocopa 2024 celebrada en Alemania ha terminado con la selección española como ganadora e invicta en todo el torneo, pero éstas han sido las fotos que nos ha dejado la competición
La Eurocopa de Alemania culminó con la victoria de España y la potente imagen de Álvaro Morata levantando la Copa al cielo de Berlín. Fue la fotografía soñada por todas las selecciones y solo una se llevó el premio, España/Inglaterra. El resto, poco a poco se quedó por el camino, desde la primera en caer eliminada, Polonia, hasta la última España/Inglaterra. Pero muchas, aunque no vencieron, protagonizaron o vivieron en sus partidos otras imágenes que también quedarán en el recuerdo.
1. Las lágrimas de Cristiano Ronaldo
Hasta la Eurocopa de Alemania, Cristiano ya había llorado con Portugal en otras dos ocasiones: cuando perdió la final de 2004 frente a Grecia y cuando la ganó en 2016 a Francia. Ocho años después, el destino le tenía reservado una tercera que tal vez no esperaba, porque el jugador del Al Nassr se derrumbó durante el partido de octavos de final que disputó su selección frente a Eslovenia.
El encuentro, 0-0, se fue a la prórroga. En el minuto 103, el árbitro pitó un penalti que Cristiano no dudó en lanzar. Sin goles durante todo el torneo, Cristiano se dispuso a marcar el primero para clasificar a su equipo. Sin embargo, Jan Oblak adivinó su lanzamiento y evitó la celebración del atacante luso. Después, en el descanso de la prórroga, lloró desconsolado por su error. Aún así, se mantuvo en el partido y en la tanda de penaltis marcó su intento, Portugal se clasificó por los pelos y Cristiano respiró aliviado.
2. Modric, el MVP más triste
Luka Modric vivió una de los días más tristes de su carrera en el estadio del Leipzig. Su continuidad en la Eurocopa, la última aventura con su selección después de una década y media al frente, estaba en juego. Croacia apenas sumaba un punto después de las dos primeras jornadas y necesitaba ganar a Italia sí o sí para clasificarse. Entonces, el centrocampista del Real Madrid, vivió en una montaña rusa de emociones que le dejó totalmente abatido.
Con 0-0 en el marcador, se atrevió a lanzar un penalti en el minuto 54. Lo falló. Pero, instantes después, resucitó porque acertó a marcar el gol de Croacia que daba la clasificación a su selección. Sin embargo, el destino le tenía reservado un golpe tremendo. Vio los últimos instantes del choque desde el banquillo y desde lejos observó como Mattia Zaccagni, en el minuto 98, marcaba el gol del empate para Italia. Croacia, estaba eliminada. Modric, se despedía de las grandes competiciones internacionales. También, probablemente de la selección. La UEFA le dio el trofeo al mejor jugador del partido y la fotografía de Modric sujetando su premio con los ojos enrojecidos por las lágrimas, fue una de las más potentes de la Eurocopa.
3. La tormenta de Dortmund
Alemania, como un cohete tras la fase de grupos, se enfrentó en octavos de final a Dinamarca en un duelo épico. El conjunto dirigido por Kasper Hjulmand opuso una feroz resistencia al que era considerado uno de los favoritos a llevarse la victoria final. Dispuso de muchas oportunidades para dar un susto a su rival, que tal vez respiró aliviado cuando se tuvo que detener el partido. Un tormentón eléctrico de dimensiones colosales con una chupa de agua monumental incluida, cayó encima de Dortmund y el partido se suspendió durante media hora al filo del descanso.
Las imágenes de los rayos sobre el Westfalenstadion y de las cascadas de agua que se formaron desde el tejado a las gradas, fueron impactantes. También la de dos aficionados daneses, debajo de uno de esos torrentes, visualizó a la perfección la cantidad de agua que cayó sobre el escenario de un choque que, finalmente, cuando se reanudó, cayó del lado alemán. En un minuto, todo cambió: Dinamarca marcó por medio de Joachim Andersen, su gol fue anulado por un fuera de juego milimétrico y casi en la siguiente jugada tocó el balón con la mano dentro del área. Kai Havertz marcó el penalti, Jamal Musiala sentenció y Alemania sobrevivió a todo: a Dinamarca y a la tormenta.
4. La chilena de Jude Bellingham
Inglaterra alcanzó los octavos de final casi por inercia. Nunca por buen juego, porque durante los tres primeros de la fase de grupos se estrelló en ese aspecto. Ganó 0-1 a Serbia en su estreno con un cabezazo de Jude Bellingham, empató 1-1 ante Dinamarca y no pasó del empate sin goles frente a Eslovenia. Con cuatro puntos, criticado por medios de comunicación y aficionados (incluso lanzaron vasos a Gareth Southgate tras lograr el billete a octavos) y con un juego pésimo, Inglaterra se citó con Eslovaquia en la siguiente fase.
Todos esperaban que diera un golpe encima de la mesa y que ofreciera otra imagen distinta. Sin embargo, nada de eso ocurrió. Con un tanto de Ivan Schranz, Eslovaquia se adelantó en la primera parte. Inglaterra, incapaz de romper la defensa de su rival, se encaminó hacia el final con una derrota bochornosa. Entonces, sobre la bocina, apareció Bellingham para rescatar a su selección con una chilena descomunal en el minuto 95 que llevó el partido a la prórroga, en la que Kane sentenció a Eslovaquia. Inglaterra, gracias a una fugaz aparición del centrocampista del Real Madrid, se mantuvo con vida en el torneo.
5. La nariz y la máscara de Mbappé
Kylian Mbappé no fue protagonista en la Eurocopa por sus acciones sobre el césped. Su participación en el torneo estuvo marcada por una acción durante el primer partido de Francia de la fase de grupos frente a Austria. Con 0-1 en el marcador a favor del equipo de Didier Dechamps, Mbappé, en el minuto 84, sufrió un golpe que cambió su destino. Al intentar rematar de cabeza la pelota, golpeó con fuerza su nariz contra el hombro de Kevin Danso. Enseguida comenzó a sangrar y, aunque terminó el partido, el diágnostico no fue nada bueno para el delantero del Real Madrid: fractura en la nariz.
Para poder continuar su aventura en Alemania, tuvo que ponerse una máscara protectora durante los partidos. Tuvo hasta dos diseños diferentes, se la ajustó unas cuantas veces para adaptarla a su rostro. Llegó a decir que la odiaba porque no le dejaba jugar sin molestias. Visiblemente incómodo con ella, no rindió al nivel que se esperaba del jugador del Real Madrid. Sólo aportó un tanto de penalti, el que celebró ante Polonia, y poco más. En semifinales frente a España, prescindió de ella. Arriesgó, mejoró, pero fue tarde. España alcanzó la final y Mbappé pasó de puntillas por la Eurocopa por culpa de una fractura y de una máscara que le trajo por la calle de la amargura.
6. El gol de Mikel Merino: en el nombre del padre
El jugador de la selección española, reserva habitual para Luis de la Fuente, tenía reservado un momento especial y único. Se presentó en cuartos de final para enfrentarse a Alemania como casi siempre, con un hueco en el banquillo. En los anteriores choques, disputó casi media hora frente a Croacia, un minuto testimonial contra Italia, el partido completo de Albania y los últimos instantes de los octavos ante Georgia. Sin embargo, no imaginó que había un momento reservado para él que generaría una foto icónica.
Lo protagonizó en el minuto 119 de la prórroga. El partido terminó 1-1 y Merino apareció en el terreno de juego en el minuto 80 para sustituir a Nico Williams. Y cuando el choque parecía destinado a los penaltis, apareció el jugador de la Real Sociedad para rematar un centro de Dani Olmo con un cabezazo inapelable marcado por un giro de cuello impecable y por un salto extraordinario. El balón besó la red y lo celebró igual que su padre, Miguel Merino, que en 1991, y en el mismo escenario, el MPHArena de Sttutgart, marcó un tanto en la Copa de la UEFA..34 años antes, Merino padre bailó alrededor de un banderín de córner; 34 años después, Merino hijo, repitió la escena. Celebró el pase de España en el nombre del padre.
7. El último toque de Toni Kroos
El 21 de mayo de 2024, Toni Kroos anunció en un comunicado el final de su carrera deportiva después de la Eurocopa. Desde ese día, comenzó una cuenta atrás para el final de uno de los mejores mediocentros de las últimas décadas. En su club, el Real Madrid, se marchó a lo grande, con un título de Liga bajo el brazo y con un último partido, en Wembley frente al Dortmund, tras el que se coronó campeón de Europa por sexta vez. Pero aún le quedaba una aventura. Después de tres años sin jugar con su selección, decidió marcarse un último baile con Alemania en la Eurocopa.
Después de la fase de grupos, cada partido se convirtió en un 'match ball' para Kroos. Superó el primero ante Dinamarca en octavos, pero no pudo con el de cuartos, precisamente frente a su querida España. Un gol de Mikel Merino en el minuto 119 de la prórroga acabó con su plan perfecto: terminar su carrera como campeón de la Eurocopa. Pero desde el acierto de Merino hasta el final, intentó por todos los medios igualar el marcador. Entonces, en el tiempo añadido, lanzó una falta con rosca que no llegó a buen puerto y el árbitro pitó el final. Ese fue su último toque. No hubo más. Después, su cara de decepción mirando al césped mientras a su espalda saltaba de alegría todo el banquillo español, fue la imagen con la que cerró su dilatada y exitosa trayectoria.
8. El gol de los récords de Lamine Yamal
Sin duda, Lamine Yamal se convirtió en uno de los grandes referentes y atractivos de la Eurocopa. Llegó a la cita con 16 años y se marchó con 17. Celebró su cumpleaños en la víspera de la final que disputó España frente a Inglaterra y por el camino dejó unas actuaciones espectaculares en las que mostró un descaro insultante para su edad. La verticalidad de su fútbol, la velocidad, el desequilibrio y su fino toque de la pelota, fueron una arma clave para España, que gozó de las apariciones de su jovencísimo futbolista.
Pero a Lamine Yamal se le resistía una cosa: marcar un gol. Hasta semifinales, dejó decenas de jugadas y tres asistencias, pero le faltaba ese tanto con el que sellar su magnífica actuación. Éste llegó y en el mejor momento, en semifinales, cuando España perdía 0-1 con Francia. El jugador del Barcelona se sacó de la chistera un zapatazo monumental desde fuera del área que entró casi por la escuadra de la portería de Mike Maignan. Su tanto sirvió para rescatar a España y, ya de pasó, para batir el récord del jugador más precoz en marcar en toda la historia del torneo. Y, por cierto, ese día también superó a Pelé como el futbolista de menos edad en disputar unas semifinales de un gran torneo (Eurocopa, Mundial y Copa América). Casi nada.
9. Mert Günok y el paradón de la Eurocopa
Varios porteros firmaron actuaciones descomunales. Gianluigi Donnarumma (Italia), Giorgi Mamardashvili (Georgia), Bart Verbruggen (Países Bajos) o Mike Maignan (Francia) recibieron los aplausos de los medios de comunicación y aficionados. Los merecieron por su consistencia a lo largo de todos los partidos que disputaron. Sin duda, fueron los mejores guardametas de toda la Eurocopa por sus grandes y regulares actuaciones. Pero ninguno de ellos protagonizó la parada más espectacular de todas.
Ese honor fue para el portero de Turquía Mert Günok, que paralizó el tiempo en el Leizig Stadium con una intervención soberbia y decisiva en los octavos de final. Su selección, en el minuto 94, soportaba un asedio de Austria, que luchaba desesperadamente por empatar la eliminatoria. El conjunto otomano ganaba 1-2 y se resistía como podía a perder su ventaja. Entonces, prácticamente en la última jugada, Christoph Baumgartner se elevó por los aires y conectó un cabezazo a bocajarro inapelable. Günok se lanzó a por la pelota con una estirada inverosimil y logró despejarla para firmar una escena que recordó a la de Pelé y Gordon Banks en el Mundial de México 1970. Casi 54 años después, Günok rescató de la memoria la que dicen que fue la mejor parada de todos los tiempos.
10. El 'selfie' de Cristiano
Durante casi todos los partidos de la Eurocopa, algunos espectadores tuvieron un comportamiento repochable. Se hizo popular saltar al terreno de juego mientras el balón estaba rodando para buscar una foto con alguno de los protagonistas. Y, uno de los más buscados entre todas las selecciones fue Cristiano Ronaldo, que sufrió varios intentos a lo largo de los cinco encuentros en los que participó a lo largo del torneo.
En el primero de ellos, frente a Turquía en el segundo choque de la fase de grupos, Cristiano aún conservaba su paciencia cuando un chaval saltó al terreno de juego en la búsqueda del tan deseado 'selfie'. Alcanzó su objetivo y a Cristiano no le importó posar para la foto. Después, apareció por todos los sitios: el niño feliz y el jugador portugués sonriente. Pero eso fue un ‘efecto llamada’ que terminó por incomodar a muchos jugadores y que casi provocaron lesiones. Los guardias de seguridad, en sus intentos de frenar a los aficionados, en ocasiones se resbalaron para arrollar a nombres como Álvaro Morata o Gonçalo Ramos, que se salvaron por los pelos de acabar en la enfermería.
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