El Barcelona construye un equipo para volver a estar en lo alto
La entidad azulgrana "no tendrá ningún problema" para inscribir a todos los jugadores fichados
La temporada 2022-23 tiene que ser la de la resurrección del Barcelona, al menos esa es la pretensión de la directiva que preside Joan Laporta que ha puesto en manos de Xavi Hernández a un equipo muy equilibrado, liderado por Robert Lewandowski y con posiciones duplicadas de primer nivel.
De la depresión tras la marcha de Josep Maria Bartomeu y los 1.350 millones de deudas, a la ilusionante reversión que se atisba, aunque haya sido a base de vender futuros, prácticamente la mitad de los derechos televisivos para los próximos 25 años y un 24,5% de Barça Studios.
Pero no quedaba otra. Con una deuda desbocada, un patrimonio neto negativo (-451) y una masa salarial desorbitada, todo pasaba por vender las joyas de la abuela y mirar hacia adelante. Por todo ello, el Barcelona tendría que estar hábil en el mercado y por suerte tuvo en su director deportivo, Mateu Alemany, en el actor más determinante para atraer a las piezas que Xavi tenía en mente.
Así llegó Raphinha, un emergente futbolista brasileño; renovó por debajo de sus pretensiones Ousmane Dembélé, pero sobre todo el Barça convenció a Lewandowski para liderar su proyecto. Ávido de buscar nuevos horizontes después de haberlo ganado todo en Alemania, ¿qué más goloso para una estrella mundial que intentar que los azulgrana vuelvan a ser lo que eran?
Vinieron a coste cero dos grandes futbolistas como Andreas Christensen y Franck Kessié y la guinda fue la llegada de Jules Kounde, cuando parecía que el central francés sería nuevo jugador del Chelsea.
Xavi pidió que todas las posiciones estuvieran duplicadas y solo le falta una pieza para completar el rompecabezas, lo conseguirá cuando Marcos Alonso llegue para reforzar el carril izquierdo.
Aun quedan por resolver salidas para aligerar la masa salarial, se producirá la renovación de Gavi, que acaba de cumplir 18 años, y no se descarta la llegada de Bernardo Silva, un sueño ligado a la marcha de Frenkie de Jong al Chelsea, o tal vez no.
En lo futbolístico, este Barça genera ilusión y su fútbol es reconocible, parece que se ha recuperado de su amnesia y vuelve a jugar como sabe. Su 4-3-3 se apoya en la profundidad de los carrileros, en dos extremos que pueden jugar a pierna cambiada, en la genialidad de Pedri y en el desequilibrio de Lewandowski, capaz de marcar, de asistir e incluso de aconsejar a sus jóvenes compañeros sobre el césped, una suerte de mentor para todos ellos.
La defensa, con la llegada de Kounde, está superequilibrada, y la media volverá a lucir. Sin embargo, se intuye que este Barça será fuerte en ataque, necesita gol y ha fichado gol, y eso que en la recámara tiene a Ansu Fati, aun lamiéndose las heridas de sus operaciones y todavía falto de confianza.
Xavi no quiere excusas. Dice que el equipo está para ganar títulos, ahora sí. En la pretemporada cuatro victorias (entre ellas una al Real Madrid) y dos empates en seis partidos. En el Spotify Camp Nou muchos piensan que "aquest any, si!".
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