Justicia europea estudia las prácticas "monopolísticas" de la UEFA
Lo que hay en juego va más allá de la Superliga, incluso del fútbol
Después de haber agitado el fútbol europeo el año pasado, el conflicto entre el efímero proyecto de Superliga y la UEFA llegó este lunes ante la justicia de la UE, que debe decidir su los clubes participantes en competiciones de las federaciones pueden participar en torneos de la competencia.
El mundo del deporte espera la decisión de la justicia europea, que debe elegir entre el modelo de grandes eventos y campeonatos deportivos de la actualidad con el derecho a la competencia en el seno de la UE.
El Tibunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE), con sede en Luxemburgo, será el encargado de dirimir esta cuestión a instancias de la justicia española, a la que acudieron los tres clubes promotores de la Superliga que no se han apartado del proyecto (Real Madrid, Barcelona y Juventus), pese a las amenazas de la UEFA por impulsar un torneo que competiría directamente con la Liga de Campeones, la competición suprema de la confederación europea.
Este lunes, en la primera de las dos jornadas de audiencia ante el TJUE, los abogados de la Superliga denunciaron las prácticas "monopolísticas" de la instancia dirigente del fútbol europeo.
El letrado reprochó a la UEFA, que amenazó con actuar contra los clubes "rebeldes", de ser una "entidad monopolística", que no debería poder "arrogarse los poderes de reglamentación en un mercado en el que ella compite".
El proyecto de Superliga, una competición cerrada y restringida a los 12 grandes clubes promotores (ingleses, españoles e italianos), fue anunciada a bombo y platillo en abril de 2021, pero ante la oposición de muchos grupos de aficionados (sobre todo en Inglaterra) y las amenazas de sanciones políticas, nueve de los integrantes se retiraron en las siguientes 48 horas.
Avariciosos e insolidarios
Hay tres clubes (Real Madrid, FC Barcelona y Juventus) que se niegan a dar por enterrado el proyecto y acudieron a la justicia española ante las amenazas de sanción por parte de la UEFA.
Los otros nueve inicialmente inmersos en la aventura renunciaron y otros gigantes de Europa, como el Bayern Múnich o el París Saint Germain, nunca llegaron a formar parte del motín.
Para la UEFA, "una liga cerrada a los clubes más ricos es incompatible con el modelo deportivo europeo, basado en la meritocracia", declaró este lunes el abogado de la instancia europea Donald Slater, precisando que la UEFA no busca "maximizar sus ingresos, sino asegurar la aplicación de las reglas comunes", conforme a los tratados europeos.
Según Slater, los promotores del proyecto de Superliga pecan de avariciosos e insolidarios al elegir competiciones a la carta estando "exentos de las prácticas de solidaridad y de mérito" implantadas por la UEFA y que tienen como objetivo redistribuir parte de los ingresos generados por sus competiciones entre el fútbol amateur y ofrecer a los clubes de países pequeños poder jugar en la Liga de Campeones, la Europa League y la Conference League, sus tres torneos de clubes.
"La Superliga europea supondría dar el golpe de gracia al modelo deportivo europeo", insistió Slater ante los 15 jueces del TJUE, que volverán a escuchar a ambas partes el martes.
Para este jurista, la UEFA "no busca maximizar sus ingresos", sino simplemente asegurarse "por la aplicación de reglas comunes (...) que el deporte cumple con sus funciones sociales2, conforme a los tratados europeos.
Amenaza la existencial
Al margen de la audiencia, varias asociaciones europeas de aficionados reafirmaron este lunes su "oposición" al proyecto de Superliga, que califican de "amenaza existencial para el fútbol europeo".
"El proyecto es un concepto de millonarios. Es anti-concurrencial por naturaleza y, si viera la luz, anularía los principios claves sobre los que está basado el modelo europeo, como el mérito deportivo, los descensos y ascensos, la clasificación para las competiciones europeas a través del éxito en las competiciones nacionales y la solidaridad financiera", explican en un comunicado los grupos de aficionados de una quincena de países europeos, entre ellos Francia, España, Inglaterra y Alemania.
Lo que hay en juego va más allá de la Superliga, incluso del fútbol.
En apelación, el TJUE debe pronunciarse también en el litigio que enfrenta a la Federación Internacional de Patinaje (ISU) y a dos patinadores de velocidad holandeses, a lo que amenazó con excluirles de las competiciones internacionales de por vida si se unían a un proyecto de competición cerrada en Corea del Sur, unas amenazas que llevaron a los dos deportistas a renunciar a la idea.
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