Dominicana pasó mayor percance histórico con eliminación ante Belice
La falta de fogueos y un entrenador competente han sido los elementos claves
SANTO DOMINGO- Aparte del desastre de por sí imperante en la Federación, la derrota humillante recibida por la selección quisqueyana ante Belice, no viene más que a confirmar lo mal que anda el fútbol en la tierra de la bandera tricolor.
Ese resultado 0-3 (1-5 en marcador global) a manos de un desconocido rival para los criollos hasta la fecha, ratificó con creces lo que se veía claro meses antes cuando Cuba fue el gran verdugo en la Copa Máximo Gómez.
En el único país del mundo en que una selección es entrenada por un DT que ni buena comunicación tiene con los jugadores, es en República Dominicana. Y todo sigue siendo fruto de una Federación que no tiene el más mínimo desparpajo fracaso tras fracaso.
La tropa criolla, que como todo en la entidad que rige el balompié dominicano, también fue un secreto de Estado. Ya la selección había recibido un golpe mortal con la renuncia del colombiano José -Cheche- Hernández, un botón de malos augurios próximos.
Hernández, que justificó asuntos personales o incumplimientos de contrato, además de que no mostró nada de su gran prestigio ganado fuera, parece que en su breve estadía tampoco vio condiciones mínimas para desarrollar su proyecto "hacia" Rusia 2018.
Y su sustituto, Juan -Yuyo- Mojica, fue sin duda alguna la peor de las apuestas dentro del marco de imprevisiones con que se maneja todo en la Fedofútbol. Todo mundo reconoce las grandes limitaciones comunicativas del entrenador de marras.
Pero tampoco se hicieron esfuerzos para aglutinar ni preparar un onceno con capacidad mínima para derrotar a un Belice, que si bien no ha sido nada del otro mundo, lo cierto que había llegado en el 2013 a la Copa Oro.
La selección apenas tuvo dos encuentros previos, ya que ni el tan cacareado amistoso contra Haití sirvió de nada, ya que fue con jugadores sub-22. Una selección que no se roza con los de su nivel, jamás tendrá resultados positivos, además de que las integraciones de los "extranjeros" tampoco han sido fruto de un trabajo sopesado. Eso, mientras, la otra selección tuvo una preparatoria durante tres meses. Ahí está la diferencia entre un "pequeño" y otra que se creía grande ante el rival de turno.
Los federados, encabezados por Osiris Guzmán, se emborracharon de un mentiroso 6-0 contra Islas Caymán, el mismo que había puesto a sudar los beliceños en la ronda anterior (1-1 global) en partido amistoso, y no se molestaron en convocar la plantilla que jugó contra Cuba. La única figura fue el muy talentoso medio punta Geremy Lombardi, además de Jean Carlos López y Rony Beard.
A diferencia de lo que acaba de suceder, Dominicana no había perdido en primera ronda desde su primera presencia en las preliminares mundialistas, en 1978 (0-6 contra Haití).
Nunca un rival de tan poca monta había dado a morder a los criollos el polvo de la ignominia. Belice apenas ocupa el 156º lugar, incluso porque logró superar catorce puestos en el ranking FIFA en los últimos dos meses.
Pero la clave de todo ha estado en las imprevisiones permanentes de la Federación, irónicamente cuando todo parecía que la Quisqueyana lograba algunos avances, gracias a la puesta en escena de figuras que han venido resaltando en el exterior.
Dominicana parece no tener camino definitivo hacia el crecimiento de su balompié mientras persistan la misma autoridad que gobierna la Federación desde 1998 de manera ininterrumpida.
Con esta derrota humillante ante los beliceños, el país dará un bajón drástico, y ello le hará el camino otra vez desde cero a niveles internacionales.
Sólo una labor seria con un entrenador reputado y de carácter amarrado por varios años, podría ser el acicate que inicie una era consistente de crecimiento, levantando una nueva camada de jugadores capaces de insertarse en los niveles medios internacionales. Mientras tanto, los sufrimientos de la tricolor serán imperecederos en el tiempo.