El béisbol es el mejor ungüento para el olvido
El out 27 de Ohtani a Trout, no se olvidará jamás
No hay mejor ungüento para el olvido que el béisbol, y fruto de este pasatiempo se origina la famosa tesis de la “Madre del Play” del inmortal don Carlos Manuel Bonetti Burgos (Pilindo) y eso lo comprobamos con el Clásico Mundial de Béisbol, que concluyó el martes con el equipo de Japón campeón al derrotar a los Estados Unidos 3x2 en el LoamDepor Park, en Miami.
Japón y Estados Unidos fueron enemigos frontales en la Segunda Guerra Mundial y es así, como el 7 de diciembre de 1941, 353 aviones japoneses, desde bombarderos hasta cazas, atacaron la base estadounidense de Pearl Harbor, sorprendiendo al ejército desplegado en ella, que apenas pudo reaccionar con un contraataque de su fuerza aérea. Dejó un saldo de 3,500 muertos y 18 buques hundidos.
Ese ataque de los japoneses fue ripostado y el 6 de agosto de 1945, el ejército de Estados Unidos lanzó una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima y tres días después, repitió el ataque en Nagasaki. Las dos armas atómicas, las únicas utilizadas hasta el día de hoy, dejaron más de 200 mil muertos debido a la radiación y, en décadas posteriores, sumaron 400 mil decesos más por problemas de salud relacionados con las bombas, de acuerdo con datos de la ONU.
El martes 21 de marzo del 2023 ni los japoneses, ni los estadounidenses recordaron esos dos ataques nefastos para la humanidad. Lo que no se olvidará jamás fue ese out 27 de Shohei Ohtani a su compañero de los Angels Mike Trout, para que Japón se coronara campeón invicto del Clásico Mundial por tercera vez.
Para la única piel que no funciona el “Ungüento del Olvido” es para los fanáticos cubanos de Miami, que desde la Calle 8, atrincherados en un palco de un restaurant pedían “Libertad” mientras la selección de Estados Unidos aplastaba a Cuba 14x2.
En la vida el “Olvido” es necesario. La relación entre memoria y olvido es incuestionable. No podemos hablar de la memoria sin hablar del olvido. Olvidar no es malo, aunque dice la canción de Alfredo Gutiérrez: “Un amor viejo no se olvida/Un amor viejo es la verdad/Un amor viejo es en la vida/Toda la felicidad/Por eso yo a mi negra consentida nunca la podré olvidar”.
1900: John McGraw , Wilbert Robinson y el jugador de cuadro Bill Wagon-Tongue Keister son vendidos por los Dodgers de Brooklyn a los Carmelitas de San Luis por US$15,000.
1938: El juez Kenesaw Mountain Landis, comisionado de béisbol, libera a 74 jugadores de ligas menores de los Cardenales, entre ellos Pete Reiser, en otro intento de detener el encubrimiento del sistema de finca. El gerente general de los Dodgers, Larry McPhail, hace un pacto con Branch Rickey para tomar al aún desconocido Reiser y volver a cambiarlo en el futuro, pero la habilidad del joven jardinero es demasiado grande para ocultarla.
1951: Los Dodgers de Brooklyn firman un contrato de arrendamiento de 21 años con la ciudad de Vero Beach, Florida, para el uso de sus instalaciones de entrenamiento de primavera.
1962: William DeWitt compra los Rojos de Cincinnati a la Fundación Crosley por $4.625 millones de dólares.
2006: Alfonso Soriano termina su breve enfrentamiento con los ejecutivos de los Nacionales de Washington acordando moverse al jardín izquierdo y abandonar su lugar en la segunda base.
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