Mejor jardinero central de los Yankees: ¿Mantle o DiMaggio?
Mantle fue uno de los bateadores más temidos en uno de los equipos más exitosos en la historia DiMaggio fue un excelente guardabosque central que contaba con un brazo potente y preciso
Aquí, los cinco mejores jardineros centrales en la historia de los Yankees, según el reportero de MLB.com, Bryan Hoch, para los que disfrutan del buen debate, para los fans de béisbol en el retraso de la temporada por el coronavirus COVID-19.
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El jardín central es una posición clave para todo equipo, es un jugador considerado "dueño" de la bola en los jardines, dueño de las jugadas.
1. Mickey Mantle (1951-68)
Mantle, quien fue un impresionante talento e ícono de su generación, fue uno de los bateadores más temidos en uno de los equipos más exitosos en la historia. Con 536 cuadrangulares en su carrera -- incluyendo un batazo de 1953 en Washington que se especula tuvo una distancia de 565 pies -- generan la gran interrogante de cómo lucirían sus números si no hubiera sido por las tantas lesiones que impactaron su carrera.
En 14 campañas de 1951 a 1964, el bateador ambidiestro guio a los Bombarderos a 12 banderines de la Liga Americana y siete títulos de la Serie Mundial. Todavía es el dueño de los récords de la mayor cantidad de jonrones, impulsadas, anotadas y pasaportes negociados en la historia del Clásico de Otoño. El tres veces reconocido como Jugador Más Valioso del Joven Circuito (1956, 1957, 1962), tuvo una de las mejores temporadas de todos los tiempos en 1956, conquistando la Triple Corona al pegar 52 vuelacercas con 130 remolcadas y promedio de .353.
Durante la campaña de 1961, Mantle cautivó al mundo del béisbol junto a su compañero Roger Maris, rumbo a la marca de cuadrangulares de Babe Ruth en una campaña.
Mantle, quien fue inmortalizado en el Salón de la Fama en 1974, encabeza a los jardineros centrales de la escuadra del Bronx en fWAR (112.3), partidos jugados (2,401), turnos al bate (8,102), anotadas (1,676), imparables (2,415), vuelacercas, bases por bolas (1,733), porcentaje de embasarse (.421) y OPS+ (172).
Mantle ocupa el segundo lugar en remolcadas (1,509), estafadas (153) y slugging (.557). Además, es tercero en dobletes (344), triples (72) y promedio (.298).
2. Joe DiMaggio (1936-51)
Un sensacional bateador de promedio y con trueno, DiMaggio fue un excelente guardabosque central que contaba con un brazo potente y preciso. Alcanzó una de las más impresionantes hazañas durante la temporada de 1941, cuando llamó la atención del mundo deportivo al llegar a 56 encuentros seguidos con al menos un imparable -- un récord que probablemente no se rompa jamás.
El dos veces campeón de bateo y tres veces JMV del Joven Circuito de por vida bateó .325 e impulsó a los Yankees a nueve títulos de Serie Mundial, pese a perderse tres años (1943-45) mientras prestaba servicio militar. Ted Williams una vez se refirió a DiMaggio, quien ingresó al Salón de la Fama en 1955, como “el mejor y más completo jugador que he visto”.
Entre los jardineros centrales de los Yankees, DiMaggio es el líder en empujadas (1,537) y slugging (.579), además de compartir el primer lugar en promedio (.325) y OPS (.977). Ocupa el segundo lugar en fWAR (83.1), OPS+ (155), anotadas (1,390), dobles (389), triples (131), bambinazos (361) y porcentaje de embasarse (.398). DiMaggio es tercero en partidos disputados (1,736), hits (2,214) y boletos negociados (790).
3. Bernie Williams (1991-2006)
El puertorriqueño del swing dulce jugó toda su carrera de 16 años con los Bombarderos, ameritándose cinco convocatorias al Juego de Estrellas (1997-2001), cuatro Guantes de Oro (1997-2000) y un Bate de Plata en el 2002. También se llevó el título de bateo de la Liga Americana en 1998 con .339.
El boricua -- quien fue miembro de cuatro equipos campeones de la Serie Mundial (1996, 1998, 1999, 2000) y es visto por algunos como una pieza clave en el desarrollo de la dinastía de esa época -- es el líder de los Yankees en la postemporada en vuelacercas (22) y carreras producidas (80), mientras que es tercero en juegos disputados (121). Fue elegido el Jugador Más Valioso de la Serie de Campeonato de 1996 tras batear .474 (de 19-9) con dos bambinazos y seis impulsadas en una victoria de cinco juegos sobre los Orioles.
Entre los jardineros centrales de Nueva York, Williams es primero en dobletes (449). Es segundo en partidos (2,076), visitas al plato (7,869), imparables (2,336) y bases por bolas negociadas (1,069). Williams es tercero en fWAR (43.9), anotadas (1,366), jonrones (287), remolcadas (1,257) y promedio (.297).
4. Earle Combs (1924-35)
Combs, quien es el reconocido preparador de mesa en una legendaria alineación también compuesta por Ruth y Lou Gehrig, sobresalió por su habilidad de pegar líneas, perseguir elevados hacia los canales de las praderas y su gran velocidad por las bases. Como parte de cuatro clubes que se llevaron el título del Joven Circuito y tres que conquistaron el Clásico de Otoño en sus 12 años con los Yankees, bateó .325 en una carrera que fue abreviada por lesiones.
En 1927 encabezó la Liga Americana en hits (231) y en tres ocasiones fue el líder en triples. Fue elegido al Salón de la Fama en 1970. Encabeza a todos los jardineros centrales de los Bombarderos en triples (154) y comparte el primer lugar con DiMaggio en promedio. Combs es tercero en porcentaje de embasarse (.397) y OPS (.859). También es cuarto en fWAR (41.3), juegos disputados (1,455), turnos al bate (5,746), anotadas (1,186), hits (1,866), dobles (309) y pasaportes negociados (670).
5. Bobby Murcer (1965-74, 1979-83)
Murcer, quien llegó a la Gran Carpa con la poca envidiable comparación con Mantle, dejó su propia huella con una exitosa carrera, estableciéndose como uno de los favoritos entre los fanáticos de su era y luego como un popular comentarista en las transmisiones de televisión del equipo. Fue convocado cuatro veces al Juego de Estrellas con Nueva York y ganó un Guante de Oro en 1972.
La temporada más brillante de Murcer fue en 1971, cuando se destacó en tres estadísticas que no eran tomadas en cuenta en ese momento: Lideró las Mayores con porcentaje de embasarse de .427 y encabezó la Liga Americana en OPS (.969) y OPS+ (181). Enviado a los Gigantes antes de la campaña de 1975, Murcer regresó al Bronx en 1979 y pegó el inolvidable hit decisivo en el primer encuentro del equipo como local tras la muerte del capitán Thurman Munson.
Entre los guardabosques centrales de los Yankees, Murcer es cuarto con 175 vuelacercas y 687 remolcadas. Es quinto con OPS+ de 129 y en partidos disputados (1,256), turnos (4,428), anotadas (641), imparables (1,231), dobletes (192), triples (29) y boletos negociados (491).
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