La salud falla al pitcheo abridor criollo, que agota una mediocre temporada 2018
SANTO DOMINGO. Los Gigantes y Johnny Cueto tiraron la toalla el miércoles y decidieron que el petromacorisano se sometiera al día siguiente a la cirugía de trasplante de tendón en el codo, que lo puede dejar fuera del Big Show hasta 2020. Ya en marzo los Mets hicieron lo mismo con Rafael Montero y en abril los Padres también pagaron la operación Tommy John (TJ) a Dinelson Lamet.
El dos de julio, los Indios se cansaron de esperar que el hombro derecho de Danny Salazar se recuperara y lo enviaron al quirófano y Ervin Santana no fue sino hasta finales del mes pasado que hizo su debut con los Mellizos, tras removerle calcio del dedo mayor de su mano derecha.
Carlos Martínez está por tercera vez en la lista de lesionados, por molestias en su hombro y los mismos Cardenales tuvieron que ordenar una segunda operación para Alex Reyes, esta vez al romperse un tendón en el hombro, 21 meses después de hacerle la TJ y lanzar apenas cuatro entradas.
La salud de esos siete abridores es una fotografía similar al desempeño del pitcheo abridor dominicano en 2018, uno que ese batallón comenzó con Michael Pineda y Edinson Vólquez fuera, ambos operados en 2017 de la TJ, en el caso del último por segunda vez.
La primera mitad calibre Cy Young que tuvo Luis Severino lo mantiene igualado en victorias en la Liga Americana (14), pero para encontrar un criollo entre los líderes de efectividad es precisamente él, en el lugar 14 de toda la liga, con un 3.08 tras su desplome desde julio cuando topó el 1.98.
Luego de El Juez hay que llegar hasta el puesto 54 para toparse con el segundo, Reynaldo López, con 4.47, por encima de la media de la liga durante este curso (4.15).
López (4-9), Richard Ureña (3-11, 4.66), Bartolo Colón (5-10, 5.18), Luis Castillo (6-9, 4.91), Iván Nova (6-6, 4.49) y Martínez (6-6, 3.41) ya alcanzaron el centenar de entradas lanzadas esta zafra, la mayoría con marcas que no auguran una temporada positiva.
Parafraseando al golf, salvo Severino y el Tsunami el resto está sobre el par del campo cuando se ha jugado el 70% del calendario.
No es el peor
Sin bien en 2017 van ocho criollos que pasan por el bisturí de la TJ, entre ellos tres bigleaguers, la cifra está lejos de ser la mayor.
En 2014 hubo 16 lanzadores entre la MLB y las ligas menores, en 2015 fueron 13 y en 2016 hubo 10.
Los mayores números de jugadores en nómina del Big Show se produjeron en 2005 y 2006 con cinco. El primero fueron al cirujano Al Reyes, Octavio Dotel, Carlos Almánzar, Frank Francisco y Francis Beltrán, mientras que el segundo año asistieron Francisco Liriano, Carlos Martínez, Julio Santana y Yhency Brazobán, además del jardinero José Guillén.
Desde 1995 en cada año ha habido al menos un dominicano operado, la menor cantidad en 1996, 1997, 1998 y 1999 con uno.
Operación común
Con Cueto ya son 132 dominicanos que se han operado de la Tommy John, 120 de ellos lanzadores y 50 en roster de la MLB al momento del procedimiento, de acuerdo a MLB Player Analys.
José Mesa fue el primero y se recuperó para rescatar 321 partidos. De hecho, el azuano es el lanzador que más apariciones ha hecho (1,016) tras pasar por el quirófano y someterse al procedimiento instaurado por el doctor Frank Jobe, seguido por su compatriota Fernando Rodey (826).
Jon Roegele lleva un registro de las operaciones desde que John fuera el primero en someterse en 1974 y las contabiliza en 1,627 hasta Cueto. Lo hace en archivo de cálculo de Microsoft Excel que se actualiza cada vez que un jugador es operado.
Pedro Beato tenía 17 años cuando se sometió en 2004 y dos años después fue selección de primera ronda para los Orioles, al terminar el bachillerato. Alberto Reyes tenía 35 en 2005 y pudo regresar a trabajar dos 85 entradas en dos campañas.
En un artículo en FanGraph, Roegele mostró que en 2017 en el 98% de los partidos de los Gigantes y Rockies trabajó un lanzador que se había sometido a la cirugía.
El equipo con menor porcentaje fue el de los Medias Rojas (65%) y el único que en los últimos cinco años no tuvo un caso fue el de los Orioles.
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