Gerónimo Peña disfruta el regreso a sus orígenes

Gerónimo Peña está dedicado a la ganadería y a la agricultura, luego que las lesiones lo hicieron dejar la pelota. (DL/A. Rosario Báez)

SANTO DOMINGO. Gerónimo Peña nació de padres trabajadores de la agricultura y la ganadería. Creció en ese ambiente hasta que fue firmado por los Cardenales de San Luis, organización con la que ascendió a las grandes ligas, pero antes fue considerado entre los mejores prospectos del béisbol organizado.

A los scouts de las Grandes Ligas les llama la atención los mejores peloteros por posiciones, y Peña fue motivo de atención por sus habilidades alrededor de la segunda almohadilla.

La pelota fue su pasión y cumplió su meta: llegó a las grandes ligas y permaneció allí por siete temporadas, pero la sentencia del Todopoderoso se cumple en todos los aspectos de la vida y el libro de Eclesiastés 12-7 dice: “Del polvo fuiste tomado y al volverá”.

Pepo afirma: “Fuimos criado ordeñando una vaquita, con un marano. La crianza me gusta y me he dedicado a ello y aquí me siento bien porque es un lugar donde despejo mi mente, donde respiro paz, tranquilidad”.

Pepo o Pepín como le dicen en Los Alcarrizos, su patria chica, volvió de la pelota a sus orígenes, volvió a ser agricultor, volvió a la ganadería y con alegría afirma: “Yo me siento bien con lo que hago. Algunos buscan de un buen carro, colmadones, discotecas. Lo mío es mi ganado, mis crías de animales, la tranquilidad de la naturaleza”, expresa.

Con satisfacción dice que el dinero que ganó en la pelota lo ha invertido en tierra y ganado y hoy es un productor de leche y criador de ganado de engorde, aparte de “algunos marranos (cerdos), gallinas, pavo real y guineas”.

Define la acción “como de recreo” que lo ha cautivado de tal manera que lo mantiene concentrado en ver nacer un becerro o en escuchar a una gallina cacarear, luego de poner un huevo.

“Fuimos criado ordeñando una vaquita, con un marrano, la crianza me gusta y me he dedicado a ello y aquí me siento bien por es un lugar donde despejo mi mente, donde respiro paz, tranquilidad”, afirma Gerónimo Peña.

La cría de ganado de engorde y vaca lechera, el cultivo de plátano y otros rublos ocupan la vida de quien fuera un ídolo en la afición dominicana con los Tigres del Licey y todo un proyecto con los Cardenales de San Luis, que no avanzó debido a las lesiones que afectaron su carrera temprano.

Considerado uno de los corredores más rápido de home a la inicial, fueron precisamente sus piernas las que lo sacaron del juego de pelota a temprana edad.

Para Gerónimo Peña la agricultura y la crianza es algo que lleva en la sangre. Por (DL/A. Rosario Báez)
El campo, la ganadería y la crianza de aves son prácticas normales en la vida del expelotero Gerónimo Peña. Por (DL/A. Rosario Báez)
El campo, la ganadería y la crianza de aves son prácticas normales en la vida del expelotero Gerónimo Peña. Por (DL/A. Rosario Báez)

En el béisbol

Salir del béisbol fue algo rápido para Peña. Estuvo siete temporadas en las Grandes Ligas, de la que guarda muchos recuerdos, entre ellos 1992, cuando bateó para promedio de .305; 62 hits en 203 turnos oficiales; 31 anotadas, 12 dobles, siete jonrones, 31 remolcadas.

Debuta el 5 de septiembre de 1990 en el partido que enfrentó a su equipo con los Expos de Montreal y conecta un hit en su primera aparición, para acumular 265 en 1010 turnos oficiales y un promedio de .262 con 30 jonrones, 124 empujadas y 54 bases robadas en una carrera de siete años, seis con el equipo de la Liga Nacional y el último con los Indios de Cleveland en la Liga Americana.

Peña tiene momentos agradables en la pelota.

“En el 1994 no me hacían outs, recuerdo que llegué a estar en las bases en 13 turnos consecutivos sin hacerme out, entre hits y transferencias”, dice. Igual recuerda un partido en la pelota dominicana frente a los Leones del Escogido, en el que Henry Rodríguez lo empató con jonrón y él lo decidió también con un cuadrangular, para dos jonrones seguidos.

Aunque descarta volver al béisbol en ningunas de sus fases, indica que ha sido coach de sus hijos e indica que el segundo de ellos fue el tercer pick de los Astros de Houston.

No desaprovechó la ocasión para agradecer a la fanaticada del Licey el apoyo, lo mismo que a la gerencia del equipo.

“La armonía, el buen grupo nos hacía lucir mejor, nos esforzábamos más, hubo mucha armonía en mi tiempo con los Tigres del Licey”, afirma Pepo.

En la ruta del Salón de la Fama

Para Peña la ruta al Salón de la Fama requiere de muchos elementos que se juntan con el bateo.

Ponderó los números de Sammy Sosa, Manny Ramírez y Alex Rodríguez, quienes han puesto números para ser parte de ese lugar exclusivo. Se lamentó de que Sosa y Ramírez no han tenido el favor de los periodistas, por acciones contrarias al juego de béisbol.

Felicitó el reciente ascenso de Vladimir Guerrero y consideró que David Ortiz, en las proximidades, y Adrian Beltré y Albert Pujols en su momento contarán con la votación necesaria para llegar a la inmortalidad.

Lamentó lo que definió como “una piedra en el zapato”, la situación reciente de Robinson Canó, de quien dijo lleva acción en el terreno de juego, merecedora de la ponderación.

“Beltré y Pujols deben cuidar todas sus actuaciones, dentro y fuera del terreno, la MLB está cuidando a todos y hay que ser precavido”, apuntó Peña.