Don Leo, el “Big Papá” del gran David

Se siente orgulloso al saber que sus tres hijos son profesionales. Siempre los apoyó, y se esforzó para que lograran todas sus metas

SANTO DOMINGO. El rostro de don Leo Ortiz refleja la satisfacción que siente porque su hijo David desarrolló una carrera memorable en las Grandes Ligas.

Desde pequeño el sueño del “Big Papi” (quien se retirará al final de esta temporada) era convertirse en jugador de baloncesto. Su padre narra que le compró todas las gorras de los equipos de la NBA, y no perdía la fe de que él se inclinara por el deporte que jugó: el béisbol.

“Yo me había retirado del béisbol antes de que David naciera, para dedicarme a trabajar. En 1983 me puse a jugar softbol, y comencé a llevarlo a los estadios, lo fui motivando, y vi que le gustaba”, dijo.

Después comenzó a comprarle los útiles deportivos para que el joven David practicara béisbol. Su entusiasmo fue mucho y empezó llevándolo a varias ligas en Santo Domingo.

Sobre el debut de su hijo, explica que siempre le sorprendió que fuera tan rápido en las Grandes Ligas.

El retiro de una leyenda

El padre del “Big Papi” expresa que hace tiempo su hijo hablaba del retiro, y que sentía molestias y estaba cansado, “en el momento que tomó la decisión yo estaba aquí en Santo Domingo y él estaba en Boston celebrando su cumpleaños, y en un momento de emoción dijo que se iba a retirar”.

Entiende que se precipitó al tomar esa decisión. “Él no me lo ha dicho, pero lo conozco, él es muy reservado cuando fija una posición y determina algo. Algunas veces no quiere admitir que está arrepentido de eso, ya la decisión está tomada y esa es la que va”.

Orgulloso de ser padre

Tiene tres hijos y profesionales, él se define como un hombre fajador, ya que trabajó en varios oficios para llevar a sus hijos a la profesionalidad.

“En las carreras de mis tres hijos nadie tuvo nada que ver con eso, toda la visión y desarrollo, trabajo y aporte para ellos, fueron sacrificios míos, siempre que un hijo mío necesitó un guante o un spike, yo lo buscaba”.

Se siente orgulloso de ser padre porque ha sido bendecido por Dios. “Yo aspiraba a tener seis hijos y nada más tuve tres, pero estoy orgulloso, porque cuando tú bateas en el béisbol de tres tres lo haces para promedio de mil”, dijo, Ortiz usando el lenguaje beisbolístico.

Exhorta a los padres

Ortiz le recomienda a los padres a ser observadores, porque percibía de que David tenía las condiciones para jugar béisbol. “Hay que aprender a conocer a los hijos, de tal manera que cuando tomen una decisión, uno pueda tener el conocimiento de rechazarlo o resguardarlo”.

A sus hijos le trasmitió respeto y disciplina y esos valores les quiere infundir a sus nietos, hijos de David.

Situación difícil

Recuerda que un momento difícil en 1997, en el inicio de la carrera de David, fue cuando los Mellizos lo bajaron a Triple A. Como padre se dio cuenta de lo que iba a pasar, y viajó a Fort Myers, Florida.

“Ese mismo día que llegué allá lo llamaron para la oficina, y salió desesperado, cuando le dijeron que lo bajarían, eso me partió el alma, yo fui preparado para el asunto”.

Le dijo que quería irse y no volver a jugar béisbol, estaba devastado.

Como padre, calmó a David con unas palabras de aliento.

“Ese día se fue a los campos de entrenamientos de Triple A, y conectó dos jonrones y un doble”, rememora el orgulloso padre.

Cuenta que esta experiencia fue más difícil y dura que cuando Minnesota lo dejó libre, porque sabía que muchos equipos lo querían, como los Vigilantes de Texas y los Yanquis de Nueva York.

En la actualidad

David Ortiz acaba de participar en su décimo Juego de Estrellas y último de su carrera.

Concluyó sus 10 clásicos de mitad de temporada bateando de 17-5 con 19 visitas al plato, con un jonrón y tres empujadas.