Aprender el cutter hace de Doval un terror con pitcheos hasta a 103 millas

El de Monte Plata se adueña del cierre en San Francisco mezclando rompiente con velocidad

Camilo Doval ha lanzado 46 episodios con 58 ponches y efectividad de 2.93. (AP)

El lunes en San Diego, Gigantes y Padres jugaron uno de esos partidos definidos por milímetros, con victoria para San Francisco 1-0, y la manera en que lo cerró el relevista visitante prolongó la sensación de preocupación que cunde en el Petco Park a pesar de las recientes inyecciones.

Camilo Doval, nacido en Yamasá hace 25 años, subió al montículo y con 12 lanzamiento retiró a Juan Soto (rola a segunda), Manny Machado (línea al torpedero) y ponchó a Josh Bell, con un último pitcheo que el radar lo presentó a 103 millas por hora para apuntarse su rescate 15 de la campaña.

Tras la ratificación fue bajado a 102.9 mph para igualar una marca de los Gigantes con Brian Wilson, alcanzada en 2009. Ahora Doval es dueño de cinco de los seis lanzamientos más rápidos en la historia de la novena californiana.

Doval no ha parado de evolucionar y si hoy se ha convertido en un terror desde la loma es por el gran dominio que tiene del cutter, esa bola rápida que se entierra al pasar por el home sin bajar tanto como el sinker y que suele confundir a los bateadores. 

No se trata de un relevista que dependa como principal recurso de la recta de cuatro costuras. Según Baseballsavant, el 52% de los 776 lanzamientos que ha realizado esta campaña son sliders con una velocidad media de 87 mph, seguido del cutter con el 38% y a 99 mph y la recta cae apenas al 10% a 98%. Ese cutter ha superado las 100 millas en 15 ocasiones esta campaña.

“La forma en que el sinker sale de su mano, realmente no es divertido de batear… tiene tanta vida tardía que los muchachos no pueden medir el tiempo”, dijo el receptor de los Gigantes, Joey Bart, tras el choque.

Es un pitcheo que comenzó a practicar en los entrenamientos de marzo pasado, le contó al sitio Enterprise-Record, pero que incluyó en su repertorio a partir del 14 de julio.

“Lo estaba conteniendo”, dijo Doval. “Practicando, practicando, practicando. Ahora me siento muy cómodo con él. Sé que puedo lanzarlo para strikes. Así que ahora lo estoy usando”.

La secuencia a Bell delata lo cómodo que se siente: cutter, cutter, sinker, slider, cutter y cutter.

Desde la perspectiva de un bateador, son tres lanzamientos seguidos entre 99 y 101 mph huyendo de la caja del bateador zurdo. Seguido por una bola rompiente de 90 mph que se movía hacia adentro. Pulido con 102.9 mph en la esquina exterior que se cortó lo suficiente como para atrapar el borde del plato.

“Su grandeza radica en que ha podido tirar cerca de la zona y con calidad. Lo mejor es la fuerza y el movimientos que crea, su habilidad para localizarlo”, dice Félix Peguero, jefe de operaciones de los Gigantes en el país y cuyo padre, el fenecido Pablo Peguero, dio el visto bueno para firmarlo en ambas ocasiones.

Reclutado tras una suspensión

Firmado en 2015 por un bono de US$40 mil como Camilo Norris, los investigadores de la Major League Baseball descubrieron que era una identidad falsa y lo suspendieron por un año. No paró de entrenar y cuentan a DL desde la academia de los Gigantes que el scouts de área, Gabriel Elías, lo siguió y al sexto mes de purgar el castigo ya tiraba a 92 millas con control y veneno, por lo que una vez cumplida la pena el club volvió a apostar por él y en octubre de 2016 le dio US$100 mil. A Doval le costó terminar de pulirse en las ligas menores y no fue sino hasta 2021 cuando finalmente superó la Clase A Avanzada. Ese año impresionó en los campos de entrenamientos y el 18 de abril debutó en el Big Show. Tiró una parte del año en AAA y terminó en el equipo grande.

Licenciado en Comunicación Social egresado de la universidad O&M. Ejerce como periodista especializado en deportes desde 2001.

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