Sibilio sobre si formaría parte de la selección actual de España: “Por números diría que sí”

NIGUA, San Cristóbal. Chicho Sibilio nos abre las puertas de su finca en San Cristóbal para charlar de baloncesto. Un recorrido por su trayectoria en el FC Barcelona y la Selección Española, sus inicios, sus logros y su final. De igual manera hablamos del Chicho actual, sus proyectos, su visión sobre el deporte dominicano y el trabajo que desempeña su Fundación.

¿Fue complicado dejar sus raíces y cruzar el mundo para fichar por el Barcelona?

En aquel entonces el dominicano joven no era muy dado a dejar la tierra. En mi caso particular todavía menos porque mis padres, de origen inglés, les costó mucho que su hijo pequeño se fuera de casa.

El Real Madrid de Baloncesto dominaba en la época... ¿Qué significó para usted debutar ante los blancos?

Cuando yo fiché por el Barcelona ellos nos ganaban de 60 puntos. Con la llegada de tres cuatro jugadores jóvenes, como Nacho Solozábal, Epi y yo mismo pudimos comenzar a gestar esa generación de jugadores que cambió la tendencia. Para mí en un principio no significaba nada, pero con el paso del tiempo me fui dando cuenta de lo que significaba, tanto para nosotros como para la ciudad.

Usted antes de recalar en España se desempeñaba más en la pintura. ¿Cómo vivió esa conversión a alero?

Cuando yo jugaba aquí en el país era de los más altos y por eso me ponían de 5. Fue Antonio Serra, entrenador en los primeros años en el Barcelona, que me recomendó cambiar de posición ya que me iba a quedar pequeño para jugar de pívot. Ahí comencé a practicar mi tiro exterior y con esa insistencia de mi entrenador y mi acomodo a la posición me fui alejando del aro.

¿Qué destacaría de sus 18 títulos con el Barcelona? ¿Qué hubiese cambiado de haber vencido al Banco di Roma en la final de la Copa de Europa 1984?

Compañerismo, amistad, cariño, respeto eso es lo que representan esos títulos. Llegué a una gran familia y como se sabe en las familias pasa de todo; lágrimas, alegría, creo que más alegrías que lágrimas. Esas palabras representan a la perfección esos títulos, esa relación con mis compañeros y no sólo con ellos, todo el mundo en el club me trató desde el principio con cariño y respeto.

En cuanto a la final yo creo que no hubiese cambiado nada. Esa derrota me hizo más jugador, más hombre y el hecho de haber llevado una vida sin prácticamente fracasos, hizo que me doliera mucho en su momento. Después, con el tiempo, he sabido digerirlo y darme cuenta que en el 90% de los partidos del Barcelona fui pieza clave. Aquel año fue de mis mejores temporadas en el club de anotar 28 puntos contra el Madrid en el Palau (Pabellón del Barcelona), en la final de la Copa del Rey 28 y en la final de la Liga más de lo mismo... ¡Estaba jugando muy bien! No sé qué pasó en Ginebra (Sede de la Final), sencillamente me ofusqué, no tuve mi día.

El Jugoplastika Split de Dusko Ivanovic, que luego fue entrenador del Barcelona, les apeó en semifinales en 1989. Esa derrota junto con su relación Aíto García Reneses precipitaron su salida del equipo. ¿Cambiaría algo?

No cambiaría algo porque no le pediría perdón a Aíto. Mi salida del Barcelona era una cuestión de tiempo, quisieron buscar una justificación y Aíto encontró la justificación en la derrota, quiso pagar el pato conmigo. Alomejor no me callé pero eso ya forma parte del pasado. Ahora hubiera sido más cauto, más precavido, más diplomático.

A pesar de haber dirigido a las categorías inferiores de la Selección de su país. ¿Nunca se planteó dirigir en España?

No. Realmente cuando terminé de jugar en España, no quería entrenar. El gusanillo de entrenar me vino a través de mi hijo el cual me pidió que lo entrenara, porque él quería jugar. Pero es eso, yo no tenía intención de entrenar pero al venir me entraron las ganas, me ilusioné. Me gusta entrenar a jugadores entre 16 a 22 años, me gusta estar presente en el proceso de formación del jugador. me soportaban, era un mal necesario algo que nos iba bien a los dos. Cuando llegó el momento prescindieron de mí, quizás no en el mejor momento pero eso sucedió así.

¿Qué podría decirme de aquel tridente que formaba con Epi y Solozábal? ¿Por qué no le gustan los reconocimientos?

Muy sencillo: el mejor de Europa. Visto desde fuera era realmente impresionante. Creo que no se ha formado un trío con un aleros como Epi y yo o un playmaker como Nacho. Formar ese tridente, encontrar a tres jugadores que dominaran durante una década... no lo encuentras.

No es que no me gusten los reconocimientos -ríe- es que yo considero que era mi trabajo. No estaba de cara al público para que me reconozcan. Soy tímido. Yo me siento bien aquí, aislado, solo. El reconocimiento implica multitud y esas cosas.

¿Qué le suscita el nombre de Hugo Cabrera? ¿Por qué cree que se creó tanta rivalidad entre usted y él?

Un gran jugador de baloncesto. Uno de los mejores del país, indiscutiblemente. En una época donde no habían ídolos él se encargó de motivar el baloncesto en la República Dominicana. Aunque creo, más que todo eso, lo definiría como un amigo, un gran amigo. Básicamente eso es lo que le corresponde al fanático además de ser una rivalidad mal enfocada, ya que se comparaba a un Sibilio en sus comienzos con un Hugo Cabrera ya hecho jugador, no hay comparación posible.

Se dice que la década de los 80 fue la época dorada del baloncesto español. ¿Hasta qué punto se parece esa generación a la de los Gasol, Navarro y compañía?

Una de las cosas de las que estoy contento de mi carrera es que allá por donde he pasado ha habido cambios positivos. Llego a las categorías inferiores de la selección dominicana en el 75 y hubo cambios, llego a la juvenil y también. Después aterrizo en Barcelona que había estado a la sombra del Real Madrid históricamente y en una década se convierte en el mejor club de España... Yo creo que con la Selección Española pasó los mismo. Esa generación; Epi, Jiménez, Fernando Martín, Sibilio, sembró la semilla de lo que fue después. Ellos cogieron nuestro testigo para conseguir esos logros. Lo mejor de todo es que España ha seguido produciendo jugadores. No es solo tener a los Gasol o Navarro y decir ahí me quedo, también están los Ricky, Rudy, Llull... España se ha convertido en una fábrica de jugadores.

¿Estaría Chicho entre los 12 convocados de esta generación? ¿Y en el 5 titular?

No lo sé. Mezclar generaciones es difícil aunque es posible que sí. Ellos tienen muchísima calidad y yo también la tenía. Por números te diría que sí, porque muchos están lejos de mis números en ACB. En el 5 titular yo creo que no, es complicado de decir... tendríamos que verlo.

7 años, 87 partidos y 1.324 puntos después... ¿Se arrepiente de haber jugado con la Selección Española por cómo terminó?

Al contrario. Creo que fue una bonita experiencia yo hice mi trabajo allá. Otra vez mi forma de ser, posiblemente acortó mi rendimiento en la Selección Española. La negativa de ir a Los Ángeles (Chicho Sibilio rechazó ir a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 1984) siguió pesando. Sencillamente.

Chicho posando con los muchachos que practican béisbol en la Fundación Por (DL/Roberto Guzman)
Sibilio posando con las chicas del equipo de Sóftbol de la Fundación Por (DL/Roberto Guzman)
Unos muchachos jugando a baloncesto en la Finca de San Cristóbal Por (DL/Roberto Guzman)
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