El capitán Víctor Liz se vio cerca de perder su carrera en el 2022
Ocurrió en la final del torneo de baloncesto distrital la temporada pasada
El Víctor Liz que estará con Bameso en el torneo de baloncesto superioir distrital que inicia esta noche pudo haber terminado su carrera hace unos 12 meses.
En el sexto partido de la serie final del torneo pasado, Liz sufrió un golpe que le lastimó su brazo. Y las cosas pudieron ser peor.
“El brazo se me murió por completo. Me topabas y yo no sentía nada”, dijo, quien ve como una gracia el que todavía juegue baloncesto. Le ha invertido más de 30 mil dólares a su brazo.
Esta noche a las 6:00, en la apertura del torneo superior del Distrito Nacional, El Millón enfrentará a San Lázaro y luego, a las 9:00, Liz, refuerzo del Club Bameso jugará contra el Rafael Barias, el partido de cierre de la primera fecha del torneo.
Liz ganó el torneo superior pasado y viene por repetir la corona. Algo que nunca ha logrado en el distrital. Fue parte del equipo campeón bamesiano, que venció al Mauricio Báez en seis encuentros.
Con 6:42 por jugar, Liz, capitán de la selección nacional de baloncesto, recibió una falta después de conseguir un canasto y falta, pero recibió un golpe y debió abandonar la cancha.
Lo que parecía algo ligero, casi le cuesta la carrera al capitán de la selección nacional. “Los dedos no los podía mover. Yo duré 15 días que el brazo nada más le movía los dedos”, dijo Liz, quien participó en su tercer mundial con la selección nacional de baloncesto.
Y todavía “al mes no podía subir la pelota para tirar”.
Aún así jugó en el baloncesto de Santiago y en Pueto Rico, prácticamente con un brazo. El derecho era casi infuncional. “No podía subir el brazo”, ni tan siquiera de forma leve.
Entonces llegaron las terapias. “Cada una de esas terapias yo tenía que pagar US$300 y nada más eran 35 minutos que me daban. A ese nivel”, señala el jugador.
Todo corría por su bolsillo. Los gastos no fueron pocos. “Yo pagué 8.000 por el primer estudio. ¿Quién me los dio?”
¿Y eso quién te lo cubrió?
“Mi bolsillo”.
El proceso fue difícil. Reconoce el nativo de Santiago. “¿Sabes cuántas veces di rodilla y lloraba?”, señala. “Pero Ése que está ahí arriba (señala al cielo) es que sabe el proceso”.
Subidas y bajadas en el espíritu del jugador. Su carrera estaba en juego. Personas cercanas lo reanimaron. “Lo que yo más agradezco de todo es, ¿tú sabes qué?, los amigos míos que se mantenían ahí todos los días”, señala. “Capitán tranquilo”, era la sugerencia. “Sigue trabajando. Olvídate, ese tiro va a venir para atrás”. Y aquí está Liz, con Bameso, en busca por repetir la corona.
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