República Dominicana, un país que grava con impuestos “el pan para mayo” de los hogares
Pero entre el 2007 y el 2017 más del 56% de las empresas evadía el Impuesto Sobre la Renta
Sin ahorros no es posible la inversión y sin ésta no se genera el crecimiento económico de los países, ni el bienestar de sus ciudadanos. Es así para un país e igual para los hogares.
La bondad del ahorro es un antídoto para los malos tiempos. En la literatura bíblica, tras recibir la epifanía, José se lo explicó con sabiduría al Faraón de Egipto, quien noche tras noche, padecía un extraño y persistente sueño que le acosaba. Cómo siete vacas flacas y las espigas marchitas devoraban a sus pares hermosas. Se avecinan siete años de hambre que consumirá la tierra, le reveló.
Y entonces, en los graneros del reino de Egipto se ahorró cada grano de trigo posible. En República Dominicana, en cambio, a los rendimientos de esos ahorros, ya no en granos de arroz, sino en monedas que pierden algo de su valor cada día, se le gravó con impuestos.
En noviembre del 2012, el Congreso promulgó la Ley no. 253-12, sometida por el entonces nuevo presidente de la República, Danilo Medina.
En el artículo 7 del proyecto se incluyó una modificación del Código Tributario para que diga: “Quienes paguen o acrediten intereses a personas físicas residentes o domiciliadas en el país deberán retener e ingresar a la Administración Tributaria, como pago único y definitivo, el diez por ciento (10%) de ese monto”.
Esto, con algunas excepciones dependiendo de la renta neta gravada de las personas físicas.
En ese entonces, el director general de Impuesto Internos, el economista Guarocuya Félix, informó que el impuesto afectaría a más de dos millones de dominicanos, “aunque a la gran mayoría mínimamente”.
Como los intereses están asociados de manera casi indistinguible con los ahorros, el director de la DGII se vio precisado a aclarar que el ahorro no es gravado, sino los intereses que generan.
¿Los ahorros o los intereses?
Puso como ejemplo que si un ahorrante recibe una tasa de 5% anual por un depósito a plazo de RD$100,000, en intereses el banco le paga 5,000 pesos al año. Pero que a estos por impuestos se les descuentan 500 pesos, por lo que recibe en intereses 4,500 pesos. El resto, al fisco.
Pero para los bancos comerciales el impuesto a los intereses que generan los ahorros no fue una novedad fiscal digna de una bienvenida. El presidente de la Asociación de Bancos Comerciales (ABA), en ese entonces, José Manuel López Valdes, lo calificó como “un desincentivo adicional” para las personas que ahorran.
Además, López Valdes (ya fallecido) lo calificó de “discriminante” y que va “en detrimento de todas las personas que hoy no están en edad de trabajar y que, durante años, como resultado del ingreso de su trabajo, han ahorrado en el país con la finalidad de que cuando llegue este momento, puedan contar con un ingreso constituido por los intereses de sus depósitos, que les permitan cubrir sus necesidades básicas de vida”.
Las estadísticas bancarias parecen darle la razón. Vista la tendencia del ahorro en el sistema financiero del país, se observa un crecimiento inestable y ligeramente descendente, lo que es una tendencia opuesta al dinamismo sostenido con que crece la economía dominicana, año tras año, a una tasa cercana al 5%.
De acuerdo con la estadística de la Superintendencia de Bancos, la tasa de crecimiento combinada de los depósitos “de ahorro”, y los “de a plazo” en el sistema financiero dominicano, con sus picos y caídas se ha ido desacelerando, llegando en ocasiones a ser negativas.
Un gran agujero en el fisco
Pero ¿qué le aporta al fisco el impuesto a los intereses que generan los ahorros?
Según el boletín estadístico de la Dirección General de Impuestos Internos (DGII), entre los años 2015 y 2019, el total recaudado fue de RD$16,280.36 millones. En promedio, cada año, RD$3,256.07 millones.
Pero en septiembre de 2019, la DGII reveló que la tasa de incumplimiento estimado del Impuesto Sobre la Renta por parte de las personas jurídicas (empresas e instituciones) era de 61.9%, para el año 2017.
Y que la evasión en el pago de esos impuestos representó el 9.43% del PIB del 2017, lo que significó 344.2 mil millones de pesos dejado de recibir por el fisco.
Además, que entre los años 2007 y 2017, esa tasa de evasión de Impuestos Sobre la Renta por parte de las empresas se mantuvo por encima de un 56% de lo que se debía tributar, llegándose a alcanzar un pico en 2011 en que en esa evasión se elevó al 68.47% de las empresas.
Pero a juzgar por el pasado, era más fácil cobrar impuestos a los intereses por los ahorros de los hogares.
El consejo opuesto al ofrecido por José: que prosperen las vacas flacas y las espigas marchitas.
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