Crowdfunding, la plataforma milenial para financiar las causas sociales
Actualmente, a la distancia de un solo clic, con un dispositivo electrónico puedes colaborar con cualquier causa social sin importar el lugar donde estés
Esta historia es parte del especial “Los retos del voluntariado en República Dominicana” de Diario Libre, realizado por Mayra Pérez, Jessica Leonor, Laura Ortiz, Beatriz Bienzobas e Inés Aizpún.
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Actualmente con la ayuda de la tecnología existen muchas formas para recolectar dinero y una de ellas es el micromecenazgo, mejor conocido por su término en inglés “crowdfunding”. Este mecanismo funciona como una red de financiación colectiva, normalmente online, en la que a través de donaciones económicas se alcanzan objetivos.
A pesar de no ser un término nuevo y que en sus inicios las donaciones realizadas bajo este sistema se usaban para financiar proyectos laborales, en los últimos años este mecanismo digital se ha convertido en el método que más se adapta a las nuevas generaciones para aportar a causas sociales.
Actualmente, a la distancia de un solo clic, puedes colaborar con un dispositivo electrónico con cualquier causa social sin importar el lugar donde estés, pero además puedes visualizar en tiempo real las recaudaciones que va obteniendo esa causa.
En países como Estados Unidos esta metodología está organizada al igual que una empresa o fundación, es decir, que si alguien quiere registrar su proyecto como un “crowdfunding”, puede hacerlo, a diferencia de lo que ocurre en República Dominicana.
En una entrevista para Diario Libre, Katherine Motyka, cofundadora de Jompéame, asegura que esta institución está conformada como una fundación, pero en realidad es un “crowdfunding” o, como ella lo describe, “una plataforma de recaudación de fondos en línea para causas de pobreza y emergencia en RD”.
“En Estados Unidos esta metodología funciona como: ‘compañía de’, es decir, compañías que tienen un propósito social de ayudar, pero como aquí no existe esta formalidad Jompéame es una fundación con la metodología de recolectar fondos a través de una plataforma digital de forma transparente o lo que se llama financiamiento colectivo”, dice Katherine Motyka.
Así es, Jompéame es una plataforma que permite que muchas personas, empresas o entidades se unan para financiar algo. Específicamente causas relacionadas con emergencias y salud. Pero, ¿cuál es la diferencia entre Jompéame y las fundaciones de carácter social?
Se supone que las fundaciones se mueven de forma altruista, sin la intención de lucrarse. Sin embargo, con el mecanismo del “financiamiento colectivo”, las ganancias o los ingresos para quienes gestionan las ayudas están permitidas, pero además la transparencia del proceso es más evidente.
“Nosotros recolectamos fondos de forma transparente y por lo general las fundaciones no dicen cuánto recolectan; solo hacen de conocimiento público su actuación y la causa que llevan, aunque no se sabe cómo, ni con cuánto lo hicieron”, explica Katherine.
Para la changemaker, en Jompéame trabajan con casos y en cada caso se muestra la cantidad que se recauda y lo que hacen con ese dinero. “Para plantear una diferencia entre Jompéame como “crowdfunding” y las fundaciones normales, todo se reduce a la transparencia de los ingresos”, agrega.
¿Cómo se lucran?
Según plantea Katherine los únicos ingresos que genera Jompéame directamente de la plataforma son los que se destinan a la misma (procesar tarjetas) que son directamente recibidos por las plataformas de pago que usan: Pay Pal, Stripe, etc.
Esta metodología cuenta con diferentes formas para que sus creadores o gestores de causas se lucren, aunque no todas funcionan en República Dominicana. Una de ellas, que no funciona en este país, es colocar la opción de propina o incentivo para colaboradores en la plataforma como una sugerencia al lado de la opción de donar.
“La forma en que nosotros nos mantenemos no es tomando el dinero de las donaciones. Nosotros, por ejemplo, lo que hacemos es que las donaciones que tenemos que comprar en productos y servicios lo hacemos en diferentes lugares, para gestionar descuentos”, afirma.
De esta forma, “el descuento que conseguimos de los productos en base al precio que tiene en el mercado, viene siendo lo que nosotros ganamos; por ejemplo, si un lápiz cuesta 10 pesos y a nosotros nos lo venden por nuestro propósito social a 8, esos 2 pesos vienen siendo nuestra ganancia para mantenernos”, explica Katherine. Y sigue explicando que este proceso no es tan fácil como quizás se visualiza, ya que todos los meses no se gestionan los mismos descuentos, ni todas las marcas están dispuestas a darlo. Es más, actualmente, con la pandemia todo ha cambiado y el equipo de siete personas que conforman Jompéame, ahora se maneja con parte de los descuentos que gestionan y parte del dinero en premios que ha ganado la fundación.
Las causas que asumen
Jompéame recibe cada mes más de 300 casos, de los cuales el equipo elige de 10 a 12. Estos casos son seleccionados mediante dos formas: la primera, llenando un formulario que se encuentra en las redes sociales y en la página web. Y la segunda, gracias a la referencia de la comunidad digital del crowdfunding. Para seleccionar o asumir una de las causas de la comunidad tienen que ser referidas por, aproximadamente, 50 personas.
La elección de quienes llenen el formulario dependerá del caso, lo que necesiten, y la urgencia del mismo. “Pero nosotros vamos personalmente y verificamos todas nuestras causas para saber si verdaderamente tienen un problema”, dice Katherine.
Sus principales causas
“Construimos muchas viviendas a personas que se les quema la casa, la pierden por un huracán, o viven en condiciones muy deplorables. Pagamos cirugías de emergencia. Ayudamos a madres que no pueden comprar leche, ni pañales, también damos raciones de alimentos y ayudamos a muchos envejecientes a vivir más cómodos”.
Únicos en el país con esta metodología
Jompéame es la única institución reconocida en el país que trabaja bajo el método del crowdfunding, según Katherine esto se debe a la dificultad de la transparencia. “Es difícil ser transparentes y hay personas que tienen miedo de hacer públicos los ingresos de las fundaciones, pero nosotros decidimos hacerlo diferente. Nuestro equipo no lo ve bien de otra forma. Cuando uno es transparente está abierto a que te cuestionen mucho y a nosotros nos han cuestionado mucho”. Según explica, aunque las fundaciones se reportan en la DGII no se les exige transparencia por ley, y estas no están obligadas a mostrar a la gente cuánto reciben y cuánto gastan. “La transparencia es una práctica que debiera ser más utilizada porque a las personas que donan les gusta saber dónde fue destinada su donación”, agrega.
¿Ayuda pública o privada?
La creadora y ejecutiva de Jompéame explica que no reciben fondos monetarios directamente del gobierno: “Si ellos quieren ayudar en alguno de nuestros casos (un ejemplo, si María necesita una cirugía) ellos pueden pagar directamente la cirugía, pero a Jompéame ellos no entregan fondos. Y yo lo prefiero así. De esa manera la ayuda llega directamente a la persona y lo que hacemos es que entregamos las donaciones juntos”. Si embargo, sí reciben aportes, tanto físicos como monetarios, de las empresas privadas. Hasta la fecha han recaudado más de RD$59,000,000 para ayudar en más de 400 casos a través de más de 27,000 donaciones.
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