Yocairi Amarante dice los que van a cometer ataques con ácido del diablo lo van a pensar dos veces

La joven de 20 años entiende que nadie le va a reparar los daños sufridos, pero está conforme porque hubo justicia Exhorta a las mujeres a denunciar si son víctimas de violencia

Yocairi Amarante se mandó hacer una pintura en donde aparece elegante y mostrando las marcas en su piel. (Nelson Pulido/Diario Libre)

A Yocairi Amarante nadie le va a reparar el daño que le ocasionaron al ser atacada con ácido del diablo, sin embargo, le queda la satisfacción de que se hizo justicia, y ahora su principal objetivo es seguir adelante por su propio bienestar y luchar por el futuro de su pequeña hija de tres años.

“Ellos (los condenados) no pagarán lo que me hicieron con las condenas que le impusieron, pero por lo menos, algo es algo, y el crimen no quedó impune”, dijo la joven a Diario Libre la mañana de este viernes, un día después de que dictaran 30 años a su expareja Willy Antonio Javier Monegro, y a Pedro Alexander Sosa Méndez, además de Joan José Féliz, quienes cometieron el crimen.

Con su caso, la joven dice que quiere dejar un legado: “Que sea un ejemplo a seguir para que no sigan ocurriendo esos crímenes. A partir de ahora los que van a cometer eso, lo van a pensar dos veces antes de hacerlo”.

Relató que al llegar a su casa, luego de escuchar la sentencia con la que dio por superada una etapa difícil de su vida, lo primero que hizo fue reunirse con su familia y compartir, aunque hubo muchas lágrimas por todo lo que representó este proceso para ella como mujer joven y para toda su familia.

Una vida normal

A sus 20 años de edad, sin miedo a mostrar las secuelas del brutal ataque en su cara y en su piel, Yocairi está determinada a enfrentar los desafíos que les depara el futuro, mientras tanto, vive una vida normal junto a su hija en su humilde casa en un barrio del Distrito Nacional.

Durante la conversación con los reporteros de Diario Libre, se encontraba lavando su ropa, y limpiando su casa. Le acompañaba una amiga y su hija, quien inocentemente interrumpía la conversación para decir “esa es mi mamá” y hacerla sonreír.

Yocairi manifiesta que tiene buena autoestima, a pesar de las circunstancias. En la sala de su casa tiene colgada una pintura en la que se muestra a ella misma con ropa elegante, mucho estilo y sin ocultar las marcas en su cuerpo.

Aconseja a las mujeres que han pasado por su situación que no se rindan, “que tengan fuerzas, que no se derrumben, que sigan echando hacia adelante. Que cuando sientan que se van a caer que piensen en su familia o en sus hijos, si tienen”. Es de ahí de donde dice que obtiene todas sus energías.

Denuncien la violencia

La joven le aconseja a las mujeres que denuncien cualquier acto de violencia, que “no aguanten golpes ni maltratos, que si no se sienten bien en una relación se separen antes de que sea muy tarde”.

Recordó que durante su relación con Willy este era muy controlador. “Por ejemplo, cuando yo salía a visitar a mi mamá me ponía hora. Si yo salía a las 4:00 de la tarde, me decía que tengo que estar en la casa a las 5:30 pm... Si mis hermanas iban a salir a una discoteca a beber entre familia no me dejaba. Si no era con él, yo no salía para ningún lado”, relató.

Admite que a pesar de las señales, nunca pensó que su expareja llegaría hasta el punto de hacerle el daño que le ocasionó, pero lo hizo. “No pensó en nuestra hija, ni en su mamá que está enferma. Él dijo por ahí voy, hasta que lo logró”, recordó Yocairi.

Otras vidas marcadas

Como Yocairi, muchas otras mujeres han sido víctimas de ataques por ácido del diablo en el país. Sus casos han movido a las autoridades a tomar medidas para regular las sustancias con la que se prepara el fatal químico. La mayoría de los casos se producen por celos o asuntos pasionales.

A continuación algunos casos:

Dos víctima más son María Isabel Tavárez y su prima Alba Lidia de Jesús. El 29 de enero del 2011 mientras transitaban por la calle Doña Chucha, del barrio 27 de Febrero, se les acercaron un hombre y una mujer en una motocicleta y les lanzaron la sustancia. Por (Fuente externa)
En 2011, el corrosivo líquido también afectó la vida de Esther Jiménez, quien fue atacada mientras trabajaba en una cafetería en Bonao. Jiménez tenía una relación con el dueño del negocio y se cree que su agresión fue ordenada por una mujer celosa. Por (MARVIN DEL CID / Diario Libre)

Periodista en ejercicio desde el 2014. Ha ejercido la profesión en los principales medios impresos de la República Dominicana. Escribe sobre casos judiciales, derechos humanos, criminalidad y otras problemáticas sociales.