“Estaban atrapados y yo perdía el conocimiento”, dijo el intendente del Cuerpo de Bomberos de La Vega

El intendente del Cuerpo de Bomberos de La Vega, César Arturo Abreu, relató que no ha podido borrar de su memoria el momento en que se vio obligado a soltar la mano de dos de los bomberos que murieron durante el incendio en la tienda de textiles Casa Mora en La Vega.

“Cada vez que cerramos nuestros ojos vuelve la misma imagen, yo tratando de sacarlos y el fuego acabando con nosotros”, relató, sobre el momento en que perdió comunicación con los rescatistas y se dirigió a la cima de la edificación, para tener contacto con ellos.

“Eso es parte del día a día, dirían ustedes, pero nosotros hacemos todo para que eso no sea parte del día a día”, añadió.

El incendio se dispersó con bestialidad por el edificio antiguo y las llamas parecían querer devorar el cielo. La humareda removida alrededor de las llamas que sobresalían de edificio, aterrorizó a la ciudad, horas antes de que se declarara la tragedia por la muerte de sus tres “héroes”.

“Por un momento, entendimos que podíamos controlar la situación y cuando ellos perdieron el contacto conmigo, yo mismo subí arriba a buscarlos y pude tomar de la mano a dos de ellos, pero estaban atrapados y yo estaba perdiendo la conciencia, lamentablemente, caímos en una trampa, en una trampa de vida”, dijo el bombero, que hacía esfuerzos para no llorar.

El oficial bomberil, con la cabeza agachada, describió de sus subalternos sus mejores cualidades.

“A Junior (Juan María Concepción, 51años) donde quiera que esté, al mayor Concepción, nuestro reconocimiento por su superación constante, un muchacho que se crió aquí, con su papá que era bombero, no tengo palabras para hablar de su fidelidad, para hablar de su compromiso con su ciudad; era el primero que salía, sin tener la necesidad”, dijo del apasionado rescatista.

“A Farías (Orvis de Jesús Farías, 21), nuestro cupido, como le llamábamos, porque lo íbamos formando como bombero y como persona. Todos pasaron con notas excelentes”, detalló sobre el menor de las víctimas.

“Mojica, (José Luis Mojica, 57) que cuando llegué ya estaba aquí. Mojica que primero fue policía, cuando llegó aquí (al cuerpo de bomberos) me dijo si yo hubiera sabido esto, vengo más rápido para los bomberos”, contó

El coronel de los bomberos resaltó el arrojo y la valentía de los bomberos que antes de morir les salvaron la vida a 83 personas.

“Hice lo que pude, tomé la cabeza y lamentablemente las condiciones cambian, estaremos eternamente agradecidos por el servicio... El trato de ellos hacia las personas fue un trato siempre exquisito”, afirmó.

Llamó a que todos los bomberos a nivel nacional aprendan de esta experiencia.

Al finalizar su discurso, pidió que sonaran las sirenas y bocinas “para que en el cielo se abran los caminos, para que ellos lleguen”.