¿Cómo se manejan las crisis de rehenes en Haití?

“Lo importante es garantizar la vida de la persona secuestrada”, esa es la meta de los miembros de organismos de seguridad que trabajan en el rescate de rehenes en Haití, y otros países, utilizando la negociación como herramienta esencial en todos los casos, de acuerdo al exsubdirector de la Policía Alejandro Dipré.

El general retirado conversó con Diario Libre sobre los secuestros en Haití, en momentos que el rapto de comerciantes dominicanos y de 18 misioneros, la mayoría estadounidenses, está en la palestra pública.

“A veces teníamos un secuestro y uno tenía la presión de los familiares de un lado y por otro la prensa y la sociedad como tal”, recuerda el oficial retirado al ser preguntado sobre el manejo de estos casos, al tiempo que detalla que los involucrados se dividían el trabajo. “Había uno que se encargaba de manejar a la prensa y la sociedad y dos, por lo menos, manejaban la situación y negociaban con los secuestradores”, señaló.

El también exsubdirector de la Policía, quien tiene años de experiencia en el tema por su colaboración con el Buró Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés), resaltó la importancia de que estos casos sean manejados por una persona formada en negociación de rehenes.

Al ser consultado sobre cómo se producen los primeros canales de comunicación entre las autoridades y los secuestradores, el exsubdirector de la uniformada explicó que, usualmente, los últimos siempre llaman a allegados al rehén y exigen una suma de dinero. “A veces se gana tiempo (para el rescate) y en otras ocasiones los familiares terminan dando algo por detrás”, afirmó.

Sin embargo, la entrega de una elevada suma de dinero no siempre es la exigencia de secuestradores, específicamente en el Medio Oriente, donde se emplean los intercambios de rehenes por personas detenidas por terrorismo, robo o asuntos políticos.

El narcotráfico, factor que fomentó los secuestros

El oficial retirado sostuvo que muchos narcotraficantes colombianos se trasladaban hacia Haití para hacer sus operaciones en ese país y que quienes fungían como custodias eran haitianos.

Posteriormente muchos de los haitianos que custodiaban terminando raptando a parientes y, en ocasiones, hasta a los mismos narcotraficantes, quienes “empezaron a ver la inseguridad que había porque ya muchos haitianos veían eso como un negocio, y entendían que secuestrando a los familiares podían tener más dinero”.

“Industria” de secuestros de Haití, de las más fuertes de América Latina

Dipré señaló que para el 2004 y 2005, en Haití había un promedio de 15 secuestros diarios. “Ahora eso aumentó y estamos viendo entre 19 y 20 secuestros de ciudadanos haitianos y extranjeros”.

El general retirado atribuye esta situación a un factor: “Todos los grupos que hay, delincuenciales y de secuestradores, los dirige una persona, que fue, inclusive, jefe de la Policía de un área allá. Esa persona ha logrado reunir a todos los grupos y dirige o coordina a las cabecillas”. En Haití se conoce a Jimmy Cherizier, alias Barbecue (Barbacoa), un expolicía que está al frente de G9, una alianza de pandillas que se convirtió en una de las principales organizaciones criminales.

“Por eso es que esa mafia en Haití, la industria del secuestro, es fuerte. Es una de las más fuertes del área (América Latina )”, agregó Dipré, quien citó, además, el deterioro de la seguridad como otro factor, puesto que los grupos delincuenciales tienen décadas operando sin ningún control.