Un descubrimiento británico ofrece nuevas pistas sobre cómo funcionó la crucifixión

Estos hallazgos ofrecen más detalles sobre el método de ejecución utilizado por el Imperio Romano

Un crucifijo durante una procesión del Viernes Santo en el casco antiguo de Varsovia, Polonia, el 7 de abril de 2023. Durante el Viernes Santo, los cristianos conmemoran la crucifixión de Jesucristo. (EFE/EPA/Leszek Szymanski)

Una de las imágenes más recurrentes en el arte e iconografía cristiana es la de la crucifixión de Jesús y mientras que una vez más se celebra la Semana Santa, esta es una buena ocasión para ver cómo recientes descubrimientos ha aportado nuevos detalles sobre la realidad detrás del popular símbolo.

La crucifixión era un método de ejecución que fue ampliamente utilizado en la Antigua Roma, al igual que en culturas vecinas en el resto del Mediterráneo y consistía en dejar a un reo clavado o atado a una cruz de madera, usualmente desnudo, y esperar que este muera por agotamiento físico y asfixia., aunque los métodos variaban dependiendo del lugar en el que se realizaba. Este castigo era reservado para esclavos desobedientes, rebeldes, piratas, criminales y enemigos del estado. 

Por mucho tiempo los arqueólogos e historiadores solo se han valido de la información documentada por historiadores de la antigua Roma, los Evangelios y la literatura clásica para comprender los detalles del uso de la crucifixión. Asimismo, solo se han identificado cuatro posibles casos de crucifixión en todo el mundo y uno de ellos fue un descubrimiento bastante reciente.

En el 2017 se desenterró el esqueleto de un hombre con un gran clavo de hierro oxidado en el talón en una urbanización de Cambridgeshire, Inglaterra, y de acuerdo a David Ingham, gerente de proyectos de Albion Archaeology, junto con su colega Corinne Duhig, arqueóloga de la Universidad de Cambridge, este hallazgo representó la primera evidencia arqueológica conocida de crucifixión en las Islas Británicas.

Ingham y Duhig dijeron que los restos eran casi exactamente iguales a los encontrados medio siglo antes, cerca del Monte de los Olivos en Jerusalén en 1968. En ambos casos, el clavo aún se encontraba incrustado en el calcáneo, que es el hueso más grande del pie. y forma el talón. Los hallazgos no concuerdan con la forma en que los escritos religiosos y la iconografía han representado la práctica durante mucho tiempo, y ofrecen nueva evidencia de cómo parece haber funcionado, desde cómo las víctimas fueron clavadas en la cruz hasta cómo finalmente murieron. Por ejemplo, gracias a estos descubrimientos se ha podido determinar que las piernas de los condenados se fijaban en la viga vertical de la cruz con un clavo que atravesaba uno o los dos huesos del talón. También se confirmó que, mientras que en los hallazgos de Jerusalén e Inglaterra los clavos tenían una sección rectangular transversal, los de Egipto y Venecia eran ovalados. 

Además, al comparar este hallazgo con los anteriores, Ingham y Duhig pudieron determinar en la época de Jesús la metodología de crucifixión era diferente a las demás y que esta es la mejor evidencia de este tipo de ejecución en el mundo romano.

Periódico líder de República Dominicana centrado en las noticias generales y el periodismo innovador.