El vacío y una flor, destellos de la tragedia que embarga al Ministerio de Medio Ambiente

La seguridad fue más activa ayer, tras el suceso en que murió Jorge Mera

Sede del Ministerio de Medio Ambiente en el DN. (Juan Francisco Encarnación)

El movimiento es poco, pero a menudo un vehículo se acerca al portón del edificio y es detenido para que el conductor se identifique y pase. No los de prensa, para los que hay órdenes expresas de no dejarlos pasar siquiera al patio. Tras la tragedia en la que perdió la vida el ministro de Medio Ambiente y Recursos Naturales, Orlando Jorge Mera, la seguridad es más activa en la institución

Su confeso asesino, definida como una persona de confianza del funcionario, le habría atacado a eso del mediodía del pasado lunes en su propio despacho. Para esa hora se escucharon varias detonaciones de armas de fuego que algunas testigos han sumado en siete. Luego corrió la noticia de que su amigo Miguel Cruz de la Mota, había matado a Jorge Mera. 

Los gritos, el correr y desesperación que el hecho, ocurrido el martes, provocó entre los empleados de ese Ministerio y del Ministerio de Turismo, que comparte edificio, se cambiaron por silencio y vacío que se sentían ayer en la parte de Medio Ambiente

A la mayoría del personal le dieron el día libre y se les informó de los actos del sepelio para que puedan sumarse. 

Solo los encargados del Departamento de Tecnología estuvieron en sus puestos de trabajo hasta el mediodía, requeridos para que las plataformas tecnológicas de la entidad sigan funcionando.

A la salida del edificio, uno de ellos define el ambiente de trabajo como raro. No sabe cómo describirlo, pero dice que “no está bien”. Aunque no tenían una interacción constante con el ministro Jorge Mera, lo recuerdan cómo alguien muy atento que les saludaba con mucha amabilidad.

“Hay un vacío”, comenta otra de las empleadas con un gesto que sugiere que más que el vacío por la ausencia de los empleados, se refiere a aquella sensación de pesar que causa la pérdida de los seres queridos.

Detrás de los cristales del edificio se alcanzan a divisar oficinas semioscuras. El movimiento interno es nulo desde la perspectiva de quién observa a unos 100 metros de distancia. 

Imponente y bastante colorida, se observa la Pereskia, una flor rosada que adornó el edificio para alguna ocasión especial (por el Día de las Madres, cree uno de los empleados), pero que ahora se erige como haciendo honra al ministro Jorge Mera. 

Periodista y docente universitaria, con un máster en Comunicación Corporativa. Es redactora senior en Diario Libre. Acumula experiencia en el periodismo de investigación, de datos y como reportera, laborando en periódicos dominicanos y colaborando con medios internacionales. Es miembro de la comunidad periodística Connectas Hub.