Muertes maternas quedan sin sanción judicial

Salud Pública atribuye la mortalidad materna a la falta de calidad en la atención

En los últimos seis años 1, 051 mujeres han perdido la vida en el país fruto de la mortalidad materna. Más del 90% de estas muertes se originaron en centros públicos, lo que muchos atribuyen además, de la falta de calidad de la atención médica, a una deficiencia hospitalaria fruto de los RD$62 mil millones-apenas un 2% del Producto Interno Bruto (PIB)- que el Gobierno invierte en Salud.

Aunque a través de los años, el país ha tenido progresos en esta materia, las cifras evidencian que el problema persiste y lo peor es que los fallecimientos se pueden evitar, porque existe una cobertura de atención profesional durante el embarazo y el proceso de parto de un 98% en centros de salud públicos y privados.

Hablando para Diario Libre, Lilliam Fondeur, directora del Departamento Materno Infantil, del Ministerio de Salud Pública, criticó que cuando ocurre un desenlace fatal no hay médicos que respondan y que cuando sale a relucir algún tipo de negligencia médica sólo se sanciona a los profesionales residentes y no al especialista que estaba de servicio o a los que le dieron seguimiento durante el embarazo.

Los informes estadísticos de casos judicializados y sometidos en las diferentes fiscalías que presenta la Procuraduría General de la República, desde 2009 hasta 2011, destacan la ausencia de sometimientos médicos por muerte materna.

Fondeur dijo que la falta de seguimiento a las embarazadas es una de las causas que contribuye a que aumente el número de muertes maternas.

La situación es que las mujeres pobres que asisten a los hospitales públicos son consultadas por diferentes médicos especialistas durante el proceso de gestación, lo que las convierte en un número más y no en una paciente que requiere de un seguimiento directo.

Ese contexto pone en riesgo su salud y la del hijo que espera, lo que se convierte en una falta de calidad y de deshumanización de la atención médica.

Eso se traduce además en iniquidad en los servicios sanitarios, asegura Fondeur.

En el Hospital San Lorenzo de Los Mina, se registra alrededor de 247 mil consultas externas y de emergencias gineco-obstetra al año que sólo asiste un personal de 44 médicos, lo que imposibilita que un galeno le dé seguimiento a la embarazada.

En 2014 del total de las consultas 49 mil fueron haitianas, de las que nacieron 2 mil niños y en las que se gastaron RD$53 millones. El número promedio de nacimientos en este hospital es de 16 mil al año y recibe una subvención RD$5.7 millones mensuales.

Según Víctor Calderón, director de ese centro asistencial, por lo menos tres especialistas asisten las mujeres en sus citas prenatales.

Deficiencias

En una visita reciente al Hospital José María Cabral y Báez, de Santiago, que figura entre los centros asistenciales con un alto número de muertes maternas, las parturientas deben llevar sus sábanas para tender las camas, pues dijeron que las autoridades del centro las dejaron de suplir porque se las robaban.

En la actualidad el centro es sometido a un proceso de remodelación que incluye el tercer piso donde está la sala de partos y de cirugía ginecológica, lo que pone en riesgo a las parturientas y a los bebés de adquirir una infección nosocomial.

Los trabajos han hecho que se habiliten áreas de consultas en otros lugares, como el edificio profesional que funciona en la calle Las Carreras, y que se les entregaran su historial clínico a los pacientes para dar seguimiento a sus chequeos pre natales.

Las familiares aguardan en el pasillo de la sala de parto, donde una empleada le informa sobre las condiciones de las parientes, lleva las ropas para vestir a los bebés y cualquier otro insumo que necesitan las parturientas, algunas referidas de otros centros de la ciudad y de comunidades cercanas.

El director del hospital, Ernesto Manuel Rodríguez, dijo que como estrategia para reducir la mortalidad están adoptando una atención más directa a las pacientes en los servicios en obstetricia y que parte de esa vigilancia va con los servicios de guardia presencial de médicos especialistas y la integración directa del personal de enfermería.

Asimismo, el trabajo en conjunto con la regional de salud, el Departamento Materno-Infantil del Ministerio y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).

Asegura que están reforzando la capacitación a los médicos residentes de cuidados obstétricos de emergencia y otro proyecto es el de cero fallecimientos por hemorragia obstétrica.

Rodríguez reconoce que en los últimos años se han caracterizado por una alta tasa de mortalidad materna, pero refiere que en este año han obtenido disminución y que eso va en concordancia con la formación y la guardia de los especialistas.

Su meta es seguir reduciendo las defunciones que en lo que va de año es de ocho muerte materna.

Dijo que en lo que tiene dirigiendo el hospital han hecho auditoría de las muertes, pero que no han encontrado culpabilidad en la parte médica.

Asegura que en administración anterior se encontraron culpables y se sancionaron pero no judicialmente.

En el Hospital José María Cabral y Báez, el promedio de nacimientos es de 25 por día, de los cuales el 23% son de madres adolescentes y el 24% de madres haitianas.

Seguimiento

En el barrio Pekín de esta ciudad funciona el Subcentro de Salud Juan XXIII, considerado un modelo de atención a las futuras madres.

Aquí sólo hay una muerte registrada en lo que va de año y se trata de una paciente que presentó un metabolismo, luego de una labor de parto.

En este centro, se atribuye la baja mortalidad a que a las mujeres se les da seguimiento durante el embarazo y después del parto, con visitas periódicas a sus casas durante el puerperio por parte de los médicos de familia.

Otro factor que incide es que cada embarazada es chequeada por un mismo especialista durante las consultas prenatales, aseguran.